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domingo, 12 de abril de 2015

ENTRESEMANA El “Cártel” de los lecheros Moisés Sánchez Limón

En efecto, cuando los capitanes –por usar un eufemismo—de la industria lechera mexicana se declaran imposibilitados para comprar el lácteo producido en el país, se pensaría que eso es consecuencia de las reglas del mercado y que, ni hablar, los productores nacionales o venden a precio de regalo –hasta en dos pesos el litro—o lo tiran a la alcantarilla.
Esa imagen la hemos visto cíclicamente cuando los ganaderos salen de las negociaciones con las autoridades de las secretarías de Agricultura y de Economía sin la posibilidad de vender el lácteo al precio razonable que les reditúe, por lo menos, los costos de producción. Prefieren tirar miles de litros al consumo de las ratas en las alcantarillas que, en todo caso, regalarlo en colonias populares o en los cinturones de miseria. Es tema político y de cientos de millones de pesos, no cuestión de filantropía.
Es, por cierto, un asunto de doble filo que al final de cuentas entraña un problema financiero que beneficia a los grandes industriales, éstos que pueden –ellos sí—regalar demagógicamente litros y litros de leche sin merma de sus inventarios o que les implique pérdidas.
¡Ah!, pero los pequeños y medianos productores de leche registran pérdidas porque solo cuando el problema llega a niveles de escándalo entra en escena la paraestatal Liconsa para mediar en la adquisición de los excedentes de leche, aunque no siempre al precio por encima de los registrados en el mercado internacional porque, entonces, resulta más barato importar que comprar en el mercado doméstico.
¿Y quién o quiénes son responsables de esta grave situación en el mercado de la leche en México? No son, por supuesto, los pequeños y medianos productores de leche que mantienen los niveles de producción, con ciertos picos en los meses del otoño.
Los responsables de esta situación en el mercado mexicano del la leche, son empresas como Alpura, Lala, Chilchota, Danone, del Grupo Nestlé y el Grupo Zaragoza o Sigma.
¿Por qué estas empresas no elevan el precio de sus productos? Por la sencilla razón de que suelen entrar en el mercado especulativo. Vaya, cuando el precio internacional de la leche se deprime, compran cientos de millones de litros de leche en polvo para colmar sus inventarios y, de esa forma, estar en condiciones de desdeñar el producto mexicano, en perjuicio de las economías de producción de los ganaderos nacionales.
Por ejemplo, entre octubre de 2013 y diciembre de 2014, los precios por tonelada de leche entera, en la subasta de Nueva Zelanda, cayeron 56 por ciento debido a la contracción de la demanda global.
Con esos precios favorables en el mercado internacional, los industriales lecheros mexicanos, es decir, los antes citados en su inmensa mayoría aumentaron sus importaciones de leche en polvo de manera significativa, de tal forma que entre noviembre de 2014 y enero de 2015 las incrementaron en 20 por ciento más en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Veamos. Conforme con información del Grupo de Trabajo de Balanzas Disponibilidad-Consumo, integrado por las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación y la de Economía, además del Servicio de Información  Agroalimentaria y Pesquera y la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios, en octubre de 2014 de importaron 191 millones de litros contra 185 millones del mismo mes en 2013; en diciembre de 2014 fueron 264 millones de litros contra 212 millones de litros de diciembre de 2013.
¿Y cómo transcurre 2015 en este mercado que tiene todos los visos de la especulación? Pues ni más ni menos que, en enero, la importación asciende a 189 millones de litros, superior a los 160 millones de litros importados en el mismo mes de 2014.
Por tanto, en el primer trimestre de este 2015 lo que se registra no es un problema de aumento en la producción ni de caída en el consumo. No, el problema es de sobre inventarios, porque la producción sigue su ciclo estacional normal y el consumo crece a una tasa de 1.3 por ciento.
Lo que explica la sobre oferta de leche es el incremento en las importaciones del lácteo en polvo en los últimos meses de 2014. Las empresas, las grandes empresas que controlan al mercado de la leche y sus derivados en México, sobre inventariaron y, por tanto, están comprando menos leche fluida, es decir, la que comercian los pequeños y medianos ganaderos.
Para el pasado mes de marzo, el precio internacional para la importación de leche entera en polvo estaba por encima del precio de compra del producto nacional, pero los industriales lecheros no tienen problema alguno porque sus bodegas tienen, como se refiere, sobre inventarios. Y ello, aunque se desincentiva la importación y se pueda privilegiar la compra de leche doméstica, lo cierto es que los medianos y pequeños ganaderos comienzan a enfrentar problemas en sus ventas y ello los obliga prácticamente a regalar el lácteo e incluso de plano tirarlo.
Ante ello, la Sagarpa y la Secretaría de Economía, junto con la Secretaría de Desarrollo Social, mediante Liconsa y la Profeco, inclusive, han comenzado a operar un programa que evite crisis entre los productores y que éstos no se sometan a lo que pareciera el modus operandi de industriales de la leche para obligarlos a vender por debajo de los costos de producción.
El líder del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González, acusa a los grandes industriales del sector de obligarlos a vender a precio de regalo. Incluso, refiere González, en este momento se están derramando unos dos millones de litros diarios de leche en el país; algunos venden hasta en dos pesos el litro.
 “Tal parece que hay una estrategia de la industria, que está muy organizada en un cártel de industrias para someternos en los precios”, plantea Álvaro González. ¿A quién interesa y beneficia un singular monopolio de la leche? Es, sin duda, un multimillonario negocio pero de muy mala leche. Digo.
LUNES. La jugada contra Xóchitl Gálvez tiene varias aristas. Una de ellas tiene olor a fuego amigo. A las buenas conciencias incomoda el decir y hacer de la hidalguense. ¿Dónde está la pluralidad, democracia e imparcialidad del IEDF? Conste.

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