Que Josefina haya sido la más aplaudida por los banqueros que realizaron su tradicional convención en Acapulco es un indicador de que la economía nacional va por un rumbo que brinda certeza a las inversiones y que hay confianza en el sector financiero de que la candidata del PAN capitalizará las bases que durante los últimos 12 años fueron construidas para que el sexenio que viene la economía crezca más.Es fácil denostar y calificar desatinada y alevosamente de mediocre el crecimiento económico que ha tenido México en los años recientes, aprovechándose del desconocimiento en materia de economía usando las circunstancias de que las decisiones a nivel macroeconómico tienen repercusiones favorables en la microeconomía -la familiar y personal- que son prácticamente imperceptibles.Pero quienes tenemos memoria recordamos aquellos sexenios priístas, de Adolfo López Mateos a Luis Echeverría Álvarez, cuando tuvimos, si, crecimientos de dos dígitos, pero con inflaciones del mismo nivel. En esta época, por cierto, fue cuando se acentuó la desigualdad y por ello los historiadores le han llamado irónicamente "el milagro mexicano".En ese entonces, los gobiernos del PRI aplicaron el modelo económico malamente llamado "de sustitución de importaciones". Aquel que le ponía una aguilita con la leyenda "Hecho en México" a los productos nacionales.Si. Los productos eran hechos en México, por manos mexicanas pero para empresas extranjeras pues con el pretexto de una industria local, lo que hicieron esos gobiernos fue vender barata nuestra mano de obra a empresas que asentándose en nuestro territorio eludieron los aranceles proteccionistas.Fue en ese tiempo cuando el campo fue abandonado, los campesinos migraron a las ciudades y México terminó sustituyendo la producción agrícola por compras de alimentos a otros países. Los tiempos del PRI que "sabe" gobernar.Luego llegaron los tecnócratas que reprivatizaron los bancos vendiéndoselos a especuladores de bolsa y amigos sin experiencia alguna que se autoprestaron hasta quebrarlos y el gobierno del PRI no sólo les ayudó a recapitalizarse y venderlos a buen precio, sino que se encargó de que el costo de esas operaciones lo paguemos todos los mexicanos como deuda pública.Remediar las consecuencias de más de 70 años de malos gobiernos no se puede remediar en un par de sexenios, el proceso de cambio es una transición lenta en todos los países cuya experiencia se conoce actualmente y de ello dan cuenta puntual cientistas políticos estudiosos de los mismos como Linz, Cavarozzi, Espinal, etcétera.Los llamados hombres del dinero lo saben y por eso aplauden a Josefina, porque representa a gobiernos que han asumidos costos políticos que han permitido la estabilidad de una economía que pese a venir de una serie de experimentos y saqueos fue capaz de resistir la crisis mundial más fuerte desde el siglo pasado.El aplausómetro en la Convención Bancaria simboliza la confianza de la banca para otorgar créditos y con que candidata habrá más certeza para que los inversionistas generen los empleos que requiere el país.Quien juzgue con visión maniquea y clasista esa expresión de aceptación estaría mintiendo, como nos han mentido los indicadores inflados del pasado y las encuestas del presente. La verdad es que tenemos enfrente una oportunidad de oro para elegir con seriedad a una mujer que representa estabilidad en el proceso de transición y consolidación de la democracia, por encima del populismo, la demagogia y el riesgo de una indeseable regresión al autoritaritarismo. Yo también aplaudo a Josefina.
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