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domingo, 13 de septiembre de 2015

falcotitlan: EDUCACIÓN Hugo Falcón Páez


La educación es voluntad que supera la necesidad de aprender.
México mantiene desde hace diez años un índice de analfabetismo casi estático, el 6.8 por ciento de la población nacional mayor de 15 años. La UNAM y la INEGI arrojan datos censales que 6 de cada 100 hombres y 8 de cada 100 mujeres no saben leer ni escribir. Aproximadamente seis millones de mexicanos sufren este mal social, la cifra oscila con un 40 por ciento de varones y 60 por ciento de mujeres. La educación básica ha ampliado el territorio, pero en jóvenes y adultos. Como en Oaxaca, que más de 51 mil terminaron la primaria, secundaria o aprendieron a leer y escribir. En Guerrero hay un poco más de 700 mil analfabetas, lo que la secretaría de educación y el INEA sólo pretenden abatir el rezago. Lo que es relevante definitivamente son los infantes. Aunado el impacto de la violencia en el espacio educativo, así como que se les obliga a laborar, la nación está siendo azotada por una estática condición ausente de educación. El Conapred informó que de los 40.2 millones de población infantil, seis millones de niños y niñas entre 3 y 7 años no acuden a una escuela. Los 6.6 millones de hablantes de una lengua indígena, 15.8 por ciento de 3 años y más no habla español, el 61 por ciento son mujeres y 38.3 hombres. Un porcentaje de niños con discapacidad en relación a la población infantil, es de 1.6 por ciento, mientras que 6 de cada 100 habitantes de 5 años y más hablan alguna lengua indígena; las cuales predominan el náhuatl, maya y lenguas mixtecas.

La Constitución en su artículo 4°, señala que “los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez”. Entonces, ¿qué pasa en nuestro país? En el cual tuvimos un lastre, como muchos que yacen aún. Me refiero a Elba Esther Gordillo Morales. Quien fuera secretaria general de la Sección 36 del SNTE, y no siendo líder oficialmente, sus órdenes hacían sucumbir a los secretarios del sindicato. Entonces, creó el cargo de presidenta del SNTE, que le fue conferido con ayuda del gobierno en turno. Reelecta una y otra vez, contiende por el cargo de forma “vitalicia”. También fue diputada federal por tres ocasiones, senadora, e impulsora del Partido Nueva Alianza con la estructura político-sindical. La “maestra” nunca tramitó su título en la Normal Oral del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio. Así como ella aprendió de Carlos Jonguitud Barrios, dejó un aprendiz que ahora encabeza el sindicato, su nombre es Juan Díaz de la Torre. Hoy con casi mil días en prisión, 70 años de edad y una salud muy delicada, es muestra histórica de lo que el sistema y el Estado es capaz de originar.

El mes pasado, Aurelio Nuño Mayer sustituyó a Emilio Chuayffet Chemor, personaje que ha tenido el mismo efecto que un pisapapeles. El nuevo secretario de Educación Pública indicó que el reto es diseminar la educación de manera frontal y sólida, mantener el diálogo y ejecutar tratos benevolentes con el magisterio y concretar la implementación de la Reforma Educativa. La lógica nos muestra que tendrá tres años para salir adelante y demostrar lo dicho. Sin embargo, Los Pinos parecen mantener la esperanza y el buen carácter sobre este tema tan frágil. Como ariete, Nuño Mayer ha dividido la República Mexicana en cinco regiones; Noroeste, integrada por Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora; en la Noreste, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas; en el Occidente, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas; en el Centro, están Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala; y Sureste, integrada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Tabasco y Veracruz. Con reuniones trimestrales con las autoridades educativas locales. Propone que la SEP sea un gran mecanismo motriz itinerante, para poder platicar con los paterfamilias y alumnos, pero sobre todo con los gobernadores. El plan tiene buen cariz en teoría, en la práctica puede caer en una tesis de políticas públicas o en un proyecto demagogo modernizado. Ya en la Conago fue palomeada tal hazaña. Por el momento, el avance está latente con el análisis e implicaciones, alternativas y perspectivas de la colegiación y certificación profesional a través de la ANUIES. Así como el convenio signado por la Semar, en el cual otorgarán becas a marinos para que cursen clases intensivas de tres meses del idioma inglés. La SEP tiene como meta que México en 20 años sea un país bilingüe. En fin, cabe citar que el trabajo de la educación es voluntario, una ley universal que va más allá de la necesidad de aprender.