El
asalto a la razón
Carlos
Marín
Patricia Segovia escribe
desde Acapulco:
Muchos habitantes de
Guerrero desaprobamos que las manifestaciones se “arreglen” a balazos, pero
tampoco aguantamos ya a los ayotzinapos, que son unos verdaderos vándalos.
Durante muchos años han
cerrado la caseta (de cobro en la autopista México-Acapulco) y amenazan con
moler a palos los vehículos de quienes quieren pasar, si no les dan de 50 a 100
pesos, y la gente se tiene que esperar de tres a cinco horas para poder
avanzar.
Se les mantiene, se les da
casa, comida, estudios y pretenden plazas… ¡pero en zonas urbanas!, no rurales,
que son para lo que dizque se están capacitando.
El gobierno estatal ya los
convirtió en mártires y nosotros, la gente de tercera, la “plebe”, vamos a pagar
las consecuencias, pues nadie va a querer tocarlos ni con el pétalo de una
hojita de la ley.
Algunos creen que el ex
procurador y el gobernador están jugando al “policía bueno y malo”: uno le pega
a la Federación y otro la defiende, y no se aclara nada, no hay culpables ni
responsabilidades ni aplicación de la ley…