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jueves, 30 de octubre de 2014

ORTEGA MARTINEZ Y CASTREJÓN DIEZ, PUEDEN COINCIDIR EN EL 2015, PERO BAJO DIFERENTES FORMAS


EL LAVADERO
Raúl D. Domínguez

Han trascendido los miedos en medios, cuartos en casas de cambio y en la bolsa de valores, al conocerse cómo era en su juventud Rogelio Ortega Martínez, gobernador interino de Guerrero, originario de Taxco, politólogo sexagenario con doctorado de la Universidad Complutense de Madrid.

En los años 70's Rogelio era conocido como Camilo en una organización guerrillera maoísta, encubierta como Asociación Cívica Revolucionaria, que en esos años secuestró al rector de la Universidad de Guerrero, Jaime Castrejón Diez, originario de Taxco, concesionario del manantial Peña del Águila y empresario embotellador de agua, quien acaba de vender su marca de bebida Yoli a Coca Cola Company, en 850 millones de dólares.

En el año 1974, Camilo y quinientos guerrerenses acusados de subversivos, fueron retenidos sin orden judicial e interrogado con energía por el gobierno local de Israel Nogueda Otero, al involucrarlos en el secuestro del senador Rubén Figueroa Figueroa, a quien el Ejército Federal  rescató justo en el término legal para que fuese electo gobernador de Guerrero.

Y en una acto de justicia poética, en 1975 el duro gobernante Figueroa hizo que el desaparecido Ortega fuera devuelto a su madre la profesora rural Rosaura Martínez; y Rogelio fue amnistiado junto a Jesús Herrera Vélez, Salvador Flores Bello, Heriberto Noriega Cantú y otros guerrilleros arrepentidos; años más tarde, el ombudsman Jorge Carpizo localizó con vida a 350 de aquellos 500 desaparecidos.

Pero no se crea que el actual gobernador interino se arrepintió, nos revela el columnista Raymundo Riva Palacio que aquel politólogo guerrerense se involucró con guerrillas sud-americanas, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pues, según documentos decomisados a las FARC en 2008, Ortega recibió dinero para secuestros y les ofreció un pago de 100 mil dólares por sus apoyos para ser rector de la Universidad de Guerrero; en esos documentos confiscados por el pentágono de los Estados Unidos, se establece la relación de Rogelio con el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, que opera en Guerrero desde 1997; o sea, el viejo insurgente Camilo es un sujeto señalado como vínculo orgánico del ERPI con la guerrilla colombiana, que  se considera como “terrorista” por el gobierno norteamericano.

Por su parte, el otrora secuestrado rector Castrejón Diez no solo resultó empresario millonario, sino culto y fino político que llegó a ser alcalde y diputado por Taxco, que también colaboró con el gobierno federal como director general de desarrollo político en la secretaría de gobernación, al lado de Fernando Gutiérrez Barios y Arturo Núñez Jiménez; y en su natal Guerrero, ahora Jaime es mencionado como posible candidato independiente a gobernador, el 6 de junio del 2015; y qué ironía, de triunfar, sucedería a su paisano Ortega; simpáticos y paradigmáticos casos del síndrome de Estocolmo.


Dadas las experiencias narradas por este columnista guerrerense -casi mágicas por las desapariciones y las apariciones de sus paisanos- resulta lógico suponer que, de un momento a otro, serán presentados con vida muchos de los normalistas desaparecidos el 26 de septiembre en Iguala, sobre todo por el llamado del gobernador interino a la narco-insurgencia, pues, incluso Rogelio Ortega le ofrece ser intercambiado por ellos.