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La
higiene no sólo debe ser en los sitios donde se expenden los productos del mar,
también en el hogar donde se preparan este tipo de alimentos
Para
esta temporada vacacional de Semana Santa, el Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) emite recomendaciones para la preparación y consumo de pescados y
mariscos en temporada de vigilia.
Es
en este periodo en particular es cuando los derechohabientes y la población en
general deben tener especial cuidado con los alimentos que contengan pescados y
mariscos, debido a que son productos rápidamente perecederos, por lo que su
consumo en condiciones inadecuadas pueden generar enfermedades
gastrointestinales como salmonelosis y diarrea moderada o aguda.
Ante
esto, la Delegación en Guerrero del IMSS indicó que se deben tomar las medidas
adecuadas para que los derechohabientes sepan dónde y qué comer al momento de
elegir alimentos de este tipo.
El
coordinador de Prevención y Atención a la Salud del Instituto en el estado,
Jesús Roberto Valdez Ortiz, comentó que por tradición, desde el inicio de la
Cuaresma, se restringe el consumo de carnes rojas, y muchas personas prefieren
el pescado y otros derivados.
“El marisco es un alimento rico en proteínas,
vitaminas y minerales. Es nutritivo y bajo en calorías y contiene del orden del
20 por ciento de las proteínas de alta calidad de las carnes rojas”, explicó el
especialista, quien refirió que este alimento es de gran beneficio para las
personas.
Valdez
Ortiz indicó que los brotes de gastroenteritis por consumo de los mariscos
están asociados a la bacteria vibrio
parahaemolyticus, que se localiza en estos alimentos en el momento de su
captura y una vez apresado se multiplica activamente y de manera rápida.
“La transmisión se
produce por la ingestión de mariscos crudos o mal cocidos, especialmente de
ostras. También se puede transmitir por contaminación cruzada, es decir, por la
manipulación incorrecta de mariscos crudos junto a otros alimentos. Los
síntomas que producen son diarrea, malestares estomacales, vómito, fiebre y
escalofríos”, comentó.
Los crustáceos
(langostino, langosta, gamba, quisquilla, camarón, nécora, centollo, bogavante)
y cefalópodos (calamar, pulpo) deben consumirse cocidos o cocinados al calor.
Si por el contrario, se consumen crudos o poco hechos, deberán congelarse
previamente durante al menos 24 horas para evitar la posible transmisión de
bacterias, comentó el especialista.
Las ostras, mejillones, almejas, coquinas y
demás moluscos bivalvos pueden consumirse en crudo porque debido a su forma de
alimentación (filtradores) no contienen elementos contaminantes, por lo tanto,
no pueden provocar la enfermedad.
El
especialista reiteró que es necesario que la población ubique que los sitios de
consumo de los productos marinos tengan las condiciones de higiene necesarios,
al igual preservar la limpieza en el hogar cuando se preparan estos alimentos.