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domingo, 20 de octubre de 2013

Rogelio Martínez Faz/Techo de las deportaciones-IME/Cartas desde Chicago

Después de que la crisis política-económica en Estados Unidos se resolviera temporalmente subiendo el ‘techo de la deuda’, que no es otra cosa que endeudarse más, de acuerdo con el presidente Barack Obama lo que sigue en la agenda es la reforma inmigratoria. Que es contrario al aumento del gasto público, o sea, bajar el techo pero de deportaciones que se encuentra a cielo abierto.
Sin embargo, lo de inmigración además de correr el riesgo de distraerse con el ObamaCare, está la revancha de los republicanos por la supuesta derrota en el Congreso al haber cedido ante los demócratas, herida política que puede reflejarse en los acuerdos de la reforma para restringir la integralidad o su obstrucción total.
En los hechos, Obama se ha salido con la suya en los dos temas; logro subir el gasto y también las deportaciones. Significa que a los republicanos no les costara mucho trabajo poner por el suelo a la reforma inmigratoria para que no sea tan integral ni comprensiva, y eso a Obama parece no le mortificaría.
Como se ha comprobado ante los reclamos de los activistas para una reforma integral, que parece casi un sueño guajiro, donde Obama hasta ahora ha respondido que él no es rey como para imponerlo a su voluntad. Contrario a su reforma de salud, que favorece a sus vasallos más desamparados, y para lograrlo se hizo fuerte con sus súbditos de partido para no negociar con sus opositores políticos.
Y para distraer la presión de la disfuncionalidad del ObamaCare, Obama propone se presente un proyecto de ley agrícola antes de que acabe el año. Y lo que él califico como una politiquería por pasar de una crisis artificial a otra ¿Cómo le llamará a su política por aumentar el “te echo” con deportaciones? Más ahora que nombró en este momento a Jeh Johnson, como secretario de Seguridad Nacional, que tiene la pinta de ser un eficiente deportador. Que sustituye a Janet Napolitano que se interesó en el tema migratorio pero para aplicar la política del “te echo”.
En otro asunto. La Secretaria de Relaciones Exteriores de México, a través del Instituto de los Mexicanos en el Exterior IME, y sus consejeros en el extranjero, que son los paisanos que hacen la función de consultores para las políticas a seguir ante el gobierno Mexicano, sigue sin engendrar propuestas del todo satisfactorias. Ha venido a ser algo así como un embarazo sin parto.
La creación del IME fue una buena salida durante el gobierno del presidente charro Vicente Fox. Cuando el activismo de los derechos políticos de los mexicanos en el extranjero: voto y representación estaba en su moméntum. Que le quería hacer la faena del coleadero al vaquero.
La presión por logar los derechos estaba en su clímax cuando Fox llega a la presidencia, por lo que los activistas ingenuamente pensaron en la faena. Un reclamo que de manera organizada se venía arrastrando desde 1994. Fox al sentir la embestida de los activistas y no tener una solución a sus promesas, como buen caporal armó un corral en donde pudiera meter a todos esos novillos y vaquillas que andaban sueltos y querían entrar al ruedo de la política, donde pudieran canalizar todas sus inquietudes.
Era una tarea de distracción con apariencia de apertura en la vida política de México. Pero resultó que sólo era para gemir, bramar y hasta para darse de topes. Hubo quienes no se percataron o lo aceptaron de buena gana pues era muy diferente andar ahí nomás por el monte del activismo silvestre sin la atención del patrón.
Fox, así como se ve de torpe y con lo bonachón que es, supo capotear las embestidas y a su corralón encaminó a la mayoría de los líderes de clubes y federaciones de oriundos, que solitos se enfilaron donde de vez en cuando los sacan a pastorear con las grandes reses.
Con el tiempo y ante las frustraciones de ser solo ganado de corral, algunos se quieren brincar la tranca para volver al terreno libre. Y es que durante la última reunión en la ciudad de México, salieron a relucir las frustraciones al no poder parir ideas o ser parte de las decisiones, en particular la de los derechos políticos como sucede con la credencialización en el extranjero y representación en el Congreso con voz y voto. Para hacer lo que no puede hacer un consejo que solo opina dentro del establo, donde para colmo no falta uno que otro buey empiece a dar de topes y a pendejear a diestra y siniestra a sus compañeros de ganado.
Se podría decir que la existencia del IME es funcional desde una perspectiva institucional y en cierta medida necesaria con paisanos con características de servicio. Muy diferente al activismo por fuera de la institucionalidad que fue la que logró poco de lo mucho que todavía falta por lidiar.


rogeliofaz@yahoo.com