El Universal
Las prendas se elaboran según el nivel de riesgo; pueden detener balas de Magnum .44 y hasta de “cuerno de chivo”, afirman.
Camisetas,
chamarras de gabardina o de piel de becerro italiano e incluso playeras
tipo polo, pasarían desapercibidas si no tuvieran una característica:
son capaces de contener los impactos de una pistola nueve milímetros e
incluso de una Magnum 44.
Esta
ropa blindada es uno de los elementos más útiles en el guardarropa de
los políticos que buscan un cargo de elección popular, de acuerdo con
Javier Di Carlo, vocero de Miguel Caballero, empresa dedicada a la
fabricación de ropa blindada, pero ligera.
Las
prendas presentan dos tipos de blindaje según el deseo y necesidades
del cliente: soft y hard, cada uno con distintos niveles.
En
el caso de los precandidatos o candidatos, opina Di Carlo, lo
recomendable es el nivel de blindaje más alto, pero de la línea soft. La
línea hard sería para sus escoltas.
“Si
yo estoy hablando de un político en campaña el nivel de riesgo que
tiene es alto, pero tenemos que tener en cuenta que sobre en el caso de
los presidenciables no va solo, tiene un anillo de seguridad. Este
círculo es el primero que recibe la bala”, explica.
El
blindaje soft ofrecido por la empresa detiene hasta una Magnum 44,
porque la delincuencia usa armas de este calibre. “El arma corta que
utiliza la delincuencia en México es 9 milímetros o 38. ¿Por qué detiene
hasta una Magnum 44?, porque nosotros estamos certificados por el
Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos y esa certificación nos
exige detener este tipo de disparos”, precisa Di Carlo.
Para
detener ataques con armas más grandes como un cuerno de chivo, la
empresa ofrece el blindaje hard, básicamente, en chalecos de reportero
disponibles para los escoltas del político. “Creamos chalecos de uso
interior y exterior. Tienen dos placas (de 1.5 kilos cada una) y esas sí
te detienen el impacto de un cuerno de chivo”.
Costos y niveles
La
empresa ofrece seis prendas básicas que son las de mayor demanda: la
camiseta, la playera tipo polo, el chaleco de reportero, la chamarra de
piel y la guayabera. La línea de mujer fue eliminada porque su nivel de
riesgo era menor. No obstante, explica Di Carlo, la empresa puede
ajustar sus diseños a las necesidades del cliente. “Hemos hecho túnicas
blindadas en medio oriente”, comenta.
El
precio de estar blindado sin perder el estilo oscila entre 2 mil y 4
mil 500 dólares, según la artículo deseado. El vocero de Miguel
Caballero asegura que su empresa es capaz de ofrecer protección sin
producir un atuendo pesado, gracias a una “fórmula secreta” que emplea
los mismos productos que cualquier empresa productora de blindaje.
“Tenemos nuestro laboratorio en Colombia, realizamos investigación
científica y tecnológica y a diario se están desarrollando nuevos
productos”, explica Di Carlo, quien también aclara que las prendas no
son el primer elemento de seguridad. “El candidato debe empezar por
tener un auto blindado y un anillo de seguridad con chalecos también
blindados”.
Antes de vender un producto, la empresa verifica los antecedentes de sus clientes potenciales.
“Si
tú haces mal uso de nuestros productos, nosotros conservamos una copia
de tu credencial de elector, te llamamos y te preguntamos, el porqué a
una de nuestras prendas se le dio mal uso. Si nos dices que te la
robaron te pedidmos la denuncia”.
Manuel Caballero cuenta con certificación expedida por la Secretaría de Seguridad Pública federal y local.
Todas
las prendas con cierre o botones que presentan blindaje, deben usarse
cerradas para no abrir huecos balísticos, afirma su vocero.
El blindaje tiene garantía de cinco años, porque justamente cada cinco años, hay avances en la industria de las armas, señala.
Si
una persona recibe un disparo usando un chaleco, este es cambiado por
la empresa, sin costo alguno, a cambio de que la persona les permita
subir su testimonio en el sitio web de Miguel Caballero y forme parte
del “club de sobrevivientes”. Aunque admite que “es muy complicado que
políticos den su testimonio”.
El
mantenimiento de las prendas es como el que se daría a cualquier otro
artículo del mismo material. Para limpiar las placas blindadas basta con
recurrir a un paño húmedo.