La beata Josefina Vásquez
Mota le propinó una paliza al patán Ernesto Cordero y desdibujó al
circunspecto, Santiago Creel y se alzó con el triunfo de la candidatura del
Partido de Acción Nacional a la presidencia de la República.
El resultado de las
votaciones internas panistas fueron hasta cierto punto predecibles pero también
sorprendentes, pues si bien es cierto que las encuestas daban como amplia
favorita a Josefina Vásquez Mota, el porcentaje de votos obtenidos por Ernesto
Cordero no fueron los que se esperaban pues incrementó su volumen en forma
inusitada y por parte de Santiago Creel fue el que dio la nota al sacar un
ínfimo seis por ciento del total de sufragios depositados a lo largo y ancho
del país.
Pero si bien es cierto que
la competencia interna del PAN fue rasposa y amenazó inclusive con terminar con
serias fracturas internas, el procesamiento interno de parte del comité
ejecutivo nacional del PAN fue el correcto y se logró que el mensaje a los
ciudadanos del país fuera nítido y sin mancha alguna.
Como demócratas de primer
mundo, los contrincantes panistas dieron su beneplácito a la triunfadora y el
mensaje de unidad de la ganadora selló con antelación cualquier rendija por
donde se pudiera empezar a dividir a ganadores y perdedores.
El mensaje de la hoy todavía
precandidata del PAN a la presidencia de la República fue una expresión del
carácter de la ex secretaria de desarrollo social, ex secretaria de educación
pública y ex coordinadora parlamentaria en la cámara baja del Congreso de la
Unión de la fracción panista.
Y es que, mientras algunos
daban por hecho de que Josefina Vásquez Mota proseguiría con su discurso de
bajo perfil y sin compromiso alguno, habrá que releer su discurso del domingo
pasado para darse cuenta de que la mujer no es como la pintan y sí es como la
que se ha forjado en el trabajo político diario.
No es poca cosa haber sido
secretaria de las dos secretarías principales de la administración pública
federal y que tienen que ver con segmentos de población amplios y variados, así
como no es tampoco una cuestión menor el haber sido negociadora exitosa dentro
de la cámara de diputados donde logró sacar varias iniciativas de ley
impulsadas por el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, miembro
distinguido de su partido.
Y en consecuencia, amén de
ir conociendo más de su currículum vitae, Josefina Vásquez Mota será una
candidata incómoda para quienes participarán en la contienda Constitucional
como son los candidatos del PRI, Enrique Peña Nieto y el candidato del PRD-PT y
MC, Andrés Manuel López Obrador y quien salga como cuarto candidato del Partido
de Nueva Alianza, quien en unos días más tendrá su convención nacional donde
será electo.
Y cuando decimos que
Josefina Vásquez Mota será una candidata incómoda, es que por lo visto, para
poder lograr posicionarse frente al electorado nacional en su condición de
candidata mujer, tendrá que sacar a relucir todas sus capacidades y sobre todo
su talante para construir un discurso que le lleve un mensaje nítido a la
población sobre lo que en realidad significa su candidatura, su proyecto y los
postulados de su partido, así como el defender los proyectos nacionales que
impulsaron en sus gobiernos los presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe
Calderón Hinojosa.
Si logra defender la
alternancia que ha habido en este país por dos sexenios consecutivos, Vásquez
Mota podrá sacar a relucir la historia condenable del Partido Revolucionario
Institucional cuando ejerció el poder durante más de 70 años y con ello
recordarle a las nuevas generaciones que las libertades de las cuales hoy gozan
fueron arrebatadas a un partido y un gobierno que las tenía secuestradas, por
ejemplo, el ejercicio pleno de la libertad de expresión, de opinión e
información.
La candidatura incómoda de
Vásquez Mota es la sal que le faltaba a este proceso electoral del 2012. Viene
a ser, por vez primera, una mujer que entra a la competencia electoral no como
candidata testimonial sino como una real alternativa frente a un Enrique Peña
Nieto cuestionado o a un Andrés Manuel López Obrador enmendado.
Una mujer candidata no es
cosa menor y puede darse el caso de que esté país, considerado como machista,
pueda otorgarle su confianza en las urnas. Y esto lo decimos, más que nada
porque estamos hablando de política y en política, se dice y se afirma, nada
está escrito y mucho menos cuando la política tiene que ver con elecciones y
con el poder del ciudadano para decidir libremente sobre su futuro.
Veamos si la mujer candidata
puede afianzarse dentro de su partido, puede lograr la unidad deseada y si esto
es así, entonces lo que le restará es ir recorriendo el país para reconocer lo
andado y conocer si lo que hizo a su paso por la administración pública federal
fue lo correcto y por ende recoger lo sembrado.
No olvidemos que ya no es
tabú que una mujer maneje los destinos de un país. En América Latina tenemos ya
variados ejemplos como en Chile, Brasil, Argentina y Costa Rica, entre otros
países, luego entonces, bien podríamos inaugurarnos en este 2012 con una
presidenta de la República.
Claro que no es descabellado
pensarlo sobre todo cuando tenemos para nuestro beneficio una bien cimentada
estructura electoral que da confianza de que el voto emitido será no solo bien
contado sino protegido y blindado.
Apostemos a la disputa por
el poder dentro de los lineamientos democráticos y demos una vez más un ejemplo
de civilidad a la comunidad política internacional.
Esperemos que la beata, el
patán y el circunspecto, puedan limar asperezas y salir unidos a buscar el
triunfo electoral que hoy, según las encuestas de opinión, está mas cerca del
PRI que del PAN.
Periodista
y Analista Político*