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miércoles, 19 de febrero de 2014

Libro: “Los Cuentos del Embustero” Comenta: Margarito López Ramírez


En el seno del Grupo Solidaridad de Acapulco A. C., Alberto Chessal Ramírez y Margarito López Ramírez, autor y comentarista del libro “LOS CUENTOS DEL EMBUSTERO”
Existen libros que conllevan en su haber un poder atrayente; se les empieza y no se les puede dejar hasta agotar el último renglón que acoge su contenido. Estos libros tienen un no sé qué cuya lectura induce a saber más y más de ellos; son compendios que hacen que la imaginación del lector deambule apropiándose del pensar y hacer de sus personajes que transitan en ámbitos delineados por el autor. ¡Son libros mágicos!.. Libros que embelesan… Son libros que se les conoce y se les añora.
Un libro es o no interesante en razón directa del conocimiento, gusto, inclinación, sensibilidad, interés y preferencias del lector: los hay diversos de peculiar forma y contenido para satisfacer predilecciones individuales o grupales; los hay constituidos por prosa llana y amena que satisfacen a quienes huyen del lenguaje docto o rebuscado; libros que conllevan pinceladas del colorido y hacer pueblerinos; libros que en breves líneas muestra facetas del sufrimiento y anhelos de la gente; libros que no obstante su  sencillez llevan en ésta, la pesada muestra del flagelo que azota a las comunidades tatuadas en el panorama del eterno rezago; libros que conllevan brotes de rebeldía y frustración que emergen a manera grito, reclamo airado ante la visión de un país empobrecido y violento.   
En este tenor, en “Los Cuentos del Embustero”, sumario asentado en XII entregas plasmadas por su autor el maestro, escultor, poeta y escritor, don Alberto Chessal Ramírez, prevalecen similitudes históricas, sociales, culturales, políticas, literarias… En él se desentrañan propósitos, hechos y anhelos extraídos de un ayer que estremeció a México; se atraen imágenes de hombres y mujeres en el escenario de un país convulsionado y devastado; se  delinean visos de  un pueblo flagelado por el abandono, la pobreza y el hambre.
En la brevedad del texto, el maestro Alberto Chessal Ramírez, entrelaza el pensar, decir y hacer se sus personajes recurriendo al andamiaje fino y metafórico de una prosa que atrae y estimula:
“… nos fuimos hablandodice en la voz de uno de sus personajes- cada vez más quedo, hasta que sólo hablamos para nuestros adentros…”
“… Me pidieron sacar de su cuerpos todo cuanto no fuera de ellos para poder irse con la luna…”
… “Escuchaba al viento recostarse en la hierba con toda su pesadez, como quejándose, como llorando…”

Sus frases entreveradas en el contexto literario de su obra, hacen rememorar a Juan Rulfo cuando expresa:
En este ejercicio evocativo, en notorio que en el hacer protagónico de sus personajes: si Mariano Azuela crea a “El Güero Margarito” en su novela “Los de Abajo”, el maestro Chessal  da vida y juego a “Márgaro” actor principal en las escenas de “Los Cuentos del Embustero”. Mariano Azuela crea y recrea el pensar, decir y hacer de El Manteca, El Codorniz, El Meco, La Pintada… Y don Alberto Chessal da vida al Cucha, El Orugo, El Huilote, El Tísico, El Cuchaflaca, La Marrana,... seres de “carne y hueso” que protagonizan un devenir revolucionario.
Al pronunciar o escuchar decir “Los Cuentos del Embustero”, se antoja pensar en patrañas, mitotes de pueblo, y hasta da lugar a imaginar que esta obra es un mero “embuste” del autor. He aquí que en este juego de palabras sea menester atraer lo que afirma Juan Rulfo: 
Todo escritor que crea es un mentiroso; la literatura es mentira, pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.
 Luego entonces, “LOS CUENTOS DE UN EMBUSTERO”, obra literaria del maestro Alberto Chessal Ramírez, mas que un mero mitote literario, es la recreación de un movimiento libertario; un libro que muestra matices de un acontecer revolucionario de México que si bien es cierto que no satisfizo los anhelos de un pueblo empobrecido que se debate actualmente en el rezago, el hambre y la violencia, delineó un país constituyente que permite el reclamo, la exigencia de derechos ciudadanos.
Por lo que es acertado afirmar que el libro del maestro Chessal Ramírez, amén de ser obra representativa en la narrativa literaria, es muestrario del decir y hacer de seres que se vieron inmersos en la vorágine de una revolución armada que marcó a Mexico, es rememoración de lo que la gente es capaz de hacer cuando se le ignora, es compendio de matices de vida de un pueblo acorralado, flagelado por el hambre y el abandono.  Es un libro que debe difundirse e incorporarse al hacer del Programa Nacional de Lectura, para conocimiento de la sociedad.
¡Enhorabuena!, maestro Chessal Ramírez, ciudadano de prolífico hacer cultural y artístico que transita aquí y allende las fronteras de México.