El caso del diputado local priísta, cenopista hasta ayer, Francisco Torres
Miranda, al no ser nominado, seleccionado, como precandidato a diputado federal
por el distrito 09, de Guerrero, por su partido el PRI, es el clásico caso del
político al cual alcanzó el pragmatismo: el poder ante todo. Tal y como lo
describe el doctor Jaime Castrejón Diez.
Sí, porque lo que busca “Paco” Torres, es no quedarse en la calle, es no
quedarse sin ese poder que supuestamente da algo más que el aire que
respiramos, más que la vida misma, el poder es algo, que si volvió loco al Rey
Salomón, que no ha hecho con “Paquito”,
que si bien el poder es inasible,
mantiene con vida a quien lo posee. Después de eso, el olvido, la ignominia.
Y eso es precisamente lo que no
quiere este diputado local, que bien parado en su berrinche, como niño sin su
triciclo, sigue pataleando para que alguien lo escuche, para que alguien voltee
a verlo, en tanto seguirá con su berrinche por la paleta que le quitaron, ¿cómo
a él? Que se entrego al partido, a su partido y que hoy este le ha dado la
espalda, al cual defendió hasta la ignominia, y que hoy lo hace a un lado, y
principalmente el político por el que trabajo con ahínco, por el cual se
desvelo, más allá del 30 de enero pasado, por él que dio todo, y hoy le da la
espalda. Es por ello que “Paquito” con
su berrinche llama a la prensa, y ante los medios lloriquea una vez más, y les
dice que se siente ofendido, humillado, y que por ello está a punto de
convertirse en un “trashumante”, político.
En la época en que las ideologías políticas valen menos que un comino, los
principios y los estatutos, esos documentos básicos de los partidos políticos, que
hoy se han convertido en letra muerta, y lo más grave aunque les duela a más de
uno, los han convertido en papel para el WC, y tranquilamente transitan por
esos vasos comunicantes que no solamente existen en la física, sino también en
la política, cual vil “Bob esponja”, ya exprimida una, abren la mano para
llenar los poros con otra, absorber un nuevo líquido político, y en los vasos
comunicantes, aparecer del otro lado,
transparente, diáfano, e incólume. Listo para lo que se ofrezca.
No cabe duda que el “gallo”, es más sabio y que por sus instintos percibe a
que hora termina la noche y da inicio el día, pero entes caprichosos como “Paquito”
y muchos de su estirpe, no saben si viven de día o de noche, cuando han
olvidado los principios éticos, y siguen usando el mismo idioma, convencidos
que la moral es sin lugar a dudas, como lo respondiera el extinto “Gargaleote”,
Gonzalo N. Santos: ¡la moral, es el árbol que da moras!
“El fin de las ideologías” que fue proclamada
por Fujiyama hace más de veinte años , hoy es más clara y real que nunca, se da
en todos los aspectos de la vida humana, en todos sus quehaceres, llámese
políticos como religiosos, económicos como filosóficos, sociales y sexuales, entonces por qué nos llama la atención que un
diputado local, uno de 42 de la actual Legislatura local, lo haga, trasmute sus
intereses políticos, por una cosa muy sencilla, por qué olvidar sus postulados
políticos que con tanta vehemencia defendió en la tribuna y exasperadamente
motivo en las redes sociales, por qué ese abandono ideológico, que también fue
un reclamo del extinto Luis Donaldo Colosio, en ese discurso del 4 de marzo del
’94, en el monumento a la Revolución, y que a la postre le costo la vida: el
poder, el poder.
Y “Paquito Torres” no quiere quedarse sin el poder”. Email:gernestorivera@gmail.com