
1.-El
deficiente gobierno municipal qué se desempeñó en estos casi cuatro años. En lo general, así se
observó y se palpó, y a esta fea situación habrá qué agregarles las opiniones
adversas y con dolo, de las personas resentidas con el Ayuntamiento municipal
(léase su alcalde), se descolora o se decolora (como usted lo prefiera decir)
más el asunto.
Esta cuestión, generó muchos señalamientos,
con sin razón, los qué en mucho erosionaron fuerte e intensamente la poca
credibilidad que podía contener el Ayuntamiento municipal. Tan es así, que en
el proceso electoral vivido, este se vio imposibilitado en ofrecer y dar
elementos positivos objetivos emanados del Municipio, como para enorgullecer y
enaltecer al candidato perredista, por el contrario, este tuvo qué nadar en contra de la corriente.
2.-
El mal manejo político qué la dirigencia estatal del PRD, le dio a la selección
de los candidatos del partido del sol azteca, lo que ocasionó en mucho, qué los
atoyaquenses identificados con las fuerzas progresistas, se fraccionaran
grotesca y miserablemente en tres partes, representados por tres Partidos de
Izquierda o cuando menos, no conservadores, situación que fue determinante al
momento de sufragar, con los resultados vertidos. Los sucesos perredistas señalados, dieron luz verde a todo el desmadre electoral
que se vivió durante todo el proceso electoral, lo cual fue bien aprovechado
por el PRI y su candidato para colarse
oportunistamente a la Alcaldía municipal.
La inexistencia de
todo el inicial enredo perredista,
hubiera arrojado otros resultados muy
distintos y tan es así, que hoy en día, se estuviera escribiendo otra realidad
política, pues solamente basta ver la estadística electoral del 1er domingo de
este mes, para darle certeza a mi anotación anterior: PRI 10,375 votos; PRD 6,789 votos; MC 4,722 votos y
PT 306 votos. La suma de los votos de estos tres últimos partidos
considerados de Izquierda, nos dice una cifra superior a la obtenida por el
PRI: 11 5 11, con una diferencia a favor
de las fuerzas progresistas y de avanzada, de 1 442 sufragios, suficiente para frenar las aspiraciones del priísmo,
viejo y nuevo.
Pero como “el hubiera no existe”, todo esto deberán ser los ejes de una
experiencia del PRD, donde los qué van a sufrir más, son los verdaderos
perredistas atoyaquenses, por qué los amarillos qué negocian puestos y que ya se han acostumbrados a mamar de la ubre municipal, a estos les
vale madre quién sea el Partido qué se ubique en la cima del Municipio atoyaquense.
Básicamente, los números finales en toda elección, son los que
obviamente determinan el Partido Político triunfador,
en este caso fue el PRI, “haiga sido como haiga sido”. Por lo pronto, seremos
testigos de lo qué dice que hará el presidente electo, “a ver si como ronca,
duerme”…HASTA PRONTO.