EFRAIN FLORES IGLESIAS |
Luis Walton Aburto y sus peleles de Movimiento Ciudadano (MC)
están desesperados. No saben qué hacer. Se sienten derrotados de cara a la
elección de 2018. Es por eso que atacan con severidad al PRD –su antiguo
aliado–, en especial al alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, a quien no le perdonan que los haya
derrotado en la elección del año pasado.
MC gobernó Acapulco en el trienio 2012-2015 gracias al apoyo del Sol
Azteca y de Andrés Manuel López Obrador,
y no por la popularidad de Walton.
Si no fuera por la disciplina del perredismo, el empresario gasolinero
no hubiese gobernado el principal puerto guerrerense. Además, lo hizo tan mal,
que su partido quedó en la cuarta posición en la elección de 2015. Lo cual
indica que MC es un partido débil.
De la noche a la mañana, Walton demostró ser un malagradecido con los
que lo llevaron a la presidencia municipal de Acapulco. No respetó los acuerdos
que estableció con el PRD. Los ignoró.
Quiso encabezar la candidatura de los partidos de izquierda a la
gubernatura, pero no lo logró. Sus posibilidades eran nulas, tal y como quedó
demostrado en la elección pasada. MC no tiene presencia en los 81 municipios. Y
en los municipios que gobierna (Mártir de Cuilapan y General Canuto A. Neri)
tiene fuertes señalamientos de corrupción y nexos con criminales.
En el Congreso local, Walton tiene a un
pelele consentido: Ricardo Mejía Berdeja, un coahuilense que cobra como coordinador de la fracción parlamentaria
de MC y que se ha convertido en su brazo armado para atacar al PRD y al alcalde
de Acapulco.
La instrucción que recibió Mejía Berdeja de su patrón es clara: chingar a Evodio. Que conste que esa
estrategia fue descubierta el pasado 18 de febrero a través de un audio que se
ventiló en las redes sociales, en donde claramente se escuchan las voces de
Luis Walton y otros miembros de MC, quienes dan la orden a algunos de los
asistentes a una reunión para iniciar una campaña
de guerra sucia en contra del presidente municipal de Acapulco. “El objetivo es Evodio, y es pegarle a
Evodio y chingar a Evodio”, se escucha decir a Roberto Carrera, quien fuera
coordinador de Redes Sociales en la administración municipal que encabezó Luis Walton.
Y hasta la fecha sigue esa campaña de
descrédito en contra de Evodio Velázquez.
El pelele predilecto de Walton, o sea, Ricardo Mejía Berdeja, utiliza muy
seguidamente la tribuna del Congreso para tocar el tema de la seguridad pública
de Acapulco. Insiste en achacarle todos
los males que padece el puerto a Evodio Velázquez. Si alguien le da catarro,
inmediatamente responsabiliza al gobernante acapulqueño.
Desde luego que el tema de la inseguridad, es complicado. No inició con
Evodio, ni tampoco con Walton. Es un problema añejo que ni siquiera las
autoridades federales pueden resolverlo.
Se entiende que el papel de Walton y sus
francotiradores sea dañar la imagen del PRD para restarle votos con miras a la
próxima elección, ya que
MC no puede convencer a la ciudadanía de ser un partido político de izquierda.
Si en la pasada elección obtuvo casi 100 mil votos fue porque algunos
perredistas hicieron berrinche al no ser tomados en cuenta para contender por
una presidencia municipal o distrito electoral.
Y para nadie es secreto en Acapulco, que durante la gestión de Walton
como alcalde, Víctor Aguirre Garzón,
líder del Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y actualmente recluido en un
penal federal de máxima seguridad, operó con total impunidad en el puerto.
Luego entonces que Mejía Berdeja no escupa para arriba, porque la saliva le
puede caer en la cara. ¡Zas!
Asimismo, con Walton como
presidente municipal, Acapulco fue declarada la ciudad más insegura del mundo. Y
no olvidemos que cuando ocurría un hecho grave, como el caso de las 6 turistas
españolas violadas en 2013, Walton salió con la puntada
de que “eso ocurre en cualquier parte
del mundo”. Las reacciones de grupos feministas, legisladores federales y
la Embajada de España en México, no se hicieron esperar. Todos reprobaron la irresponsable declaración del gasolinero emecista.
Sería un gran error que el PRD siga
insistiendo en una alianza con MC para el 2018. No se puede tener como aliado a alguien que
en todo momento está echando lodo y no sabe respetar acuerdos. Aunque, bueno,
solamente al dirigente estatal del Sol Azteca, Celestino Cesáreo Guzmán, se le da eso de andar rogándole a Morena
y a MC para que acepten ir en alianza con el PRD en la elección venidera. Eso
se llama masoquismo.
ENTRE OTRAS COSAS… En el municipio de Tixtla se percibe un PRI abandonado desde la derrota que
sufrió en la elección extraordinaria de alcalde. Tampoco sus regidores
cuestionan los desatinos de Hossein
Nabor Guillén. O sea, no hay oposición al gobierno municipal perredista.
Y Saúl Nava Astudillo, quien fuera abanderado
del PRI, ni sus luces. Desapareció de escena. Muchos priistas se preguntan: ¿y
ahora quién podrá salvarnos?
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