Todos
tenemos uno, averigua si alguno de ellos lo compartes.
Sentir
un sabor, calcular los segundos de vida de alguien o controlar tus sueños.
El
cerebro posee capacidades que, hasta hace relativamente poco tiempo, se
consideraban propias de héroes de historieta. Existen tanto poderes mentales
prodigiosos como sensibilidades increíbles. Lo más sorprendente es que estos
dones pueden tocar por igual a personas normales que a víctimas de graves
enfermedades mentales. Lo cierto es que todos tenemos, por lo menos, un poder
oculto en la cabeza.
Te traemos 3 poderes ocultos de la mente:
1. Sinestesia
Este
poder mental se presenta cuando una persona recibe, por alguno de sus órganos
sensoriales, estímulos que son interpretados por otro sentido. Así, para las
personas con sinestesia auditiva, los sonidos se acompañan de alucinaciones
visuales, aromas o sabores. La particularidad de quien la presenta es que estas
percepciones son cotidianas, constantes, y no originadas por enfermedades o
lesiones en el cerebro.
Los
sinestésicos pueden clasificar los sonidos (o los colores o las sensaciones
táctiles) por las reacciones secundarias que desencadenan. Pueden hablar de
sonidos salados, colores punzantes o sabores rítmicos. Un estudio del Instituto
Tecnológico de California confirmó recientemente la existencia de la sinestesia
auditiva y afirmó que su origen puede ser una conexió entre el córtex visual y
las áreas de procesamiento del sonido, por lo que información destinada al
sentido del oído es desviada hacia las zonas de interpretación visual,
convirtiéndola en parte de las imágenes que ve el individuo.
2. Savantismo
Se
trata de personas incapaces de realizar casi ninguna actividad mentalmente
compleja, excepto ciertas cuestiones extraordinarias, como tener el
conocimiento de cada una de las palabras de una enciclopedia, o la capacidad
para realizar enormes operaciones matemáticas de forma instantánea. El
savantismo es quizá uno de los poderes más inexplicables.
El
fenómeno es conocido desde el siglo XVIII, cuando se conoce, en E.U., el caso
de Thomas Fuller, un hombre capaz de calcular los segundos que había vivido una
persona de cualquier edad. Los poderes de los savantistas no fueron analizados
seriamente hasta la década de 1970. Los resultados han sido al mismo tiempo
espectaculares y misteriosos. Al parecer, el savantismo ocurre como un sistema
de compensación neurológico ante los graves problemas que aquejan al afectado.
Un sistema que le sirve como eje rector a falta de capacidades de
socialización, de lenguaje o de comprensión de conceptos abstractos. Un
misterio sobrehumano en personas de por sí especiales.
3. Sueño lúcido
En
1990, el doctor Stephen LaBerge comprobó ante la Asociación de Psicología de
Estados Unidos la existencia de sueños lúcidos en un grupo de voluntarios. La
explicación se encontraría en la capacidad esporádica de los centros de la
conciencia en el córtex cerebral para mantenerse activos durante el período REM
(Rapid Eye Movement) del sueño, que permiten al individuo mantenerse lúcido e
incluso manipular a voluntad los contenidos del sueño. Esto puede alcanzarse de
la siguiente manera:
a.
Recuerda tus sueños: El primer paso es llevar un diario de sueños que permita
tener un recuento de lo que ocurre en ellos.
b.
Verifica la realidad: Durante los periodos despiertos, identifica aquellas
cosas que percibes como reales en tu entorno y tu persona para compararlas a la
hora de soñar.
c.
Verifica el sueño: Si al dormir sospechas estar dentro de un sueño, realiza la
siguiente prueba: tápate la nariz; si no sientes nada, estás en un sueño
lúcido.
fuente/Quo/mx