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lunes, 21 de julio de 2014

Entresemana Duarte de Ochoa, Yunes y Marijose Moisés Sánchez Limón



¡Pero qué necesidad! Paráfrasis del filósofo de Juárez aplicable al gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, en el caso de la columnista y funcionaria municipal panista veracruzana María (Marijose) Josefina Gamboa Torales.
Lejos de instruir encauzarlo por la vía legal y evitar juicios de valor, permitió que antes de emprenderse una investigación apegada a Derecho se le dictara sentencia, condenándola a 15 años de prisión, de acuerdo con el procurador General de ¿Justicia?, del estado de Veracruz, Luis Bravo Contreras.
Las prisas del gobierno de Javier Duarte de Ochoa en este asunto son de burdo sustento político. Utiliza a un desgraciado percance vial en el que perdió la vida un ciudadano, accidentalmente lo atropelló Marijose con su automóvil, para frenar la carrera de Miguel Ángel Yunes Linares, anotado en segundo sitio en la preferencia electoral veracruzana para sucederlo.
Aunque la contienda por la sucesión de Duarte de Ochoa es hasta 2016 y el año pasado se renovó el Congreso local y los 212 ayuntamientos, el año entrante se elegirá a los diputados federales veracruzanos que se sumarán a la renovación de la Cámara de Diputados en el Congreso de la Unión.
Contar con mayoría en la Cámara baja es una aspiración de todos los partidos, aunque sin duda sólo tres tienen esa posibilidad y, junto con el PRI y el PRD, el PAN teje alianzas para lograr ese objetivo en 2015 y tender el andamiaje para recuperar gubernaturas. Veracruz ha sido el sueño dorado y no duda Gustavo Enrique Madero Muñoz en que el ex priista Miguel Ángel Yunes Linares tienen todas las posibilidades de concretar esa meta albiazul.
Y tiene razón el dirigente nacional del PAN. Hay que recordar que en 2010 Duarte de Ochoa ganó la elección de gobernador a Yunes Linares por un margen de 2.57 puntos porcentuales. Un millón 277 mil 151 veracruzanos, es decir, 40.99 por ciento del total de votos emitidos en aquella contienda, sufragó a favor de Miguel Ángel Yunes Linares.
Por eso, es un atentado al sentido común la negativa del gobernador Duarte de Ochoa de que el caso de Marijose Gamboa sea persecución política. Un dato harto conocido refiere que Yunes Linares fue operador de la campaña de Marijose a una diputación local, en la contienda del año pasado.
Es el perverso juego político. Esto de echar a andar al aparato del Estado contra el enemigo político no es privativo del PRI. Aunque fue praxis de uso particular del priismo cuando su hegemonía comprendía a todo el territorio nacional, prácticamente, la oposición no tardó en aprender de esa mecánica que se surtía en la fabricación de delincuentes de cuello blanco.
En las administraciones panistas y perredistas  el uso del poder para el cobro de facturas políticas o el beneficio para los socios y cómplices, los amigos y compadres, fue copia fiel de la mecánica tricolor.
Y, bueno, politizar los delitos, asuntos de barandilla como accidentes viales o de alcoba, presuntos vínculos con el crimen organizado, deslices verbales y actos de prepotencia de funcionarios públicos, legisladores y/o sus familiares, apenas es factor elemental que ha servido para acabar o frustrar carreras políticas, enlodar honras e inculpar extrajudicialmente.
Desde el jueves de la semana pasada, por la tarde, se avistó la resolución judicial en el caso de la columnista y funcionaria municipal panista María (Marijose) Josefina Gamboa Torales. Este domingo 20, a las siete y media de la mañana le comunicaron el auto de formal prisión dictado en su contra por su presunta responsabilidad en la comisión de homicidio culposo.
De que hay prisa la hay para enjuiciar y dictar sentencia a una ciudadana cuya agravante, sin duda, es militar en un partido político diferente al del gobernador y sus cortesanos. Peor es su amistad con Miguel Ángel Yunes Linares, a quien a toda costa la familia revolucionaria priista veracruzana odia con odio jarocho --¿hay de otro más exquisito contra el vecino de enfrente?—y no quiere en Palacio de Gobierno en Xalapa durante seis años.
Así, un habilitado secretario de juzgado de nombre Esteban Noriega Velasco, no el juez de la causa, el Quinto de Primera Instancia del Poder Judicial del Estado de Veracruz, cumplió la encomienda de notificar a Marijose el auto de formal prisión.
¿Cuál fue la reacción de Yunes Linares? Él y Gustavo Enrique Madero consideran un atentado a la libertad de expresión y una venganza política del gobernador Javier Duarte, el encarcelamiento de Marijose.
Yunes calificó al procurador general de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, como “brazo ejecutor de los caprichos de un “gobernador torpe” como Javier Duarte”. Si el gobernador quiere frenar a Yunes, con este caso politizado le dio oxígeno para una carrera que tiene dos años para crecer. Conste.
LUNES. “En primer lugar, el Partido Revolucionario Institucional no necesita que nadie lo venga a defender, senador (Benjamín) Robles (…)”. No, no es frase de César Camacho. Es del senador Penchyna en tribuna, al puro estilo del Bronx legislativo. ¡Lástima! Digo.

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