El
pasado viernes 27, el abanderado Presidencial del PRD, PT y Movimiento
Ciudadano, Andrés Manuel López Obrador, en conferencia de prensa, anunció la
distribución en todo el país, del folleto “Fraude 2012”, como parte del Plan
Nacional en Defensa de la Democracia y la Dignidad en México, puesto en
marcha para cancelar la llegada del candidato del PRI Enrique Peña Nieto a la
Presidencia de la República.
El
tiempo avanza irremediablemente, ha transcurrido casi un mes desde que fueron
las elecciones presidenciales, un mes menos de los cinco que median entre la
jornada electoral bastante cuestionada, diría yo y miles y miles de mexicanos y
el día oficial del cambio de estafeta presidencial, que es el 1 de diciembre.
Cuatro meses que podrían cambiar el escenario que se nos ha pintado con antelación al proceso electoral que acabamos
de vivir y padecer.
López Obrador, en los días subsiguientes al desarrollo
de las votaciones del 1º de julio, ha venido recabando, recolectando pruebas
del fraude electoral que hizo “ganar” al candidato del PRI, las cuáles serán
entregadas al Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TRIFE), que es el órgano jurisdiccional del Poder de la
Federación especializado en materias
electorales para su análisis respectivo, y tendrán que tomar una
decisión en su momento, respecto a quién verdaderamente ganó la Presidencia de
la República.
Por lo pronto, el candidato Presidencial del PRD, PT y
Movimiento Ciudadano, Andrés Manuel López Obrador, seguirá en esta vía que
determina la Ley, la de recopilar todo aquello que sirvió para que el PRI,
tuviera votos mediante acciones originadas con fraude, que que le dieron la
victoria electoral.
Este
evento político de AMLO, es parte del engranaje
nacional, que se mueve en dirección de limpiar,
de acrisolar la elección Presidencial. No hay más. Lo único que se pide a
gritos en las calles y en las redes sociales, como sucedió el pasado jueves y
viernes, con la toma de Televisa, en más de una docena de ciudades del país,
incluyendo lógicamente el D. F. y que por cierto, no mereció la importancia en
esa empresa mediante sus noticieros.
Al
decir de muchos, es imposible que se anulen las votaciones cuestionadas, pues
no hay precedente de algo semejante. Habrá que decir, que la anulación de la
elección Presidencial, que se está pidiendo por parte de AMLO, y no es
descabellado plantear este asunto, ya que al hacerlo, simplemente se está
apoyando en la Ley máxima que nos rige a los mexicanos: LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. O sea que López Obrador, está actuando dentro
de la legalidad que nos da la Constitución mencionada.
Esta,
en su Artículo 41, señala nítidamente: El pueblo ejerce su
soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia
de éstos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores,
en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución
Federal y las particulares de los Estados, las que en ningún caso podrán
contravenir las estipulaciones del Pacto Federal. La renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará
mediante elecciones libres, auténticas y periódicas, conforme a las
siguientes bases:…
Teóricamente,
la elección Presidencial fuertemente cuestionada que recién vivimos, debería
someterse positivamente a lo establecido en el artículo antes citado. Así
de sencillito, aplicando la Ley suprema, sí en verdad los magistrados
que están en el TRIFE actúan como debe ser: apegarse a los dictados legales que marca la Constitución mexicana.
No obstante, son tantos los intereses que mueven este asunto de que Peña Nieto
quede, que no sería extraño ver una aberración por parte de los magistrados,
que nos deje estupefactos y atónitos a
millones de mexicanos. Pronto nos daremos cuenta, de qué lado están
estos licenciados privilegiados: Sí con
la Ley o bajo las órdenes de intereses oscuros….HASTA PRONTO.