Octubre de 2012 jueves por
la mañaña, M.P. maestra de primaria de cuarenta años, está a punto de comenzar
su clase, cuando se da cuenta que no puede leer el periódico que tiene en sus
manos. Asustada trata entonces de leer otros papeles que tiene sobre su mesa,
los planes de estudio, el parte de asistencia, pero todo parece estar escrito
en símbolos incomprensibles, como si fueran jeroglíficos.
El director de la escuela
tan perplejo como ella, manda a M.P. de inmediato al cuidado de su madre, S.P.
Durante los dos próximos días, la maestra sufre nuevos problemas. Algunos están
relacionados con su incapacidad para leer: por ejemplo, ya no puede decir la
hora. Otros se manifiestan en actividades de la vida diaria, como cuando M.P.
tardo varias horas para hacer su maleta para el traslado a la casa de su madre.
Es entonces la mañana del
sábado, ya en casa de su madre cuando M.P. confundida decide acudir a
urgencias. Y es allí en el hospital donde logran descifrar que le sucede.
Le diagnostican alexia sin
agrafía, comúnmente conocida como "ceguera de palabras", producida
por una accidente cerebrovascular. Una apoplejía que le causó un raro síndrome
neurológico, en el cual los pacientes pierden la capacidad de leer, pero aún
puede escribir y comprender la palabra hablada. Un síndrome descrito por
primera vez en 1881 por Joseph Jules Déjerine.
Ahora el caso de M.P. ha
aparecido recientemente publicado de manera gratuita en la revista Neurology.
Además de los dos casos
descritos por el neurólogo francés Dejerine, y el reciente de M.P., en el 2010 el neurólogo
británico Oliver Sacks, relató en su libro 'The Mind's Eye' el caso del
novelista canadiense Howard Engel quien, aun padeciendo alexia sin agrafía,
sigue escribiendo novelas: