El tiempo y el espacio para promoción y el convencimiento ha terminado, por más que se desgasten en manifestaciones y grandes mítines políticamente el ciudadano, aquel que ya ha decidido ir a votar, su voto también está decidido, ya tiene candidato, más allá del intenso bombardeo mediático para convencer al electorado, la situación no habrá de variar mucho en el momento del cruce de la boleta.
El universo del votante ya está
decidido, más allá de ese 24 por ciento de los
indecisos, se tiene que sumar el 22 del mundo de los jóvenes, todos esos
que más allá del #yo soy 132, y la de los escapados en la llamada “generación mx” están los que
nunca son tomados en cuenta por las
encuestadoras, ni por los expertos del marketing, 24 millones de mexicanos por debajo del nivel
de los
seis mil pesos mensuales, que habrán de decidir por el sentimiento que surgirá de el crujir de la
piel reseca, de los ánimos contenidos, de
la esperanza fraguada en el sudor, y
sostendrán entre su mano la decisión del
cambio para darle un golpe de timón a un país que cada día se hunde más
en la falta de oportunidades, el desempleo, la violencia y contra quien ya le
podemos llamar sin eufemismos el mejor
general de la guerra contra los
ciudadanos: Felipe Calderón Hinojosa: 60 mil muertos, más que los soldados
norteamericanos caídos en la Segunda Guerra Mundial.
La caída vertical en las
últimas semanas del candidato nacido en los laberintos de los tubos de precipitación del marketing,
muestra el cansancio de un sistema que se convirtió en cautivo de su propio
invento, de su propio desarrollo pseudo político que no llegó a madurar, pero
del otro lado de la moneda, del otro
lado de la mesa la duda está en la
propia naturaleza del candidato nacido en Macuspana, Tabasco, pero que a final
de cuentas será preferible confiar en las vicisitudes de un candidato con todos sus defectos, que
por el de la imagen impostora cuyos megabytes,
lo han convertido en un ser extraño, inadecuado, incapaz de ser sí
mismo, de mostrarnos el carácter humano
de su formación política, candidato de
una maquinaria política que ha perdido el sentido de la historia y que pretende
hoy legitimarse en base a una estructura
que se erige sobre las arenas movedizas
de la mercadotecnia, el engaño histórico de su revaloración y su profundo
cambio de piel de zapa. Email: gernestorivera@gmail.com