"¿Quo vadis Joseph Benedicto? (a dónde vas), ¿quieres reencontrarte, reconstruir tu carisma y tu misión de Pedro o quieres caminar para fortalecer tu pontificado y tu jefatura de Estado?", le cuestionó el ex sacerdote Alberto Athié, durante la presentación del libro "La Voluntad de no Saber", que escribió en coautoría con Francisco M.
González y José Barba.
El libro reproduce documentos del archivo de El Vaticano que, de acuerdo con los autores, evidencian que la cúpula Católica tenía conocimiento desde 1944 de los abusos sexuales cometidos por Maciel a menores y de su adicción a las drogas.
Recordaron que no obstante que las denuncias llegaron a la Congregación para la doctrina de la Fe del Vaticano, entonces encabezada por el actual Papa, Maciel no fue sancionado sino hasta muchos años después, poco antes de morir.
La publicación, argumentan los autores, echa por tierra las afirmaciones de que la Iglesia católica no conoció los delitos de Maciel sino hasta 1998 y deja en claro que el Papa Juan Pablo II, en proceso de canonización, encubrió y solapó el comportamiento del fundador de la Legión de Cristo, poderosa congregación religiosa creada en 1941.
Previo a la presentación del libro, durante una conferencia de prensa, Joaquín Aguilar y Jesús Romero, quienes han denunciado los abusos sexuales que los sacerdotes Nicolás Aguilar y Carlos López cometieron en su contra, lamentaron que Benedicto XVI no hubiera hecho un espacio para dialogar con las víctimas como ha ocurrido en Estados Unidos, Australia, Irlanda y la Isla de Malta.
Señalaron que en dichos lugares los encuentros se dieron por la intermediación de los Obispos locales, algo que no quisieron hacer los sacerdotes de la jerarquía católica en México.
"Estoy aquí, alzando la voz en nombre de muchas víctimas, lamentablemente somos muchos, nosotros hemos tenido unos cientos de casos, sabemos que son miles", afirmó Joaquín Aguilar, director de SNAP, organización que aglutina a víctimas de abusos cometidos por sacerdotes.
Aguilar fue agredido sexualmente por el sacerdote Nicolás Aguilar, ahora prófugo de la justicia estadounidense que lo persigue por decenas de denuncias de abuso sexual a menores, caso en el que se denunció al Cardenal Norberto Rivera por presunta protección al sacerdote pederasta.
La periodista Carmen Aristegui, moderadora en la presentación del libro, afirmó que es necesario un "mea culpa" del líder de los católicos.
'Yo lo vi drogado'
Esteban Garaiz Izarra, presidente de la agrupación política Alianza Ciudadana, presente en la presentación del libro "La Voluntad de no Saber", reveló que él atestiguó los excesos del fundador de los Legionarios de Cristo.
"Yo vi a Marcial Maciel absolutamente drogado, en la enfermería del colegio en la Vía Aurelia, con el antecodo todo picoteado, babeando y cuando vio en mi rostro la determinación de que yo no accedería, dijo 'llévenselo'", afirmó.
Garaiz mantiene una prolongada amistad con José Martín Barba, uno de los ex legionarios que denunciaron ante el Vaticano las violaciones sexuales cometidas por Maciel y coautor del libro presentado este sábado.
"El Cardenal Ratzinger supo con toda oportunidad las tropelías de Marcial Maciel y él fue quien le dijo a Monseñor Carlos Talavera 'lo siento Monseñor, pero el Santo Padre tiene especial predilección por Marcial Maciel y este expediente no se puede abrir'", señaló.
Esteban Garaiz manifestó que se está tomando a Marcial Maciel como un chivo expiatorio, cuando existe una responsabilidad de toda la Iglesia católica en los delitos cometidos en contra de miles de niños por éste y muchos otros sacerdotes alrededor del mundo.
"El problema de la pederastia es un problema lamentablemente generalizado en muchos países de confesión católica y estoy absolutamente convencido de que en la raíz de este problema está evidentemente el celibato", aseguró.