Sabemos
que la acción de reconciliar es la reconciliación y que ésta tiene que ver con
que vuelvan las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos. Tenemos
plena conciencia de que en las últimas semanas se alentó en Guerrero la
peligrosa polarización que confronta, rompe sociedades y deja discriminación e
injusticia por todos lados. Se desunieron, pues, los ánimos.
Ayer en
Acapulco marcharon unas mil personas vestidas de blanco. Dijeron ser taxistas,
comerciantes, abogados y ciudadanos. Llegaron a la plaza central de la ciudad y
pidieron al gobierno estatal y a los normalistas de Ayotzinapa sentarse a
dialogar. Encomiable labor de los abogados, convocantes de la marcha.
Blancos
fueron sus vestidos. Blancos los globos. Blancas sus pretensiones. El abogado
Alfredo Pérez Zárate, convocante de la parada cívica, lo sintetizó: “queremos
paz, concordia, tranquilidad”.
Al
término de la expresión por la paz, en las oficinas privadas usadas por el
gobierno para fines de comunicación y seguridad, se dijo a los medios que la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ejercitará acción penal
contra los ex agentes ministeriales Ismael Matadama Salinas y Rey David Cortés
Flores, como presuntos responsables del homicidio de los estudiantes de la
Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa Gabriel Echeverría de
Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino, durante los lamentables acontecimientos del
pasado 12 de diciembre.
El
encargado del despacho de la PGJE, Juan Manuel Herrera Campos, informa que los
probables responsables están plenamente identificados, luego de analizar el
material de las investigaciones que integran la averiguación previa respectiva.
Para el
mismo caso el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jesús Martínez
Garnelo, advirtió que éste podría llevar en los tribunales tres años, aunque
sostuvo que a los jueces “no les temblará la mano para juzgar a los
responsables de la muerte de tres personas”.
Hasta
aquí parece que la reconciliación será de trámite. Que la justicia llegó de la
mano divina del abogado campechano Herrera y que, en un tris, dio con los
responsables de matar a los estudiantes. Dos, de entre 167 policías que
asistieron y de los que 65 dispararon, fueron los que mataron a los
estudiantes.
Pero no
adelantemos vísperas. Todos queremos que los deseos nobles y blancos del
abogado Pérez Zárate se cumplan. Que la paz y la tranquilidad lleguen a
Guerrero y nos dejen trabajar y producir en paz. La sentencia de Martínez Garnelo
se cumplirá y el caso será largo, muy largo.
Publicada
en Milenio Diario la semana pasada, la nota del testimonio de un testigo de la
tragedia anuncia que las cosas no serán tan sencillas.
(Comienza
la cita) Jaime Galván, testigo del enfrentamiento sobre la autopista
México-Acapulco el pasado 12 de diciembre, cuando estudiantes normalistas de
Ayotzinapa se enfrentaron con la policía. Escondido desde entonces, habló con
MILENIO sobre lo que vio y vivió ese mediodía.
El
Diablo, como lo conocen, es testigo protegido de la Procuraduría General de
Justicia del estado. Laboraba hasta el día del enfrentamiento como mecánico en
un terreno ubicado justo frente a la gasolinera incendiada. Ahora, por sus
declaraciones, dice, su vida está en riesgo.
“Estaba
en mi taller y empezaron a llegar muchos camiones de pasajeros. Comenzaron a
obstruir el paso de la carretera. Llevaban las caras tapadas con pañuelos,
camisas,” dijo.
Con las
agresiones, Jaime decidió esconderse tras unas láminas que hacen las veces de
pared en el taller. Mientras narra lo sucedido no para de tallarse el rostro.
Le preocupa que en cualquier momento alguna autoridad pueda ubicarlo a él o su
familia y desaparecerlos.
“Llegó
el momento en que se enojaron tanto (los normalistas), que empezaron con más
agresividad a patear todo lo de la gasolinera… ellos son los que incendian la
gasolinera. Los policías que estaban enfrente, de la Policía Federal, fueron
los que empezaron con los disparos. Fueron ellos los que empezaron a disparar a
todos los que estaban de frente.”
—¿Cómo
sabes que eran de la Policía Federal?
—Les vi
las siglas. Las camionetas estaban ahí. Llegaron en sus camionetas, con su
uniforme, sus cascos... Incluso, del lado de las mangas decía Policía Federal.—¿Qué armas dispararon?
—Armas
grandes, largas.
Suda y
cualquier ruido lo altera. Trata de no perder la compostura que por momentos se
pierde.
—¿Viste
cuando le dispararon a los dos jóvenes que murieron?
—Estaba
en mi taller oculto… Hay un orificio desde donde se veían los manifestantes.
Hubo policías federales que se metieron al taller… Los tuve a menos de un
metro, medio metro al lado mío. Tres, cuatro federales. Uno de ellos pasó al
lado mío para la parte de atrás del taller, por donde están las láminas… Fue en
segundos. Me asomé y estaban lo chavos todavía en la trifulca. Estaba bien
todo, todo con piedras, palos, gritándose.
“Un
chavo venía corriendo… el que traía una mochilita traía una piedra en la mano
derecha que iba a aventar. El policía estaba metido atrás de las láminas y
había otros como en línea. Se oye un disparo e inmediatamente cayó el joven.
Iba corriendo a aventarle la piedra a los policías federales que estaban al
frente, empuñó la piedra y fue cuando cayó de frente, pegando el rostro con el
pavimento. Cayó con los pies cruzados.”
—El
disparo fue hecho…
—...de
la parte donde está el taller. El que se metió por la parte trasera fue el
federal. Se escuchó un segundo disparo y no cayó nadie. Los manifestantes
querían saltarse el muro de contención para ver cómo estaba su amigo, qué le
había pasado, empezaron a gritar “¡ya le dieron, fíjense, chinguen a su madre!”
“En el
tercer disparo que se oye, inmediatamente el chavo que va subiendo se regresa
del guamazo. ‘¡Vean lo que hicieron, ya pasó otra cosa!’ El chavo estaba ahí tirado,
‘¡está sangrando, está sangrando!’, gritaron. Nada más lo movieron como un
metro, metro y medio.”
—¿De
dónde salió el tercer disparo?
—Del
taller, de entre las láminas… el mismo lugar donde estaba el policía.
—¿Qué
fue lo que hizo después ese agente?
—Se
retira de ahí con sus demás compañeros. Ahí había casquillos, muchos… lo vi
bien…
—¿Te
dijo algo cuando se fue?
—No.
Nada más me volteó a ver... Fueron más de cinco minutos los que estuvieron
disparando.
—¿Viste
a alguno de los estudiantes empuñar un arma?
—No, no
vi a ninguno. Lo que se me hizo raro fue que una persona resaltó más entre
todas ellas. Traía algo en el brazo. La silueta que daba con el trapo que
tapaba era un arma.
—¿Viste
esa arma?
—La
silueta cuando el viento le pegó.
—¿Cómo
era esa persona?
—Traía
el rostro tapado. Se distinguía más de los demás. Era muy diferente. El mismo
cuerpo, la corpulencia.
—¿Viste
a los policías levantar los casquillos?
—Vi a
los policías federales levantar los casquillos. Recogí un puñado de ellos y me
los eché a la bolsa. Llegó uno, el de la ametralladora con la carrillera
grandota y me dijeron “a ver saca lo que traes en las bolsas”, y les dije que
no traía nada, “cómo no, lo que traes en las bolsas”. Y así, muy discretamente
me pidió echarlos en una bolsa… Incluso, mantas que traían los jóvenes las
guardaron ellos.
—¿Porqué
estas diciendo todo esto hasta ahora?
—Temo
por la seguridad y la integridad de mi familia.
A
Jaime, asegura, lo ha buscado en su casa gente de la PGR para pedirle que
cambie su declaración.
—Me
dijeron: “no vas a ser mal visto, mal recompensado. Olvídate de lo que dijiste.
Di que te pusiste debajo de un carro y que no viste nada…”, que me retractara
de lo que vi para no tener problemas con nadie.
Cuando
Jaime acaba de relatar su versión, se levanta y sale del salón. Camina
escondiendo la cara entre la ropa. El Diablo vuelve a perderse en las calles de
Chilpancingo, esperando no ser descubierto. (Hasta aquí la cita tomada de
Milenio)
Y hoy a
las seis de la tarde, el aun procurador de justicia con licencia, Alberto López
Rosas ofrece una conferencia a los miembros de la Barra de Abogados de
Acapulco. Mostrará los videos y el material donde, nos asegura, se ve cuando
los federales son los que disparan. Es la versión que sostiene el testigo y que
contrasta con la que ayer ofreció el encargado del despacho de la procuraduría.
Reconciliar,
esa acción de reconciliar, tiene otras acepciones además de la que devuelve las
amistades y une los ánimos. También se aplica a la acción de oír una breve o ligera
confesión o, entre los católicos, confesarse, de algunas culpas ligeras u
olvidadas en otra confesión que se acaba de hacer. O Confesarse, especialmente
de manera breve o de culpas ligeras.
Esta
ultima acepción es la que nos ofreció ayer el abogado Herrera. La acción de
confesar culpas ligeras. Asi no se llega a la acción de unir amistades y
devolver la paz y la concordia. El caso aun es y será largo, como lo sostiene
el Presidente del Tribunal de Justicia, Jesús Martínez Garnelo. Así no unirán
los ánimos rotos. Así no.
TRASCENDIÓ
QUE el
Partido Verde Ecologista de México, beneficiado por su alianza con el
Revolucionario Institucional, aplica las prácticas autoritarias que fueron
causa de la debacle de su aliado en el siglo pasado y que le valieron ser
conocidos como “la dictadura perfecta”.
QUE
para la selección de candidatos a diputados federales, que serán electos en
julio de éste año, el PVEM se vio beneficiado con una gran tajada del
pastel priísta. El reparto se hizo según el grosor de intereses, amistad e
imposiciones inexplicables desde la dirigencia nacional a los comités
estatales.
QUE
para el caso de Guerrero, en Acapulco Marco Antonio de la Mora hizo a un lado
al regidor Fernando Reina Iglesias. Le quitó la candidatura al cuatro distrito
federal electoral como se le quita un dulce a un niño. Lo dejó lloriqueando y
haciendo berrinche.
QUE Don
Marco, envalentonado y sabedor del gran poder que le otorgaron desde el centro
de la ciudad de México, ha puesto en subasta las candidaturas a regidores y
diputados locales que le tocan del reparto del pastel priísta.
QUE
cuando menos se sabe que por tres millones de pesos colocará como candidato a
regidor en Acapulco a uno de los hijos de los hermanos Villarreal,
propietarios de lo que fue Plaza Bahía y hoy son oficinas del gobierno
estatal y la Policía Federal Preventiva.
QUE
Marco de la Mora pronto sacó su pasado perredista; él mismo es sobrino del ex
gobernador perredista Zeferino Torreblanca y los hermanos Villarreal, que se
ufanan de haber comprado la regiduría priísta para uno de sus hijos,
fueron claros financiadores de la campaña perredista en la pasada elección de
gobernador. ¿Qué pasa con ese PRI que regala el poder a trasnochados de las
imposiciones?
NUMERALIA
1)
Los altos índices de inseguridad se registran
principalmente en 186 de los dos mil 440 municipios del país
2)
Esas demarcaciones concentran el 60% de la
población, pues 66 millones 832 mil 677 mexicanos viven en esas localidades.
3)
Entre esas ciudades se encuentran 34 zonas
turísticas como Cancún, Cozumel, Puerto Vallarta, Manzanillo, Acapulco,
Mazatlán, La Paz y Los Cabos.
4)
Aunque esos municipios abarcan todos los estados
del país, representan sólo 7.6% del territorio nacional, integrado por dos mil
440 municipios.
5)
De acuerdo con los listados públicos de los
municipios altamente peligrosos, elaborados por el Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Secretaría de Educación Pública y la
Secretaría de Desarrollo Social, de 444 municipios considerados como de
atención especial, 186 son los más preocupantes.
6)
Los 186 municipios inseguros abarcan 62 zonas
metropolitanas. La más populosa es la del Valle de México, donde se ubican las
16 delegaciones del Distrito Federal, 16 municipios del Estado de México y uno
del estado de Hidalgo, donde habitan 17 millones 416 mil 387 personas.
7)
Baja California y el Distrito Federal, son
considerados de alta peligrosidad. Destaca el Estado de México, con 19
municipios considerados peligrosos en los listados oficiales.
8)
Está después Veracruz con 14 municipios, Jalisco
con 11; Tamaulipas y Nuevo León con nueve cada uno, y Sonora y Guanajuato con
ocho cada uno.
9)
Después está Michoacán con seis; Chiapas,
Chihuahua, Guerrero, San Luis Potosí y Tabasco con cinco municipios; Coahuila,
Morelos, Puebla, Querétaro, Quintana Roo y Sinaloa para cuatro; Durango,
Hidalgo, Oaxaca, Zacatecas, Aguascalientes y Baja California Sur con tres cada
uno, mientras que Nayarit, Tlaxcala Yucatán y Campeche tienen dos municipios,
cada uno.
10)
A los municipios mas inseguros les otorgarán dinero
extra para atender tan grave problema.
QUE
CONSTE
“A los
jueces no les temblará la mano para juzgar a los responsables” de la muerte de
dos estudiantes de Ayotzinapa.
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