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jueves, 30 de mayo de 2013

Mirada INTERIOR Granier Melo: De la alquimia electoral, a la alquimia del robo Lady senadora Hay que poner las barbas a remojar Isaías Alanís

Isaias Alanis
La historia de la impunidad en México, es hereditaria y sistémica. Un gran mal a nivel federal y estatal y un pequeño mal a nivel municipal. El paralelismo con la epilepsia, considerada en la antigüedad como “mal sagrado” y que la padeció Fiodor Dostoievski, quién logró narrar la sintomatología hasta la pérdida de la conciencia, es el padecimiento central del cerebro de la política mexicana, enfermedad que es bienvenida por mujeres y hombres de la política, y que los ubica en un estado de convulsión extrema por el poder, dinero fácil, reconocimiento e impunidad para cometer toda clase de atracos. Documentar la historia de este gran mal nacional, no es para este espacio, después de setenta años y pico de enfermedad tricolor, doce de gran mal nacional con el pan, y lo que viene comandado por los tres colores de la bandera, rojo, azul y amarillo, bajo el acecho de los poderes fácticos, es como para sufrir un desmayo y no padecer el pequeño mal.

Un caso de epilepsia gubernamental, es el de Andrés Granier Melo, mejor conocido como “el Chelo”, (mi madre utilizaba esta palabra cuyo equivalente neurolingüístico actual sería el de “Naco”) de proporciones globales y rurales harto conocidas. El químico y ex gobernador de Tabasco, la tierra del pejelagarto, el Choco tabasqueño y las Chocas hermosas, dejó empantanado al estado de Carlos Pellicer con una deuda superior a los 20 mil millones de pesos. Al Chelo, le gustan los viajes, vivir bien, no pagar con tarjetas de crédito para no dejar huella, amontonar toneladas de efectivo en cajas anti inundaciones. Irse de shoping a Rodeo Drive, en Los Ángeles, al Sacks de la Quinta Avenida.

El priista cuando fue gobernador, siguiendo ejemplos sistémicos nacionales, no tuvo empacho en dejarle la mitad del poder a quién fue vice gobernador de Tabasco, su hijo, Fabián Granier Calles. LA prensa local maneja que  Fabiancito, gastó 50 millones de dólares en la adquisición del hotel “El Pueblito”, en la zona hotelera de Quintana Roo. Se compró departamentos de lujo en Miami, un predio en la Riviera Maya, una decena lujosos departamentos en Cancún, un yate y una clínica en Mérida.
Y para no quedarse atrás de Fabiancito, a su hija, Mariana Granier Calles, le congelaron una cuenta de 3 mil millones de pesos. La Comisión Nacional y de Valores la investiga. ¿De dónde sacó tanta plata la hija del químico Granier?
Se presume que a partir de que el 22 de mayo fueron encontrados los 88 millones y medio en la casa del ex de finanzas tabasqueñas. El ex brazo derecho financiero y cómplice del químico, desapareció del mapa.
Y hoy, tal y como cándidamente lo esperaran en la Procu de Tabasco, y como ya había anunciado su abogado defensor, Eduardo Luengo Creel, Granier Melo no se presentó a la audiencia. ¿Y ahora qué sigue? El gran mal, no se cura con audiencias ni con mejorales, sino con actos que vindiquen la justicia y se declare el cese a la impunidad y a quienes la prohíjan y protegen. Porque este es un caso para la araña. ¿Será detenido el ladrón de Tabasco, podrá la ley contra las cajas de huevos repletas de dólares? O ¿imperará la ley del doble cero de Rubén Figueroa Figueroa?

¿Y quién es  Luz María Beristáin Navarrete, la senadora trompadas? Nació el 4 de octubre de 1963, en Tizimín, Yucatán. Actualmente es senadora de la república por primera minoría por Quintana Roo. Es licenciada en relaciones internacionales por la UNAM. Fue diputada local de la XII Legislatura del Congreso de Quintana Roo de 2008 a 2011 y  Presidenta del CDE del PRD en Quintana Roo 2004-2005. La senadora de 50 años de edad, se afilió al PRD en 1995. Y para acabarla de amolar en 1984 fue representante del turismo y la belleza del Estado de Yucatán.
“Luz María ha sido la cuarta legisladora con más faltas de asistencia y ha tenido una productividad baja, con unas cuantas iniciativas de ley presentadas, a pesar de que tiene diez colaboradores a sueldo, entre ellos el hijo del propio coordinador de la bancada senatorial perredista, Miguel Barbosa (http://bit.ly/1482A5Q ). Y, ahora, su hermana Laura es candidata a síndico del municipio de Solidaridad y su hermano Juan Carlos a diputado local (siendo regidor, este hermano fue acusado por un asesor, al que había llevado del DF a Quintana Roo, de quedarse con la mayor parte del dinero que oficialmente le era pagado, como una contribución forzosa para "campañas y actos políticos")…” La Jornada Astillero/30/5/13).
Esta mujer fue la que armó los panchos en el aeropuerto y dijo una sarta de mentiras y exabruptos fenomenales. Es senadora y estudiada. ¿Qué será de los diputados y senadores guerrerenses, muchos apenas si terminaron la primaria, o se compraron títulos “patito” como muchos y muchas académicas de Guerrero?
Esta insolencia de la representante popular, ventilada en una grabación, debe ser tomada en cuenta como ejemplo para los políticos que sólo buscan despacharse con la cuchara grande en sus respectivos cargos.
La corrupción, como la de los gobernadores en picota y el caso cínico de Granier Melo, el nepotismo por su par de cachorros y las tranzas al erario público, ¿no les da temor de ser pillados?
Sépanlo bien, en cualquier lugar, salta un celular con camarita y audio. ¿Por qué no se le siguió la pista de sus atropellos al erario a Zeferino Torreblanca y su “costera power” en Guerrero? ¿Quién lo protege y por qué de pronto se ha esfumado de la escena pública?

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar.  La historia de la impunidad en México, es hereditaria y sistémica. ¿Hasta cuándo se acabará?
Que tengan buen fin de semana.