Walton, la rifa del tigre
Jeremías Marquines
Si todo sale como lo dispuso Manuel Camacho Solís, las encuestas efectuadas para legitimar al candidato de la coalición de los partidos PRD, PT y Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Acapulco realizadas el fin de semana pasado, arrojará como triunfador al ex convergente Luis Walton Aburto; el mecanismo es el mismo que empleó el ex salinista en el Distrito Federal para hacer candidato a Miguel Mancera. En tanto, Evodio Velásquez, el supuesto candidato perredistas, se quedará en la raya y buscarán la forma de integrarlo prometiéndole algunos espacios en el gabinete del nuevo gobierno municipal.
Walton verá así realizado su más anhelado sueño: ser candidato a alcalde por el PRD, pues sólo de esta manera podría ganarle a un PRI dividido que, además, carga el estigma de haber hecho la más pesadillesca administración municipal de la que tenga memoria el puerto de Acapulco. El saldo del gobierno de Manuel Añorve, al que su partido premió con una diputación federal plurinominal, es aterrador y absolutamente negativo. El PRI deja a Acapulco sumido en la anarquía total. Las mafias del comercio informal son dueñas de los espacios públicos, los ciudadanos expuestos a la violencia y la delincuencia, los servicios públicos colapsados, sumado al incremento de la deuda pública y las millonarias deudas por pagar a proveedores.
Visto así, Luis Walton la tiene facilita. Ganar la presidencia municipal será cosa de trámite pues los acapulqueños no votarán por el PRI, de esto dan testimonios todas las encuestas. Sin embargo, algo debe queda claro. El ex convergente será alcalde pero no por sus méritos, ni por sus cualidades, logrará su sueño gracias a perredistas que prefirieron caminos más fáciles y seguros vendiendo o transando con sus precandidaturas, gracias a la presión de López Obrador, y como pago de cuota al Movimiento Ciudadano por ser parte de la coalición.
Luis Walton llegará al gobierno de Acapulco acotado por una inmensa red de intereses construidos con despojos del PRD. Caro pagará la estrategia de integrar como apoyos a lidercillos de pacotilla que medraron en los anteriores gobiernos perredistas y ahora los resucita para tomarse desesperadas fotos donde respaldan su aspiración. Toda la escoria de líderes que ni en el propio PRD los aceptan, ahora se le amontonan al ex convergente para ver qué rapiñan. ¿Qué les ha ofrecido Walton a estos lidercillos?, nadie lo sabe, pero lo que sí es cierto es que la administración municipal ya está comprometida y los ciudadanos pagarán las deudas de estos “acuerdos”.
Luis Walton será candidato de la coalición y ganará al PRI, de eso no hay duda. El problema es: ¿qué hará como alcalde para cambiar la situación actual del puerto? ¿Cómo va a gobernar si los que van con él son parte del mismo problema? El puerto de Acapulco es una balsa ingobernable que para reorientarla requiere de decisiones firmes y de la aplicación afectiva de las leyes y reglamentos, y hacer eso significa generarse muchos problemas. ¿Estará dispuesto Luis Walton a poner orden en Acapulco como una vez lo prometió en una de sus tantas campañas? ¿Auditará al gobierno de Manuel Añorve como, según, lo hace Ángel Aguirre con Zeferino Torreblanca? ¿Cómo acotará el poder del comercio informal que ya hizo del zócalo de Acapulco y calles aledañas un nuevo mercado? Y la seguridad pública que es el principal clamor ciudadano, ¿cómo dará protección a los ciudadanos? Estas son preguntas que obligadamente deberá responder a lo largo de su campaña si quiere generar certeza y confianza en los electores. No basta con ser el mejor posicionado en las encuestas de Camacho Solís, debe demostrar que tiene proyectos, planes y objetivos concretos y viables para regresarle aunque sea un poco de esperanza a este alicaído puerto. La rifa del tigre está en marcha.
LA CONTRA
Hay varios chismes que se dicen en los corrillos políticos. Uno que el gobernador de Guerrero Ángel Aguirre es la viva copia de Peña Nieto. El PAN acusa al encopetado candidato presidencial priísta de incumplido y le exhibe sus acciones fraudulentas, en Guerrero pasa lo mismo con apenas un año del nuevo gobierno. Las promesas de campaña del Ejecutivo guerrerenses se “cumplen” a medias y de otras ya ni se acuerda. La tarjeta La cumplidora que daría una retahíla de apoyos a madres solteras resultó ser un fraude que ahora ni con viagra la hacen cumplir. Se hicieron una o dos entregas de dádivas y hasta ahí llegó el entusiasmo cumplidor. Los uniformes gratuitos fueron un gigantesco robo al erario público. A sólo meses de que se entregaron, las niñas y niños ya no los usan porque se rompían o se descosían. Otra burla más a los guerrerenses. La Secretaría del Migrante, cuyo titular falleció, es una ficción que se hizo para cumplirle, a medias, un sueño a Cuauhtémoc Sandoval. La Comisión de la Verdad, es una más de estas ficciones que representará un gasto presupuestal millonario que concluirá en varias torres de papeles (informes) que irán a parar a la basura, pero creará una nueva burocracia que con chance se enroque al próximo sexenio. La auditoría al ex gobernador Zeferino Torreblanca, es sólo un recurso que utiliza para desviar la atención cuando su gobierno tiene problemas como los de Ayotzinapa. La transparencia y la rendición de cuentas no existen o sólo las aplica de manera selectiva. Pero eso sí, la nueva clase política aguirrista, más sus invitados defeños se la pasan bomba a costillas de los guerrerenses, y lo mejor, es que todo esto apenas comienza....Se dice también que el virus del nepotismo aguirrista va más allá del Poder Ejecutivo, quiere también distinguirse en la nueva Legislatura donde hay uno que otro que ya se siente presidente porque así lo quiere el gobernador. Hay ángeles que cruzan el pantano volando alto, y hay los que se manchan, cruzan el pantano y siguen volando alto, a esos se le pudren las alas de tanto fango... Ahí se ven.