En la fase final de su organización interna y con trabajos de partido
altamente galvanizados el Partido del Trabajo en Guerrero y en Acapulco, da
muestras de una tenaz lucha contra las adversidades políticas, pese a la
profunda crisis que cruza como raya en la arena a la cúpula nacional que dirige
con mano dura su fundador y dueño de esa franquicia, Joel Ayala.
Pese a esto los petistas acapulqueños reman rumbo a puerto seguro, y ya han
advertido que son un partido, desde la Coordinación estatal y municipal de
Acapulco, una fuerza con capacidad no sólo de organizarse, sino de mostrar una
firme competencia en el presente proceso electoral, en cuya circunstancia
Genaro Vázquez Flores, regidor de la Comuna de Acapulco y coordinador estatal y
municipal del PT, está claro de que sólo, como lo recalcara Israel González, de
que para garantizar el triunfo en Guerrero es vital la alianza con el PRD y con
Movimiento Ciudadano.
Frente a esto el Partido de la Revolución Democrática, PRD, da visos de
tormentosas pasiones entre sus tribus, pasiones engendradas por las ambiciones
desmedidas de sirios y troyanos, en donde la puja es abiertamente estrujante
entre sus principales huestes,
advirtiéndose la tenaz capitalización de estar en el poder de la Unidad
de Izquierda Guerrerense (UIG), que capitanea, Víctor Aguirre Alcaine, brazo
derecho Angel Aguirre Herrera, precandidato a diputado local por el distrito 7,
manoteándose en plena carrera, con el Grupo Guerrero, del “blofista” exsenador,
ex secretario de Desarrollo Social, y a punto de ser ex precandidato a la
alcaldía de Acapulco, David “mano ensalivada” Jiménez Rumbo, que finalmente
como lo advertimos en esta misma columna
hace tres meses, ira no a la piscina olímpica, sino al “chapoteadero” por una diputación local plurinominal, pues por mayoría relativa la
perdería sin remedio, manoteando al lado, “arriba a la derecha” seguido por
Evodio Velázquez Aguirre, protagonista también de un “danzón dedicado a
Acapulco”, …pero nada más eso; espera que lo llamen de la banca. Más lo que se
siga acumulando esta semana, que por cierto sin lugar a dudas, con todos
respetos veremos más sacrificados y traicionados que en el Monte del Golgota,
desde la sede del Consejo Estatal Ejecutivo, donde tienen sin dudas, preparadas
más de un centenar de cruces.
No cabe duda que en esta semana Carlos Reyes Torres, presidente del PRD en
Guerrero, como Pilatos hace dos mil años, bien ara en lavarse las manos, -pero
bien lavadas- por aquello de que todas las enfermedades entran por ellas. En
tanto el cabildeo operado por Genero Vázquez Flores, camina seguro, pues se perfila como punta de lanza en el PT, por la precandidatura a la alcaldía de
Acapulco; hombre callado, conocedor de la ideología de su partido, lecciones
bien aprendidas y puestas en marcha, puestas en operación en Acapulco, donde
encontró firmes aliados desde la izquierda del sol azteca, hoy militantes
serios del PT, en los nombres de Israel González, Marco Antonio López, Benjamín Sandoval Melo,
así como sus compañeros petistas de antiguas luchas, como Julio César Nava
Galván, y Roberto Ortega González, como Valentín Rendón Caballero.
Galvanizados por una estructura ideológica seria, están convencidos de ser
capaces de competir, pero unidos en alianza serán mayormente capaces de
triunfar, por lo que han hecho un llamado a las instancias nacionales del PRD y
del Movimiento Ciudadano, para arribar a comunes acuerdos, antes de que el
“destino los alcance y los deje afuera”, garantizar el triunfo en Acapulco, y
en otros puntos importantes del espectro electoral guerrerense y nacional, y no
caer en los pantanos de la ambición y la soberbia y poder garantizar el reparto
de las candidaturas a los distritos electorales (siete) de Acapulco, con la visión aliancistica y no separatista
que los llevaría a una derrota inexorable frente al adversario común, que en
Guerrero como en Acapulco, no sólo es el
PRI, sino también y más peligrosa la barbarie que se pueda desatar al interior
del PRD, cuyos barruntos de lucha ya se advierten y se oyen en la polvareda que
están levantando.