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lunes, 21 de septiembre de 2015

CARTAS DESDE CHICAGO/Te confiesas y te vas… ROGELIO FAZ.

 La frase célebre del ex presidente chabacano de México, Vicente Fox, cuando literalmente le dijo por teléfono al dictador cubano Fidel Castro Ruz “comes y te vas”, grabado de manera tramposa por el líder revolucionario durante la Cumbre de Monterrey, México (2002) por supuesta presión de los Estados Unidos, puede ser una anécdota ‘light’ comparada con la visita del papa Francisco a la isla de la “re insistencia”.  
Y se puede volver en un acto de “vana” fe de la iglesia católica, apostólica, romana y de una falacia democrática del comunismo cubano.
Se dice que es una visita diplomática entre dos estados “elegidos” democráticamente. Pero como el diablo está metido en todo, surge el morbo de la suspicacia y se pone en duda la voluntad de una iglesia conciliadora y la moral de un gobierno ateo.
Como antecedente tenemos que un gobierno comunista represivo se puede acostar con el mismo diablo y al día siguiente hablar de fidelidad al prójimo. No cree en Dios ni en los milagros ni siquiera en los humanos, solo en el próximo acuerdo a su favor.
Los únicos acercamientos que han tenido con cualquier credo se ha limitado para limpiarse la mea culpa.
Con la presencia del papa Francisco a Cuba se cumple la tercera vista de un máximo jerarca de la Iglesia Católica a la isla en un lapso de 17 años, privilegio que no ha recibido otra nación predominantemente católica y con mucho mayor número de fieles.  
No se trata de recelo religioso, es una cuestión de geopolítica. La isla cuenta con 11 millones 239 habitantes. Mientras que Illinois, como ejemplo, tiene cerca de 13 millones de 50 estados de EU. Con un PIB abismal.
Aun así, con toda la preferencia papal parece que a Francisco le hicieron manita de puerco, le torcieron la voluntad de encontrarse con los feligreses católicos y disidentes opuestos al régimen para no molestar al gran lord del comunismo cubano, Fidel Castro.
A su arribo a Cuba el Papa definió su agenda condicionada diciendo “mi saludo llega especialmente a todas las personas que por diversos motivos no podre encontrar”. A pesar de que el papa calificó su presencia como una visita pastoral.
Lo que sí podrá hacer y decir en EU, donde sí hay libertad de culto, de política y crítica, con todo y sus defectos.
No obstante, en Cuba el Papa ofreció todos sus respetos y reconocimientos a Fidel Castro a través de su hermano Raúl; se supone que Fidel ya no está en el poder.   
En su discurso de arribo dio la impresión de que estaba pronunciando palabras directas a la dictadura sobre el acercamiento con el exterior al decir: “es un proceso, signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo, del sistema del acrecimiento universal por sobre el sistema muerto para siempre de dinastías y de grupos”. Pero concluyó diciendo que era un deseo de José Martí. Se desmarcó.
En pocas palabras, fue a hacer un acto de confesión de buenos deseos al púlpito marxista y no a oír sus arrepentimientos. Pero en su peregrinación hará su comunión en un altar político (Congreso de los EU), donde sí podrá mencionar a Dios libremente y criticar a los infieles.