miércoles, 6 de abril de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

CREO QUE HABLAR BIEN DE ACAPULCO, o mejor dicho, del estado de Guerrero, no es ocultar la violencia existente, sino poner en su justa dimensión los hechos. Y es que Guerrero, incluido Acapulco,  no solo son muertos, secuestros y extorsiones, sino también trabajo, y gente de bien.

Por supuesto que no es ocultando los hechos de violencia, ignorándolos, o haciendo como que no suceden,  van a resolverse. Hacerlo sería engañarnos y engañar a otros. Eso, es obvio, a nadie conviene, pues de lo que se trata es de resolver los problemas y no ocultarlos, actuando como si nada pasara.

Sin embargo, tampoco ayuda a resolver el problema de la violencia que azota al estado, magnificándola. Como si Guerrero solo fuera violencia y muertos. Y es que Guerrero, con todo y su violencia, su marginación y pobreza, y por supuesto, gobernantes corruptos, es mucho más que eso.

En efecto. Guerrero también es trabajo y gente de bien. Guerrero es esperanza; es ganas de salir adelante pese a las circunstancias adversas. Guerrero es también sus hombres y mujeres, sus niños sus jóvenes. Guerrero es, con todo, la tierra que nos vio nacer, la de nuestros padres y la de nuestros abuelos, la de nuestros hijos y nietos.

Es cierto.  Ocultar los problemas, en este caso la violencia, no ayuda a resolverla, pero tampoco ayuda magnificándola, u ocupándose solo de ella, como si no hubiera más cosas en Guerrero que violencia, como si el gobierno hiciera nada al respecto, y como si los guerrerenses, todos, estuviéramos participando en hechos delictivos.

Lo cierto es que la mayoría, la gran mayoría de los guerrerenses, está en lo suyo, en su trabajo, sin que tenga que ver con la delincuencia. En este sentido, los guerrerenses están en el comercio, en las pequeñas empresas;  en el campo, haciendo producir la tierra y cosechando granos básicos. En la educación, frente al aula, aún y con todo que hay maestros flojos; está también educándose, formándose profesionalmente. Está en los hospitales y centros de salud, y están, también, como empleados del gobierno o de negocios particulares, entre otros.

Y de éstos, hay que decirlo, nadie cuenta historias, muchas, muchísimas, de éxito, y si se cuentan, casi a escondidas, a una columna, como para que pase desapercibida, cuando también debieran ser de primera plana. Y sin embargo, acaso por el morbo, o porque vende, o porque con ello se le pega al gobierno y lo evidencia como incapaz, se priorizan los muertos, los levantones, los secuestros, las extorsiones o el cobro de piso.

Es cierto que no deben dejar de contarse las historias de violencia, porque ocurren, y porque sería ilógico querer tapar el sol con un dedo, pero a la par, también hay que contar las otras historias, las que dan cuenta de que en Guerrero también hay cosas buenas, de provecho y de progreso, y de las que también podemos presumir y sentirnos orgullosos.

Y es que, si no lo hacemos nosotros, nadie de afuera va a venir hacerlo, con todo y que confiemos en ellos, y muchos tengan sobre sí la maldición de Malinche, despreciando lo nuestro, ignorándolo u ocultándolo, para abrazar y dar por bueno lo que digan otros.

Y EN OTRO ASUNTO, sin duda tiene razón el diputado Ricardo Mejía Berdeja, en el sentido de que todo aquel servidor público corrupto, incapaz, negligente o coludido con la delincuencia debe irse. Lo anterior forma parte de la iniciativa de ley que presentó al Congreso para la revocación de mandato aplicable al gobernador, diputados, presidentes municipales, síndicos y regidores de los Ayuntamientos.

“La propuesta tiene como fin contribuir a la consolidación de nuestra vida democrática, que sea horizontal, incluyendo a todas y todos, y limite las formas verticales de poder, instaurando buenos gobiernos que sirvan a los guerrerenses”, dijo el también Coordinador de la Fracción Parlamentaria de Movimiento Ciudadano en el Congreso local.

Dijo que nueve meses es tiempo suficiente para saber si una persona tiene capacidad y honestidad para asumir la responsabilidad del cargo, por lo que a partir de esa fecha se cumpliría el periodo mínimo para solicitar la revocación de mandato. Por ello, “partiendo del derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos se promueve esta ley, derechos consagrados dentro de la Constitución”.

Ojalá el pleno del Congreso local la apruebe. Creo que es buena esta iniciativa.

POR ÚLTIMO. ESTE  miércoles 6 de abril el rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán rindió su informe de labores sobre el estado que guarda, académico y administrativo, esa institución. Ya habrá tiempo para comentarlo, y lo que resta decir es que a partir de ahora arranca la campaña por la reelección en la máxima casa de estudios del estado.


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