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miércoles, 22 de enero de 2014

Entresemana PAN-PRD, se acabó el encanto Moisés Sánchez Limón

Eufórico y disciplinado, en julio del año pasado el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez, desparramaba optimismo respecto del futuro electoral en la alianza PAN-PRD.
Incluso subrayaba que la instrucción del presidente nacional panista, Gustavo Enrique Madero Muñoz, era buscar que en municipios y estados en proceso electoral surgiera el espíritu de aliados con el Partido de la Revolución Democrática.

Entonces hablaba como un ordenado secretario general adjunto del CEN del Partido Acción Nacional. Hoy, montado en su aspiración de presidir al PAN, rompió esa disciplina y golpea y descalifica a Madero.

Y desde una de las tribus albiazules, Oliva ha olvidado las alianzas con el PRD. Importa más, como al senador Ernesto Cordero, presidir al feudo panista nacional que atender las prioridades en dos procesos electorales en puerta, donde el PRD ya se deslindó de Acción Nacional y rompió la que, en 2011 se imaginaba una alianza para todo un sexenio, quizás no para toda la vida.

Y es que, en 2011, cuando en el Estado de México se buscaba concretar la alianza PAN-PRD para derrotar al PRI en los comicios por el gobierno estatal –Eruviel Ávila era candidato del PRI que oteaba recuperar la Presidencia de la República--y descarrilar la carrera presidencial del entonces gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, ambos partidos emprendían una ruta de acuerdo político que, confirmada y publicitada al inicio de la actual LXII Legislatura Federal, con pivote en el Senado, se cimentaba en un frente que, sin embargo, comenzó a hacer agua paradójicamente en  el seno de un acuerdo político: el Pacto por México.
Beatriz Paredes Rangel, actualmente en la comodidad de la embajada de México en Brasil, fue una de esas voces de la cúpula priista que descalificó aquella alianza que contaba con el visto bueno del entonces presidente Felipe Calderón. “Contranatura”, llamó Beatriz a ese amasiato político de perredistas y panistas que enderezaron una severa campaña contra el gobierno de Peña Nieto en el nadir del sexenio mexiquense. Y de paso le atoraban contra Eruviel Ávila.
Pero, pese a la consulta ciudadana celebrada el domingo 27 de marzo de 2011 que dio como resultado la aprobación de una alianza PAN-PRD en la contienda por el gobierno mexiquense, finalmente Alejandro Encinas fue nominado por la alianza PRD-PT-Convergencia, mientras Luis Felipe Bravo Mena fue el candidato del PAN.

Ambos, sin embargo, prácticamente hicieron mancuerna en la embestida contra Eruviel, candidato de la coalición “Unidos por ti”, integrada por el PRI-PVEM-PANAL, quien finalmente los venció en las urnas con 62.54 por ciento de los sufragios.

Luego vendría la derrota de Josefina Vázquez Mota y de Andrés Manuel López Obrador. Y el PRI se alzó con la mayoría en el Congreso de la Unión. Por eso, la alianza PAN-PRD se continuó y fortaleció en el Senado. Memorable la foto en la que se captó a los coordinadores Miguel Barbosa y Ernesto Cordero del brazo y por la calle. Aliados metieron en aprietos al coordinador priista Emilio Gamboa; aunque el discurso aludía a la sana convivencia política.
Pero, bueno, finalmente lo que un asunto de intereses unió, otro con fondo similar aunque establecido en el procedimiento legislativo, el de la Reforma Energética, rompió esa alianza, en ejemplo del ciclo histórico y la elemental gravedad que ubica a cada elemento en su espacio. Agua y aceite por separado y consecuencia de su estructura atómica.

Así, ayer al término de la reunión de la Comisión Política Nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva cerró el ciclo del amasiato con el PAN. La ruptura en la aventura aliancista. Inviable la alianza con el PAN en las elecciones de Nayarit, Coahuila y Veracruz, a celebrarse en julio próximo.
Zambrano, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), atribuyó a un acuerdo de la Comisión Política Nacional el no ir en alianza con el PAN en las elecciones de julio en estado de Nayarit, pese a que el perredismo nayarita aprobó la alianza.
“Es inviable políticamente una alianza electoral con el PAN en el estado de Nayarit, asumimos que enfrentamos una situación que se ha dado a nivel nacional, como resultado de la aprobación de reformas a la Constitución en materia energética impulsadas por el gobierno de Peña Nieto… esto dificulta enormemente las posibilidades de ir en una alianza con el PAN cuando serán junto con el PRI nuestros principales adversarios”, adujo Zambrano y se acabó el amor. ¿Por este año? Digo.