Dicen que la curiosidad mató
al gato. En este caso, el curioso es el
gato del gobierno del estado y la curiosidad que tiene por resolver es ver
si es posible ajustarle cuentas al ex gobernador del estado, Zeferino
Torreblanca Galindo por el prurito de que durante su administración le salieron
mal las cuentas en los rubros de salud, educación y seguridad pública, sin
dejar a un lado lo que resulte en cuanto se abran otras líneas de
investigación, particularmente en lo que tiene que ver con el transporte
público, la forma como se manejaron las concesiones y los acuerdos a que se llegaron con
personajes de este singular gremio en la entidad.
Pero ahora, el gato ‘’oficial’’ está tan curioso de ver cómo
puede atrapar a una de las tantas presas que están ya acorraladas e indiciadas,
según se afirma en documentos de la Auditoría
Superior de la Federación y que las ha hecho públicas la contraloría estatal.
Pero si de curiosidades
hablamos, hay otros tipo de gatos
fuera de la administración pública que quieren saber sobre los manejos que en
este primer tramo de la administración pública estatal han hecho los
funcionarios de las mismas instituciones hoy cuestionadas como son: la
Secretaría de Salud que comanda Lázaro Mazón, la Secretaria de Educación
Guerrero que mandata Silvia Romero o la Secretaría de Seguridad Pública que
comandó –hasta ser destituído—Ramón Almonte.
Pero la curiosidad de los
otros gatos, o sea, los
‘’independientes’’ va más allá, pues se han encontrado serios desvíos y
faltantes en las secretarías de desarrollo social, desarrollo rural y en la
procuraduría general de justicia del estado. Lo raro del caso es que el gato oficial solo ve para afuera y no ve
hacia dentro de la propia administración a la que pertenece afín de que no
sucedan esas cosas de las que están denunciando a gritos.
Lo curioso de todo esto es
que la propia ciudadanía está esperando que no se queden las cosas a medias,
que se terminen y que topen contra lo que topen se concluyan las indagatorias y
se sancione a los culpables. Solo así, con el ejemplo, se les podrá creer que
lo que hacen lo están haciendo por convicción y no por intereses políticos y
que es precisamente de lo que estamos hartos los ciudadanos.
Si el gobernador Aguirre
quiere sacar cuentas de lo que le dejaron y cómo se lo dejaron que lo haga pero
ya, pues es también curioso que han pasado once meses con la misma cantaleta y
no hay avances y si en cambio algunos retrocesos, sobre todo por la aparición
del ex mandatario, quien en los últimos meses del año pasado les enmendó la
plana y los dejó cuasi paralizados.
Finalmente las indagatorias
dieron sus frutos y las conclusiones de las auditorías dieron sus resultados.
Ahora el paso siguiente es aplicar las sanciones y poner a cada quien en su
lugar. Si esto se hace así el próximo paso será ver hacia dentro y poner a cada
uno de los que participan en la administración estatal frente a la máquina de
rayos equis para saber si no traen algo atorado que no hayan podido digerir
bien, pues usualmente es lo que les sucede a aquellos que se atragantan con el
erario público que ponen a su disposición.
No pocas han sido las voces
que se han escuchado denunciar no solo a familiares sino también a allegados,
compadres o amigos de años y
colaboradores de siempre del gobernador Aguirre
de que han estado sirviéndose con la cuchara grande y no han dejado que
los ingresos públicos se fortalezcan y acrecienten y que en la secretaría de
finanzas la registradora no funcione
normalmente.
La curiosidad ha sido una
constante en este sentido. No hay colaborador del gobernador que no haya sido
señalado de hacer mal uso de su posición, de los recursos públicos, de los
bienes muebles e inmuebles, de hacer negocios a tras mano, de arreglar asuntos
públicos de manera privada y sobre todo se habla y se habla mucho de que un
personaje cercanísimo al mandatario estatal es quien arregla negocios
millonarios que tienen que ver con terrenos de vocación turística ubicados en
la región de la costa grande.
La contraloría estatal no
debe de cerrar los ojos frente a la gran corrupción que al parecer se ha
registrado ya en la actual administración. La SEG sigue siendo saqueada. La
Secretaría de Salud no se diga. La administración de justicia está al mejor
postor y la seguridad pública en manos de la federación. Los penales están más
que corrompidos y generando dinero sucio para los gobernantes tiznados.
No se puede exigir justicia
cuando no se tiene la convicción de poder otorgarla.
No se puede acusar de
corrupción cuando esta brota por todas partes frente y ante el denunciante.
No se puede decir que se
quiere servir cuando se ha demostrado que lo que quieren es servirse y que les
sirvan.
Lo curioso de todo esto es
que la película la hemos visto pasar una y otra vez y son los mismos actores
solo que reciclados, tanto los que acusan y son acusados.
Esto sí que es curioso,
sobre todo en un gobernante que ha pasado por similares situaciones.
Creeremos en el gobierno
estatal cuando demuestre que quiere cambiar. Cuando dé ejemplos claros de ser
diferente a su antecesor y querer hacer las cosas diferentes a lo que hizo
durante su primera administración.
Hasta ahora solo la
curiosidad ha movido al gato oficial
para hacer lo que ha hecho hasta ahora, o sea, el ridículo.
Periodista
y Analista Político*