Ahora es el turno de los
ciudadanos ofendidos por la corrupción y las mentiras del PRI. Es el turno de
ajustar cuentas a esas lacras disfrazadas de encuestadoras que se vendieron
para manipular la conciencia de los mexicanos, llegó el turno de ajustar cuentas
al partido de los simuladores, de los que han saqueado con impunidad las arcas
públicas como Humberto Moreira, en Coahuila, a los que han amasado fortunas
llenas de sangre para la felicidad de sus hijos, como Tomás Yarrington,
Mario Marín, Fidel Herrera; los que procrearon durante más de 70 años monstruos
insensibles que despojaron al país de su riqueza y hundieron a las familias en
la desesperación y la deuda como Carlos Salinas, a esa pandilla criminal
agazapada atrás del rostro de un padrote encopetado, de un cliché de telenovela
que le apuesta a la cursilería, a la desmemoria, a la desinformación y a
la estupidez de algunos mexicanos. Contra todo esto llegó el turno de los
ofendidos.
Faltan sólo seis días para que
México tenga un renacimiento completo, o de plano se quede para siempre en las
tinieblas de la corrupción y la impunidad. No se necesita inteligencia, se
necesita memoria indignada para cambiar. En estos días, las y los mexicanos que
aún creen que el candidato del PRI representa una alternativa, deben revisar su
cartera, checar sus cuentas, revisar sus deudas. Ocho de cada diez mexicanos
vive endeudado con alguna de las grandes empresas monopólicas creadas en los
sexenios de Zedillo y de Salinas. Casi todas las familias pobres de este país
tienen una deuda con el Grupo Salinas, con los bancos, con las afianzadoras.
Millones de padres de familia, de jóvenes, de mujeres no tienen empleo o lo han
perdido, y los que tienen, la mayoría, viven entre la mendicidad y la angustia
por los salarios misérrimos que pagan las empresas cuyos dueños, casualmente,
militan en el PRI o en el PAN. Millones más no tienen ni tendrán acceso a
los ahorros de sus pensiones que jinetean los bancos, pues gracias a “las
reformas estructurales” que tanto defienden los candidatos del PRI, PAN y
Panal, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afronta hoy día una
crisis financiera provocada de manera "deliberada" desde que se
aprobaron las reformas de 1997 que permitieron la reducción de las cuotas patronales,
estructuraron el seguro de salud de manera deficitaria y traspasaron los fondos
de retiro, cesantía y vejez a las administradoras de fondos para el retiro
(Afore) que desde entonces no han dejado de incrementar sus ganancias. Hoy las
administradoras privadas (Afore), tienen un billón de pesos, mientras que el
IMSS está en quiebra. De eso se tratan las reformas estructurales en las que
tanto insisten esos candidatos: tratan de llevar a la quiebra a los ciudadanos,
de entregar la riqueza nacional a particulares para que unos cuantos
vivan en la opulencia y millones en la indigencia.
Todo esto es la herencia
priísta administrada por el PAN durante los últimos doce años. Un PAN que tuvo
la oportunidad de cambiar al país y sólo se dedicó a profundizar la brecha entre
ricos muy ricos y pobre muy pobres. Un PAN que no estuvo a la altura de las
expectativas ciudadanas. Un PAN sin sal que, sin desconocer sus logros, no
combatió los monopolios, pudiendo hacerlo, no creó la Secretaría de la
Juventud, pudiendo hacerlo. No combatió con firmeza la corrupción, al
contrario, el gobierno de Felipe Calderón creó una nueva camada de funcionarios
ricos que no pueden explicar su riqueza.
Hace doce años, millones de
ciudadanos se dejaron encandilar por el cambio que prometió un idiota funcional
al que el PAN hizo candidato: Vicente Fox. Millones votaron no por este
esperpento de la factoría humana, sino porque el PRI ya no siguiera gobernando.
El PAN recibió este voto generoso y a doce años de distancia, sus dos gobiernos
dejan muy lastimado al país, los panistas están en deuda con los mexicanos,
ahora, lo menos que pueden hacer, por dignidad y decoro, es impedir que regrese
el PRI, y para eso es necesario la activación del voto útil.
Para nadie es desconocido que
Josefina Vázquez Mota ya no está en la competencia. El panismo sabe que su
candidata se quedó rezagada en el tercer lugar. Faltan dos días para que
concluyan las campañas electorales y ya no hay nada más que pueda hacer. El
voto panista por Vázquez Mota no sirve al país, al contrario, un voto por esta
candidata es un voto para que regrese al gobierno el PRI. Si el priísmo
regresa, los pocos avances que se lograron en los últimos doce años se irán al
basurero de la historia. En este momento, el panismo tiene dos caminos: servir
para que vuelva el PRI a Los
Pinos, o salvar al país empujando el cambio verdadero. Si el panismo
es congruente con sus principios del bien común, entonces su voto debe ser para
López Orador, debe ser para darle una oportunidad distinta a este país. El voto
panista debe ser un voto indignado contra esa lacra traicionera que es Vicente
Fox. Debe ser un voto salvador, debe ser un voto justo y generoso, aún pueden
llevarse el mérito de haber evitado el regreso del PRI.
LA CONTRA
Durante su campaña como
candidato presidencial, el general Lázaro Cárdenas definió a Tabasco como “el
laboratorio de la Revolución”. Ahora, de nueva cuenta, ese Estado hará honor a
su historia: la última encuesta ubica a López Obrador con 47.2% de la intención
del voto en Tabasco contra 29.2% del priista Peña Nieto. La diferencia es del
casi 18%. El voto de los tabasqueños a favor de López Obrador significa un
golpe durísimo al PRI y a Peña Nieto, pues como es sabido, Tabasco
históricamente ha sido, hasta hoy, una de las grandes reservas del voto duro
priísta. Eso ya se acabó, llegó la hora de los electores indignados. Para los
tabasqueños llegó la hora de ajustar cuentas a los pésimos gobiernos del PRI.
Allá mismo se prepara para ganar la gubernatura el candidato de la Coalición
PRD-PT-MC, Arturo Núñez Jiménez, un político con experiencia, honesto, que sabe
de administración y que es querido por el pueblo. Bien por los tabasqueños....
Del IFE ya ni hablar, el mal está hecho. Fue cómplice de las encuestadoras a
las que nunca exigió que presentaran el sustento de los números que
publicitaban.... Para rematar, no fue capaz de garantizar la secrecía del voto,
pues no impidió el acceso de teléfonos celulares con cámara a la casilla...
Ahora, los que vendan su voto podrán llevar la prueba fotográfica de su
traición y trapacería para cobrar sus trescientos pesos.