Fermín
Alvarado Arroyo candidato a
la presidencia municipal por la coalición PRI-PVEM propone como lema de su
campaña a los acapulqueños que quiere rescatar
Acapulco, ya sea porque lo considera que está olvidado o lo ve definitivamente perdido.
Luis Walton Aburto también
candidato a la alcaldía por la coalición PRD-PT-PMC propone como lema de su
campaña a los porteños recuperar
Acapulco pues cree que es una cosa que está inservible
y desea poner fin a esta deplorable situación.
Ha quedado claro que las palabras utilizadas como
‘’anzuelo’’ tienen el propósito
de colocarlos en la mente de los votantes potenciales, aunque la intención de ambos se ve neutralizada por la similitud
de los propósitos.
Luego entonces, lo mas idóneo para poder
diferenciar a estos dos personajes será la narrativa que hagan cada uno durante
su campaña electoral y lo que comuniquen, sobre todo, si lo hacen en función de
las demandas que se encontrarán a su paso.
Hoy no es tiempo de hacer catálogos de
demandas y peticiones. Es mas bien el momento preciso para responder a los
añejos problemas de los habitantes de esta ciudad y puerto.
Es de
esperar que las demandas mas sentidas se acumulen en las agendas de los
candidatos para que posteriormente sean clasificadas como prioritarias para que
en caso de asumir la responsabilidad de la administración pública municipal
sean atendidas sin dilación, lo que no quiere decir que en el momento justo de
la recepción tengan los ciudadanos una respuesta directa sobre el
planteamiento.
Las propuestas, los proyectos y los
compromisos de los candidatos a la alcaldía de Acapulco deben ser puntuales y
no deben responderse con generalidades o imprecisiones.
Hemos visto en este corto tiempo de las
campañas por el Ayuntamiento de Acapulco que los dos aspirantes han resuelto
hacer su tarea en forma tradicional y como ocurría hace ya bastantes años
atrás, cuando no solo no existían los teléfonos celulares, la internet ni el
twiter y menos las redes sociales.
Las mismas formas y los mismos usos y
costumbres en la comunicación política se ha desplegado por parte de los
candidatos al senado de la República, las diputaciones federales y municipales
y no se diga para las alcaldías.
No hay—o cuando menos no son visibles—las innovación en la materia y no se hace el mínimo
esfuerzo de trabajar con la población que está hoy mas atenta a las redes
sociales que a los medios tradicionales de comunicación.
Las mismas frases ocurrentes, los mismos
formatos de cualquier aspirante a un puesto de elección popular y ninguna
novedad en la materia de comunicación política se ha logrado captar y por lo
mismo ninguna candidatura en esos términos logrará hacer clic con la sociedad
que está ávida, no solo de información precisa sino de propuestas determinantes
que reflejen el conocimiento que tienen los candidato del territorio que desean
gobernar.
Los dos candidatos a la presidencia de
Acapulco actúan como lo hacían sus padrinos políticos en los viejos tiempos del
priismo ramplón y autoritario.
Pedir el voto por el voto mismo no es hacer
campaña.
El voto hoy día se debe solicitar con una
propuesta como alternativa de solución a los padecimientos de la población.
Solo de esta manera se podrá lograr
obtener un voto reflexionado e informado y sobre todo, consistente que pueda
llevar a otros votantes a sumarse a tal oferta.
Si como se dice en el argot popular de que los
candidatos y las papas fritas se venden en función de la manera de aplicar la
mercadotecnia, entonces tendremos un producto mediático y no a un político de
carne y hueso que en realidad pueda explicar en forma directa y llana la
intención de lograr su propósito para ejercer el poder y realmente lograr
servir y no servirse.
Podríamos hablar mucho más de lo que el pueblo
de Acapulco requiere en estos momentos difícil y críticos para su desarrollo y
bienestar, particularmente cuando nos encontramos en el vórtice dela
inseguridad, el desempleo y la ausencia de gobiernos fuertes y decididos a
enfrentar las calamidades de nuestros tiempos.
Dos candidatos, un puerto y una sola realidad.
Quizá a ello se deba la coincidencia en la propuesta de los aspirantes a la
presidencia municipal de Acapulco.
Veamos quién aplica más su conocimiento sobre
lo que se debe hacer con urgencia en este municipio y exponer abierta y
claramente la forma como deberán encararse para darle viabilidad de solución.
No podemos dejar de señalar que Acapulco es en
si mismo un problema esférico, pues de cualquier ángulo en que se le vea, tiene
serias limitaciones para su cabal desarrollo y por lo tanto problemas para
ofertar bienestar a sus habitantes.
Hoy el voto de los acapulqueños deberá
definirse por la biografía de sus candidatos y por la historia de cada uno de
los institutos políticos que los postulan.
Seguramente que el sufragio mayoritario será
para quien esté a la altura de las aspiraciones de los acapulqueños.
Ni más ni menos.
Periodista/Analista
Político* observar@gmail.com