martes, 13 de diciembre de 2011

INADMISIBLE REPRESION CONTRA NORMALISTAS Rodrigo Huerta Pegueros


Inadmisible Represión Contra Normalistas
REACCION OPORTUNA
Por Rodrigo Huerta Pegueros*

El gobernador Ángel Aguirre Rivero actuó con firmeza y oportunidad al ordenar el cese del procurador general de justicia del estado, Alberto López Rosas y del secretario de seguridad pública estatal, Ramón Almonte Borja, por ser los directamente responsables de los hechos sucedidos el pasado lunes al mediodía en Chilpancingo donde dos estudiantes de la normal ‘Isidro Burgos’ de Ayotzinapa fueron asesinados y otros más resultaron heridos al ser objeto de un desalojo por parte de las policías preventiva estatal, ministeriales y de la federal preventiva.
Desde hace muchos lustros, los normalistas de Ayotzinapa han realizado un sinnúmero de actos de protesta para exigir que las autoridades estatales atiendas sus peticiones básicas y las demandas de espacios donde ejercer su magisterio. Esto ha sido la constante y nunca antes se había suscitado un hecho de sangre de esta magnitud, particularmente cuando los manifestantes no parecían actuar de manera violenta o realizar ataques a terceros o a las vías de comunicación.
Los procedimientos policiales para estos casos están debidamente especificados y por lo tanto no hay argumento alguno válido para atentar contra la vida de quienes exigen que se les cumplan con compromisos contraídos con anterioridad. La tolerancia en estos hechos debe provenir de las autoridades y por ello se debe actuar con prudencia, sigilo y cautela. Los tiempos de reprimir a los protestantes parecía que era cosa del pasado cuando gobernaban los autoritarios y los bárbaros.
Lamentable ha sido lo sucedido. Dos jóvenes normalistas que han caído por la brutalidad de quienes activaron las armas en su contra. Lo que ahora se debe determinar, es que si los policías, cualquiera que haya sido, actuó motu proprio o atendió alguna consigna de sus superiores inmediatos. De ser así, se deberá proceder no solo en contra del asesino de estudiantes sino de quien prohijó que estos hechos volvieran a suceder en una entidad que no termina de restañar sus heridas abiertas durante la ya lejana guerra sucia de los años setentas.
La respuesta del gobernador Aguirre a lo sucedido es más que oportuna. No ha dejado que esto llegue mas allá de donde debe ubicarse la investigación que es el ámbito policiaco y ministerial. Los dos titulares de las dependencias que tienen responsabilidad directa han sido ya hechos a un lado para que respondan a cualquier involucramiento en donde aparezcan sus nombres.
Lo que debemos desentrañar en este caso específico es porqué se asesinaron a los estudiantes de Ayotzinapa. Qué se pretendía con promover mayor inestabilidad política en el estado. Quiénes decidieron activar las armas asesinas y si esto fue un complot en contra del propio gobernador o simplemente fue una irresponsabilidad que tiene consecuencias incalculables, particularmente cuando estamos en pleno proceso electoral.
Y en este sentido, pues simple y llanamente podemos decir que las aspiraciones políticas de los dos titulares cesados de sus funciones como procurador general de justicia del estado y secretario de seguridad pública estatal han quedado por el momento canceladas hasta que se concluya con la investigación y se deslinden responsabilidades y castigue a los culpables.
Pero sin apartarnos del tema principal, tenernos que hurgar también en otros ámbitos de la administración estatal, para saber hasta que punto el secretario general de gobierno estatal, Humberto Salgado Gómez tiene responsabilidad en los hechos, ya sea por omisión, pues según las crónicas periodísticas, los normalistas de Ayotzinapa estaban protestando porque se les había cancelado una, otra y otra vez la audiencia que se les había ofrecido con el gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero. Esta situación solo se puede develar si el propio funcionario declara al respecto, pues al parecer por cuestiones de índole político-electoral, el funcionario desatendió sus responsabilidades y esto propició todo este desaguisado.
Hoy el ciudadano está atento a lo que ocurre a su alrededor y participa cuando ve que la lumbre le llega a los aparejos. En este caso, si bien es cierto que lo vemos como un asunto de irresponsabilidad criminal por parte de algunos funcionarios del gobierno estatal, no podemos despegar la vista de lo que haga o deje de hacer el jefe del poder ejecutivo en el estado, ya que de ello dependerá lo que pueda suceder en el futuro contra los que se expresen o manifiesten para demandar no solo cuestiones materiales sino de justicia y legalidad. ‘’No solo de pan vive el hombre’’ se destaca en una frase ya célebre y que algunos gobernantes han olvidado. Lo material no es todo. El humanismo y particularmente la fraternidad es la que debería prevalecer en el ejercicio del poder.

Periodista y Analista Político*