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miércoles, 14 de agosto de 2013

Pornografía petrolera Por Ramiro Padilla Atondo

Aunque el término pornografía esté asociado a los actos sexuales explícitos con el fin de lograr una excitación, lo de la reforma petrolera  no deja de ser eso, la sodomización de todos con el fin de obtener utilidades para unos cuantos.

Henos aquí, empinados, viendo la tele mientras el gobierno abusa, diciendo con palabras dulces que dolerá, pero que es necesario. La parte interesante de todo esto es el lenguaje utilizado para convencer a las masas. El inmenso aparato mediático puesto al servicio de los grandes capitales.

La reforma se vende como la panacea que ahora sí nos llevará a la modernidad. El problema es que todos prometen lo mismo. Ahora sí vieja, te prometo que no voy a tomar más (por hoy).

Cualquier ser pensante mira este tipo de medidas con escepticismo. Las frases construidas exprofeso para vender una realidad son desenmascaradas y presentadas a un público que en su mayoría, o defiende este gobierno de estilo pambolero, o no le interesa. Los historiadores dicen que durante la guerra México-Estados Unidos, la gran mayoría miraba el avance de las tropas norteamericanas con indiferencia. Aparte había una guerra paralela, la de los polkos. Y encima la iglesia no le entró al conflicto hasta que era tarde.

Lo mismo sucede ahora. La diferencia es que no se necesita arrebatar el petróleo por las armas. Solo hágalos que prendan la tele y mándeles un mensaje distorsionado.  Caras sonrientes y un impecable comercial donde se ve el mar de fondo con una técnica cinematográfica depurada. Pura pornografía. Me extraña que no haya futbolistas o viejas bien buenotas explicando la “reforma”. Bueno, si la cosa se pone fea para los priístas y los panistas entreguistas (Gómez Morín se revuelca en su tumba) ese debe ser el plan B.

O un comercial donde salga Peña Nieto mirando hacia arriba y diciendo, —Sé que tú, tata Lázaro, me miras desde el cielo y apruebas que le entregue el petróleo a las grandes corporaciones—.
Todo al servicio de este gobierno priísta y sus patiños panistas y perredistas. Solo basta recordar al gran ilusionista Salinas y su programa Soli-dari-dad (por su pronunciación salinesca) y todas aquellas ideas de llevar a México al primer mundo. Si la memoria no me falla, Salinas llevó a varios al primer mundo, no en el número que quisiéramos (Leer el libro los amos de México de Jorge Zepeda Paterson es un ejercicio de puro masoquismo aquí el link : http://www.sinembargo.mx/amos-de-mexico) porque salinas privilegiaba la calidad antes que la cantidad y quería sus cuates en la revista Forbes. Y lo logró.

Y como Peña Nieto no se quiere quedar atrás, la reforma petrolera puede ser una gran oportunidad para integrar más amigos a esta prestigiosa lista.

Por eso seguiremos viendo este espectáculo porno barato. A menos que nos pongamos las pilas y les pongamos un alto. Porque están llegando a los límites. Quieren “reformar” Pemex, exoneran a Raúl Salinas, liberan a Caro Quintero, ¿Qué sigue? ¿El mochaorejas a gobernación?