Reza el dicho que
“entre mas cambian las cosas mas se quedan igual” y la reciente visita de
Jody Williams (laureada con el premio
Nobel de la Paz en 1997) deja de manifiesto la validez de dicho razonamiento,
pues la “rabia” que en ella despertó la situación que los indígenas afrontan
dia con dia en el estado, no es mas que la continuación de una misma forma de
gobierno que desde décadas atras abandera la discriminación y la desigualdad, y
tan solo cambia los rostros de los ejecutores de dicho sistema, las promesas
tanto de igualdad como de justicia para todos aquellos que viven en la tierra
guerrerense son tan solo sueños de opio y palabras que se extinguen con la
brisa de la tarde, pues históricamente la represión, la marginación y violación
de garantías individuales son espectros que dejan ver sus rostros cuando las
armas hacen sentir su estruendo.
Ya desde 2009,
cuando la administración de Zeferino Torreblanca empezaba a agonizar, Jhon Traversi y Ajanta Kaza, miembros del
Comité de Derechos humanos de la Barra de Abogados de Inglaterra y el Pais de
Gales habían señalado que la situación
en materia de garantías individuales era preocupante, ya que el clima de
impunidad y abusos en niveles estatal y municipal subvertían los esfuerzos del
gobierno federal. El informe presentado por los ingleses dejaba notar que el
acceso ala justicia para los ciudadanos era muy limitado, que el estado de
derecho difícilmente era respetado y los abogados y demás actores en el sistema
de justica difícilmente podrían ejercer el oficio jurídico con libertad o sin
la presencia de alguna clase de soborno sintonizando muy bien con lo declarado
por las activista al opinar sobre el presunto abuso por parte de militares a
mujeres indígenas "me
llamó la atención la falta de justicia total para mujeres indígenas. Es que no
tienen acceso a servicios, no tienen acceso a justicia"
La fama que desde
la década de los sesenta hemos incubado, como estado opresivo esta mas que
justificada, porque aun retumban en las tierras de Costa Grande las voces de
los integrantes de la Liga Revolucionaria 23 de septiembre, aun esta presente
en la memoria colectiva la persecución vivida por los opositores de los
todopoderosos gobernadores durante la Guerra Sucia y aun causa dolor mencionar
Aguas Blancas y el Charco, hechos que nos han marcado indudablemente. Hoy en
dia, cuando el 12 de diciembre dos estudiantes de la escuela Raul Isidro
Burgos, fueron abatidos presuntamente por elementos de la policía ministerial
en el estado, el “rostro humano” con el que Angel Aguirre tan arduamente trato
de enmascarar a su administración fue echado por tierra. Y los demonios del
pasado quedaron libres.
Lo declarado por
las organizaciones activistas deja de manifiesto que la formación de organismos
libres de corrupción necesarios para la buena aplicación de las leyes, la
depuración de cuerpos policiacos y la constitución de una clase política
consiente de la importancia del estado de derecho, son necesarios en una
entidad donde la legalidad ha sido tan diezmada, pero desgraciadamente no se ve
una disposición de las elites del poder para la construcción de tales
elementos, hay breves destellos pero no una luz cegadora que nos garantice a
salvo de la mano opresora de los poderosos.