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lunes, 8 de diciembre de 2014

(VIDEO) LA AUTÓMATA DE MARÍA ANTONIETA


En el siglo XVIII, una época dominada por el pensamiento científico y los grandes avances en materia de la relojería, se crearon autómatas mecánicos de una increíble perfección movidos por complejos engranajes y palancas. Androides, animales o pueblos enteros fueron realizados por relojeros-mecánicos con la finalidad no tanto de divertir como de permitir el progreso de la ciencia.
Los científicos adoptaron una visión biomecánica del ser humano. Descartes consideraba que el cuerpo era una máquina, compuesta de hueso y carne, y el alma un espíritu pensante. Creía que las personas eran máquinas fabricadas por el "artesano divino" y, por tanto, más perfectas que las hechas por el hombre, pero que, en última instancia, la única diferencia entre unas y otras era el grado de complejidad.
La fabricación de autómatas, ya fuesen androides o animales mecánicos, ponía de manifiesto la obsesión existente en la época por intentar reproducir lo mejor posible en las máquinas los movimientos y comportamientos de los seres vivos.
Sin embargo, estos autómatas terminaron empleándose fundamentalmente para entretener a las familias de clase alta y a la corte regia en sus lujosas fiestas, pues sólo las clases pudientes se podían permitir unos "juguetes" tan caros.
María Antonieta
Cada autómata realizaba una acción propia del ser humano con gran perfección: escribir, dibujar, jugar al ajedrez, tocar algún instrumento... Su apariencia también se cuidaba mucho: elegantes ropas, cabellos, ojos, pestañas.... La verdad es que, a pesar de su belleza, a mí siempre me han resultado algo siniestros: parecen personas en movimiento pero "sin vida".
María Antonieta, la esposa de Luis XVI que murió guillotinada en la Revolución francesa, compró uno de estos autómatas, una androide que se conoce con el nombre de la Tocadora de tímpano, realizada por el relojero Pierre Kintzing y el ebanista de la Reina, David Roentgen.
La autómata tiene la forma de una joven, vestida con un bonito traje de seda de la época que, según cuentan, se realizó con la tela de un vestido de la propia reina. La androide golpea con unos palillos las 46 cuerdas de un tímpano y puede interpretar 8 melodías diferentes.
El mecanismo más importante de la autómata, que se encuentra bajo el taburete, está integrado por un cilindro de latón movido por un muelle.
La reina quiso regalar la androide a la Academia de las Ciencias. Su médico personal relató algunos detalles de esta historia:
Esta máquina fue construida en Alemania para la Reina en persona por artistas hábiles que ya crearon para el Rey de Francia un escritorio muy grande cuyo trabajo es sorprendentemente perfecto y en el que se pueden esconder secretos; y también crearon otras obras. La Reina desearía que esta figura autómata fuese examinada por algunas personas de la Academia de las Ciencias; y si se la juzgaba digna de estar puesta en el gabinete de esta Compañía en el que se sitúan las máquinas, su Majestad estaría dispuesta a ofrecerla a la Academia
Tras la Revolución, la autómata fue abandonada. En el año 1864, Robert Houdin la restauró. Actualmente, la Tocadora de tímpano se encuentra en el Museo de Artes y Oficios de París.



Enlaces: automates-anciens.com, Wikipedia, autómata.cps.unizar.es, quizma.