Fermín Gerardo Alvarado Arroyo respondió en conocido programa de radio: “… ahi están las encuestas de Geas Isa, en Milenio, donde Enrique Peña Nieto va muy arriba… Todos los acapulqueños votarán por mi… incluso el padre de uno de los coordinadores de la campaña de Luis Walton sufragará en mi favor.”
El candidato del PRI a la presidencia municipal de Acapulco respondió a la pregunta de reporteros. Quisieron saber su opinión acerca de las encuestas de tres empresas y una universidad pública, que ponen a Luis Walton Aburto muy por arriba suyo en las preferencias electorales, a menos de dos semanas que los acapulqueños elijamos a nuestro presidente municipal.
Son comprensibles las evasivas del candidato priísta. Cuesta arriba no ha remontado la distancia que le separa de quien por tercera ocasión busca ser presidente municipal. Podemos sostener que Don Fermín no podrá levantar mas de lo que ha hecho pues carga pesada losa que difícilmente le permitirá correr para alcanzar a su adversario.
El ayuntamiento de Acapulco, gobernador por el PRI en los últimos tres años, no ha rendido buenas cuentas. Salvo la boyante economía y el aumento en los ceros en las cuentas bancarias de José Luis Ávila Sánchez, quien fue secretario de finanzas y hoy pretende convertirse en diputado federal, nadie puede sostener que algo bueno sucedió en esa administración. La banca rota ha sido confirmada por diputados locales, regidores y funcionarios mismos.
En el colmo de la sinrazón hemos leído que los bomberos no tienen equipo para trabajar; que el miércoles podríamos quedarnos sin servicio de recolección de basura pues no le han pagado a la empresa encargada de ello. Que no hay agua y que el organismo de dotarla esta mas quebrado que la comuna misma. Que los policías estallarán dentro de pocos días pues saben que han sido defraudados en el manejo de los fondos del SUBSEMUN, enviados desde la federación y que muchas pólizas de seguros de vida de los muertos han sido “negociadas” a un pago menor, pero comprobadas a tarifa real.
Fermín Alvarado es buen candidato. Su trayectoria le permite asegurar que viene de la cultura del esfuerzo. Que es fiel acapulqueño. Que no volverá como miembro del Tribunal Superior de Justicia, a pesar de haber interpuesto un juicio de amparo que le permitiría su retorno. Que es un buen hombre y mejor jefe de familia.
Pero ¿quién puede pedir el voto cuando la administración municipal emanada de su partido ha quebrado al municipio, pero enriqueció a un secretario de finanzas que, de pilón, quiere ser diputado federal? ¿Cómo solicitar el sufragio a los acapulqueños cuando saben que darán su confianza a familias enteras que han colocado a la esposa, los hijos, los sobrinos y a las amigas cercanas en cargos de elección que corresponden al pueblo?
No, pues no. Don Fermín puede montarse en la figura de Peña Nieto o en los familiares de los jefes de campaña del otro candidato pero ni asi remonta. La cuesta arriba se torna en verdadera vertical difícil de escalar cuando lleva sobre sus hombros las culpas de otros. Las encuestas reflejan la foto de un día pero, en éste caso, reflejan la decepción acapulqueña por quienes administraron la comuna en el último tramo.