KARMELYNDA VALVERDE |
Una
sopa de su propia diarrea oral, se ha tenido que dejar caer voluntariamente a
fuerzas, David Jiménez (Sin) Rumbo. A ver si con esto aprende que cada vez que
eche escupitajos al cielo, este se le va a desparramar en toditita la cara. Digo,
yo entiendo que los hermanitos se tienen que defender unos a otros, pero
siempre imperando las formas, es más, que bueno que el ñor este salió en
defensa de su carnalita, ¡pero no con esos desplantes, manito chulo!
Pueque
si haya sido neta que las presuntas
‘’abortistas’’ y mequenques que las acompañan y patrocinan, le hayan lanzado carrilla a doña Ana Lilia de
los mismos apellidos de don Davicito, su brócoli, ya que aquella, poniendo la
mano en el corazón, lanzó choro religioso mareador (y no precisamente al compás
de un son), contra las chivas de la campana que sin mostrar el menor rubor y
mucho menos temor reverente hacia papá Dios, alegan ser dueñas de su cuerpo y
por lo tanto, pretenden derramar la sangre de un inocente, violando así la Ley
de Dios cuyo cuarto mandamiento es precisamente ‘’No Matarás’’.
Pero
bueno, eso merece varias entregas aparte, y no es el meollo del asunto en esta
entrega. El asuntacho es que, suponiendo sin conceder, que a doña Ana Lilia ya
le llegaba el agua a los aparejos, con la carilla que le estaban aplicando las
abortistas, y esto provocó que su carnalito se injertara de tigre con pantera y
arremetiera pero no solamente contra ellas, sino que agarró parejo con la
cofradía gay pozolera. ¡¡¡¡Cristo de la gloria!!!....neta que pitorreó gacho,
sobre todo de las lesbianas de las que hizo mofa ‘’porque como ni marido
tienen’’.
¡Ah
Malhaya, García Márquez!....ni bien acababa don Davicito de escupir al cielo
cuando ya el escupitajo se le había estrellado en la cara, soltándole en voz de
líderes gays, diversos acumulos de haber practicado la mayateada y sus
derivados, en sus tiempos de estudiante universitario.
Pero
como es de sabios cambiar de opinión, ya don Davicito ha arreculado un chirris.
Se justifica diciendo que el calor que le estuvieron tirando a su carnalita fue
el motivo y la razón de que él se encabritara de tan gacha manera, pero que eso
sí, jura ante un altar que jamás nunca ha sido ni mayate, ni padrote ni
chichifo. ¡Ah tá gueno!
SÍ HAY DE OTRA: LA BEBERECUA.
De
por sí que a don Víctor Aguirre Alcaide no le ayuda mucho el físico, que es un
tanto cuanto como de líder sindical mafioson…pero encopado hasta quedar como
placa de tráiler (¡hasta atrás!) haciendo el oso de su vida, lo coloca en un
lugar muy susceptible al cuestionamiento y al pitorreo.
Si
ya vimos que sí hay de otra: de poner en duda y tomar a la ligera sus absurdas
pretensiones de gobernar mi pozolero estado…porque arajo lo menos que ponemos
pensar es que como carambas podrías alguien gobernar un estado, cuando es
incapaz de gobernar su deleite por alcoholizarse. Mega pancho, mega oso, mega
balconeada. Don Víctor en total estado de ebriedad exponiendo la vida de los
habitantes de Tlapa, porque neta que aunque fue exhibido en las redes sociales,
junto con sus compinches que lo acompañaron toda la noche libando por el
festejo de su onomástico, le salió barato, pues pudo haber causado una
desgracia al manejar alcoholizado y haber ido a parar como consecuencia, al
fresco bote por muchos años.
Quiera
papá Dios que el balconeador incidente le sirva para recapitular sobre sus
pretensiones querreques, pues si nunca ha sido un líder que arrastre masas, ni
es carismático, ni sencillo, ni inteligente, y con el numerito beodo que
recientemente protagonizó, dudo que alguien con tres centímetros de frente vaya
a escogerlo como opción de ¡absolutamente nada!.
Claro
que por supuesto que desde luego que Sí Hay de Otra: que guarde su barito y no
lo siga desperdiciando en promoverse inútilmente. Y que ese billullo mejor lo invierta en un
negocito que le sugiero se llame ‘’La Cura’’….donde se la puedan curar todos
los que como él sufren de exabruptos etílicos, empezando con chilate frío y un
guisadito que es lo mejor de lo mejor para estos menesteres: guisadito de
bistecs en salsa de chile macho. ¡De nada!