Milenio
De acuerdo a un estudio científico avalado por instancias internacionales, los arrecifes han sido dañados en “aras del turismo”.
Cancún • Un informe científico, avalado por el Centro Nacional de Derecho Ambiental (Cemda) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) establece que desde 1976 la Riviera Maya ha perdido 50 por ciento de manglar y casi la mitad de su coral vivo, “sacrificados en aras del turismo”.
“Esto es motivo de gran preocupación mundial. El arrecife además de generar oxígeno, es área vital para miles de especies pesqueras, mangle y pastos marinos, posee dinámica directa sobre el mar para transporte de larvas, plantas, nutrientes y materias orgánicas y protege ciudades costeras y litorales de oleajes, tempestades y erosión”.
El informe presentado en ocasión del Día Mundial de los Humedales, el 2 de febrero, se funda en el monitoreo del arrecife mezoamericano y manglares, realizado de 1976 al 2011, en Solidaridad y Tulum.
En el tramo que va de punta Brava a caleta Yalkú, el manglar pasó de tres mil 294 hectáreas en 1976 a mil 569 hectáreas en 2011, señala el documento suscrito por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Forum).
La Comisión Nacional del Uso y Conocimiento para la Biodiversidad señala que México tiene quinto lugar de la superficie de manglar en el mundo. Quintana Roo posee 16 por ciento en el país, solo superado por Campeche que tiene 25 por ciento de manglar nacional.
El estudio revela además la pérdida de 50 por ciento de coral vivo, además de indicadores críticos, que incluyen devastación de selvas, destrucción de dunas costeras y contaminación de acuíferos subterráneos, señalaron Alejandra Serrano, del Cemda y Vicente Ferreira del WWF.
Explicaron que el arrecife coralino es auténtico bosque submarino. A más de amortiguar efectos de olas y tormentas, regula el clima, es refugio de miles de especies y resulta fundamental para el equilibrio ecológico y la regulación del clima al absorber más de 20 por ciento del dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera.
“La pérdida de coral es masiva. Corales muertos blanquean el Golfo de México y el Caribe”, describieron.
Las causas directas de estas pérdidas inestimables son cambios de uso del suelo que provocó el desarrollo turístico, desastres naturales, sobre todo huracanes y contaminación del agua.
El daño al arrecife y los manglares representan daños ambientales, económicos, turísticos y de seguridad a la población.
El fenómeno es parejo, con la pérdida de manglares se pierden arrecifes y se destruye el filtro que evita la contaminación de los mares; con la muerte del coral se altera, la cadena alimenticia de miles de peces y mariscos y la producción de arena de las playas.
Sin manglares ni arrecifes, se acaba la protección natural contra tormentas y huracanes en las costas, el daños a la infraestructura es mayor ante la eventual necesidad de desplazar a la población tierra adentro en casos de contingencia, señalaron ambos expertos.
El informe presentado en ocasión del Día Mundial de los Humedales, el 2 de febrero, se funda en el monitoreo del arrecife mezoamericano y manglares, realizado de 1976 al 2011, en Solidaridad y Tulum.
En el tramo que va de punta Brava a caleta Yalkú, el manglar pasó de tres mil 294 hectáreas en 1976 a mil 569 hectáreas en 2011, señala el documento suscrito por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Forum).
La Comisión Nacional del Uso y Conocimiento para la Biodiversidad señala que México tiene quinto lugar de la superficie de manglar en el mundo. Quintana Roo posee 16 por ciento en el país, solo superado por Campeche que tiene 25 por ciento de manglar nacional.
El estudio revela además la pérdida de 50 por ciento de coral vivo, además de indicadores críticos, que incluyen devastación de selvas, destrucción de dunas costeras y contaminación de acuíferos subterráneos, señalaron Alejandra Serrano, del Cemda y Vicente Ferreira del WWF.
Explicaron que el arrecife coralino es auténtico bosque submarino. A más de amortiguar efectos de olas y tormentas, regula el clima, es refugio de miles de especies y resulta fundamental para el equilibrio ecológico y la regulación del clima al absorber más de 20 por ciento del dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera.
“La pérdida de coral es masiva. Corales muertos blanquean el Golfo de México y el Caribe”, describieron.
Las causas directas de estas pérdidas inestimables son cambios de uso del suelo que provocó el desarrollo turístico, desastres naturales, sobre todo huracanes y contaminación del agua.
El daño al arrecife y los manglares representan daños ambientales, económicos, turísticos y de seguridad a la población.
El fenómeno es parejo, con la pérdida de manglares se pierden arrecifes y se destruye el filtro que evita la contaminación de los mares; con la muerte del coral se altera, la cadena alimenticia de miles de peces y mariscos y la producción de arena de las playas.
Sin manglares ni arrecifes, se acaba la protección natural contra tormentas y huracanes en las costas, el daños a la infraestructura es mayor ante la eventual necesidad de desplazar a la población tierra adentro en casos de contingencia, señalaron ambos expertos.