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martes, 14 de agosto de 2012

De frente; La izquierda: Por: Miguel Ángel Mata Mata


El estado de Guerrero y su gobernador, Ángel Heladio Aguirre Rivero, serán protagonistas de un acuerdo histórico de las izquierdas del país. Al asumir posturas institucionales y valientes ante la coyuntura, les hará crecer en el plano nacional. Las relaciones meta perredistas de Aguirre, de todos conocidas, serán el factótum de un gobernador que tendrá el poder de hacer cosas e influir en las políticas públicas del país al menos durante los próximos tres años.  
Senadores, diputados federales y gobernadores electos dela izquierda, y en funciones, se reúnen desde éste miércoles en Acapulco. El motivo del cónclave es confeccionar la agenda legislativa, así como también discutir la concertación con las demás fuerzas políticas del país y no aislarse, como sucedió hace seis años.
Se sabe que no asistirá Andrés Manuel López Obrador pero, sin embargo, hay una corriente que impulsa dar a conocer el respaldo al ex candidato presidencial, al tiempo de reconocer el resultado que dé a conocer el Tribunal Electoral.
  En declaraciones publicadas la víspera en medios de Morelos y la ciudad de México, el gobernador electo, Graco Ramírez habría explicado: “Yo creo que mi postura ha ganado en el PRD; me da gusto, me da gusto que mi partido se haya encaminado por esa vía y vamos al acuerdo político, vamos a convocar a todas las fuerzas políticas”.

El punto fundamental, dijo, “es que los grupos parlamentarios y los gobernadores vamos a atenernos al resultado de las elecciones que dé el Tribunal, y que nuestra agenda es para construir un cambio social y político”.
 Graco anticipó: “Vamos a salir juntos y unidos en el PRD, pronunciándonos por el diálogo, por la agenda, para que éste día primero se instale el Congreso; entonces queremos que se instale ya en esa perspectiva”.
 Dijo que por lo pronto los gobernadores de las izquierdas ya tienen un acuerdo y falta consensuarlo con los diputados, pero también negó que el acuerdo implique dejar solo a Andrés Manuel López Obrador en caso de que decida no reconocer los resultados de la elección.
 La propuesta de Graco, y en la que coinciden los gobernadores de Guerrero y el jefe electo del Distrito Federal, es que las izquierdas no deben cometer el error de 2006 de desconocer al próximo Presidente, y perder el tiempo y provocar que el PAN y el PRI se pongan de acuerdo. Ramírez dijo: “eso sería  demeritar de todo ese voto recibido por los ciudadanos que es muy grande en favor de la izquierda, no hagamos la agenda progresista de México que podemos hacer, es un error.”
 El punto de quiebre de la izquierda es, precisamente, esta última frase del gobernador de Morelos. Y es ahí donde surge la figura de Ángel Aguirre Rivero, quien tiene la posibilidad de convertirse en un personaje atípico en las izquierdas. El pragmatismo de Aguirre, y su cercanía con otras fuerzas políticas, abrirá la posibilidad de una izquierda institucional que les permita avanzar en influencia política en el próximo sexenio.
   Esta idea cobra vigor cuando leemos otra frase de Graco Ramírez:  “Enrique Peña Nieto llega en condiciones muy difíciles como Presidente, no era el día de campo que iba a tener... No abandonamos a Andrés Manuel por supuesto, pero no vamos a ir más allá de lo que hicimos, un presidente ilegítimo, un presidente verdadero y no verdadero, esas cosas no vamos a hacerlas”.
 “Queremos diálogo con todas las fuerzas, acuerdo con el PAN y con el PRI y con todos, para que no digan que queremos acuerdo con uno y con otros no; con todos un acuerdo por México, lo he llamado yo”.
 Graco, Aguirre y Mancera  asumirán una postura institucional al mencionar que aceptarán el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre el próximo presidente de México. Pero más allá, entenderán que desde la oposición pueden trabajar a favor del país y de quienes les dieron su confianza a través del voto.
Pero mas allá, mostrarán músculo de tres gobernadores que geográficamente están corridos a la izquierda, al sur y al centro del país. El cónclave de las izquierdas, como se lee en los mensajes de Graco y el anfitrión Aguirre, será vital para la convivencia política de México en los próximos tres años. Al tiempo.