Pues sí, estas manos son reales y pertenecen a Mohammad Kaleem, un niño
indio que padece una malformación linfática. Se trata de un hematoma, una
malformación del tejido de apariencia tumoral, conformada por una mezcla
anormal de elementos normalmente presentes en el cuerpo, notables en el caso de
Mohammad a través de sus manos extremadamente grandes.
El pequeño indio tiene manos gigantes que pesan más de 8 kg cada una y
miden 33 centímetros. Para una persona de 2 metros esta sería una proporción
dentro de lo razonable, pero Mohammad apenas y alcanza los 1.60 metros de
estatura.
Y la historia se pone aún más triste ya que el niño fue expulsado de la
escuela. En primer lugar, el “niño de las manos deformes” fue golpeado por sus
compañeros porque no era de su agrado. Por otra parte, porque los asustaba.
El joven Kaleem ha decidido conservar sus manos actuales, y no quiere
someterse a una cirugía, a pesar del riesgo en su presión arterial causada por
la constante hinchazón en sus extremidades. Y no sólo sus manos sufren de este
crecimiento desmedido, sus pectorales también están afectados por la
enfermedad.