Hace bien la presidenta municipal de Chilpancingo en ser previsora y dentro de su catálogo de temas que debe atender de manera expedita se encuentra dar solución a las familias que están ubicadas sobre una falla geológica.
Cierto es que cada día debe enfrentar la demanda de servicios oportunos para más de 600 colonias, algunas verdaderamente agrestes, pero no por eso debe descuidar los temas que le han surgido, como el riesgo que enfrentan cientos de familias asentadas en colonias en la zona norponiente y evitar que alguna desgracia pueda suceder.Sabemos que la presidenta ha
estado tocando puertas ante las dependencias que atienden este tipo de
situaciones, como es la dirección de Gobernación de la Secretaría de
Gobernación federal, William Castillo Ulín, ante quien ha solicitado su apoyo
para darle solución a este problema y poder salvaguardar la integridad física
de las familias.
La presidenta de
Chilpancingo también se ha reunido para plantear la demanda de ayuda con los
titulares de instituciones federales, estatales y colegios, como la Sedena,
Sedatu, Fovissste, Protección Civil estatal, y colegios de ingenieros y
arquitectos, con quienes también ha analizado el tema de la demolición del
edificio II del fraccionamiento Nueva Era, por el grave riesgo que representa
para los habitantes.
Con el mismo sentido, la de
prevenir desgracias, se determinó reubicar a una familia que habitaba en una
zona de alto riesgo.
No deja de ser delicado
realizar una acción de esta naturaleza, porque a veces va en contra de la
voluntad de las familias, quienes en ocasiones no perciben la magnitud del
peligro que corren habitar en el margen del río Huacapa.
Ante situaciones semejantes,
es mejor tapar el pozo antes de que suceda una desgracia familiar.
Protección Civil debe
apretar el paso ante la llegada de la temporada de lluvias y mover a quienes se
han vuelto a asentar en los lugares que fueron afectador por el desbordamiento
del rio a consecuencia de Íngrid y Manuel en 2013.
De acuerdo a los comunicados
oficiales, a esta familia se le han ofrecido las opciones de reubicación o una
vivienda del programa de autoconstrucción en dos predios, a las que se negaron,
pero siguen vigentes.
Ante la temporada de
lluvias, tomando las previsiones necesarias, hemos visto que personal del
ayuntamiento limpian las barrancas de Chilpancingo; un verdadero problema, al
ser utilizadas por los vecinos como vertederos de basura, colchones, estufas y
vehículos, quizá pensando que el agua se los va a llevar, sin considerar que
pueden ser la causa de una desgracia colectiva.
Esa práctica de los vecinos
no ha podido ser erradicada por ninguna de las administraciones anteriores,
pues un día limpian la barranca y al otro día ya están llenas de basura, tierra
o colchones.
Norma Otilia, ha dicho que
el programa de prevención ya se puso en marcha con la limpieza de las 54
barrancas del municipio, la notificación a familias 2 mil familias en zonas de
riesgo y la habilitación de albergues.
De estas 54 barrancas, 22
son de alto riesgo, 22 de riesgo medio y 10 de bajo riesgo.
De las 22 barrancas de alto
riesgo, 4 son de muy alto riesgo que son la Chuchululuya, Calaveras, Tonalapa y
El Tule, las que son monitoreadas diariamente.
El llamado de la presidenta
municipal y del coordinador de Protección Civil es a la gente para que deje de
tirar sus colchones, sus estufas, roperos, trasteros y hasta vehículos, que ya
habían sido limpiadas y en pocos días están en la misma condición, atascadas de
basura.
Para la temporada de lluvias
ya se cuenta con 13 albergues aprobados por la Secretaría de Protección Civil
en el estado y la Comisión Nacional de Protección Civil, mismos que están
Chilpancingo 5, y 8 en comunidades como Petaquillas, Mazatlán, El Ocotito y
Buena Vista.
En su catálogo de temas a
atender para evitar crisis, como las que se generan con los incendios, la
presidenta ha informado que este año se han reducido los daños por incendios
forestales, pues a la fecha suman 4 mil 035 hectáreas quemadas en Chilpancingo,
mientras que el año pasado en el mismo período se llevaban más de 16 mil
hectáreas afectadas.
Esto se debió a que
aplicaron medidas preventivas en el tiempo justo, con guardarrayas, rayas
negras en los cerros donde siempre se quemaba, como Llanos de Tepoxtepec y el
Cerro del Toro que ahora no se incendiaron, gracias a la coordinación con
Protección Civil estatal, Semaren, Conafor, Semarnat y el ayuntamiento con 50
brigadistas.