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domingo, 13 de octubre de 2013

Entre la verdad y la ficción LAS MALAS MAÑAS DEL ANARQUISMO EN GUERRERO Por Jorge Luis Falcón Arévalo*

Pese a las indicaciones concretas del presidente de la república Enrique Peña Nieto, de que tanto los víveres, ropa, medicina y demás enseres para los damnificados deberán ser entregados por los presidentes municipales de las cabeceras afectadas por las tormentas de hace un  mes (Ingrid y Manuel) anarquistas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Atoyac, tanto dirigentes de los comités municipales, como síndicos y regidores continúan en la impertinencia y necedad de que les sean entregadas tanto despensas como ropa y otras dádivas, para ser repartidas entre sus huestes.

Cuando el mismo gobernador parte de ese Partido Político, ha conminado a los perredianos a ser conscientes y congruentes con la política republicana de Peña Nieto; estos con desvergüenza acometen contra los primeros ediles en la exigencia de apoyos económicos, cuando el recursos económico del Fonden, es manejado por la propia Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal, bajo rigurosas encuestas y cotejamiento de censos entre los damnificados.

La política convenenciera a que quedaron sujetos estos deshonestos personajes de la política regional de Guerrero, ha creado problemas al gobierno federal en el desenvolvimiento de su desempeño en apoyo a los afectados en su patrimonio por los dos meteoros. Incluso algunos polacos o grillos de la dudosa izquierda (muchos han salido beneficiados con casas y terrenos o bases de profesores en el magisterio, desde esa “opulenta izquierda” que les ha dejado traza, sello y figura  de delatores, soplones y chivatos, ante los ojos de quienes nunca han podido engañar.

Propiamente en Atoyac, vemos al menguado grupo de Carlos Armando Bello Gómez, sobre quien pesan severas acusaciones de desvíos de dineros de proyectos y programas que nunca se aplicaron pero que encontraron el apoyo de ex titular de Sedesol federal el panista Marcos Efrén Parra Gómez, hoy flamante diputado local, quien “toleró” esas aberrantes desviaciones, cuyo caso lo tiene en sus manos la Contraloría del Estado de Guerrero.

De ese grupo se desprenden los perredistas cuya actuación dentro de la comarca cafetalera deja mucho que desear como ficticios secuestros que fueron pagados con dinero de la comuna; pero además, hoy pretenden “comprar” votos, con cincuenta despensitas donde se observa más el lucrar y especular con el dolor que ser humanitario en circunstancias difíciles que por sociabilidad esas ambiciones de estos perversos deben quedar en el olvido o tras las rejas.

Ángel Aguirre Rivero, congruente con la política social del jefe de la nación Peña Nieto, ha obviado las demandas de estos codiciosos que han hecho del PRD, el instituto político que más repulsa  y contrariedad cuenta en la costa grande de Guerrero. Es por ello que se ha desmarcado del grupo de conocido senador  perredista que alucina y fantasea con edificar supercarreteras y grandes edificios que habrán de pagarse quizás con dinero  que defalcó a los atoyaquenses en complicidad con Carlos Armando Bello Gómez.


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