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domingo, 14 de mayo de 2017

ACOSO, VIOLENCIA Y HUMILLACIONES HACIA LA MUJER EN 7 OBRAS DE ARTE Por Diego Cera

“No quieren” (1810- 1815) Francisco de Goya

Goya violencia de género en obras de arte
Perteneciente a su serie de grabados “Los desastres de la guerra”, en esta estampa el artista retrata a una mujer joven tratando de escapar de un soldado francés. A su vez, detrás del soldado hay una anciana que, en solidaridad con la víctima, trata de apuñalar al hombre que sostiene a la muchacha de la cintura.


A pesar de que en 1993 la Organización de las Naciones Unidas lanzó la declaración sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres, es lamentable saber que más de 20 años después, una de cada tres mujeres en el mundo sufre agresiones sexuales o físicas. Muchas de ellas han crecido viendo comerciales en la televisión pidiéndoles que levanten la voz y que, ante cualquier señal de violencia de cualquier tipo, denuncien.

Sin embargo, el verdadero problema no es que ellas se queden calladas; en realidad todo el peso recae en la normalización de la violencia de cualquier tipo. Al ser retratada con tanta naturalidad, la gente no se percata del verdadero impacto que tiene una agresión hacia una persona; lo hemos visto tantas veces en el cine y la televisión que parece algo que no podría afectarnos de ninguna manera.

Pensar que la violencia en contra de la mujer es algo que sólo ha atacado a este tiempo es otro de los grandes errores del ser humano; de hecho existen pinturas y esculturas que datan de hace algunos siglos, mismas que al estar expuestas en las salas de museos sin ninguna clase de advertencia, han contribuido a pensar que no hay nada malo en las agresiones.

“Rapto de Deyanira” (Siglo XVII) Anónimo
Deyanira violencia de genero en obras de arte

Después de negarse a cumplir con la voluntad de su padre de casarla con el terrible dios Aqueloo, Deyanira fue raptada por su pretendiente quien podía tomar forma de serpiente o de toro. El autor retrata el momento exacto del rapto en el que la terrible deidad, convertido en una especie de centauro, sostiene a la chica del brazo mientras cabalga a toda velocidad. A pesar de la poca profundidad de los trazos, podemos ver cómo la mujer se niega a ir con su captor.


“El rapto de Proserpina” (1621- 1622) Gian Lorenzo Bernini
Prosperina violencia de genero en obras de arte

La desesperación que la figura femenina presenta frente a su captor es una muestra clara del horror que se vive en un secuestro. El escultor italiano incluso da profundidad a las piernas de Proserpina para que el espectador se dé cuenta de la fuerza que Plutón ejerce sobre su víctima.



















“El rapto de las Sabinas” (1579) Juan de Bolonia

Bolonia violencia de genero en obras de arte

Después de su fundación, Roma era una ciudad sólo poblada por hombres, lo que era un gran problema cuando la idea era que creciera. Ante este problema, los hombres romanos decidieron secuestrar a las mujeres de los sabinos con el fin de tener hijos para poblar la recién nacida urbe. La razón por la que en la escultura aparecen dos agresores y sólo una mujer es para ejemplificar el brutal momento de la captura y de la multitud de personas que llegaron a violentar a las damiselas.

“El rapto de las hijas de Leucipo” (1616) Peter Paul Rubens

Leucipo violencia de genero en obras de arte

Hasta 1777 el verdadero significado de esta pintura se mantenía prácticamente oculto para el mundo, hasta que el poeta Wilhelm Heinse se percató de que se trataba de Cástor y Pólux secuestrando salvajemente a las hijas del príncipe mesenia Leucipo. Está clara la desesperación de ambas partes ante el secuestro; por un lado, los hombres montan caballos agitados por el barillo y la gesticulación de las mujeres termina por confirmar esa sensación.

































“El rapto de Hipodamía” (1636-1637) Peter Paul Rubens

hipo violencia de genero en obras de arte
Tal parece que Rubens tenía una fuerte inclinación a pintar secuestros, posiblemente por el efecto dramático que sus personajes presentan en el momento justo de la agresión. El ejemplo más claro de esta sensación es este cuadro donde el centauro Éurito ─bajo los efectos del vino─ intenta robar a la joven Hipodamía justo el día de su boda.

























“Susana y los viejos” (1560-1565) Tintoretto

Viejos violencia de genero en obras de arte.
La historia que este cuadro esconde detrás de sí es la de un par de ancianos que, abusando de su poder, intentaron someter a una joven que se bañaba inadvertida en una de las fuentes de su propia casa. Los viejos que acosaban a la mujer quedan representados por dos figuras ocultas pero lascivas que observan desde su escondite a una voluptuosa joven que no tiene idea de nada.


Cuando incluso el arte ha retratado con tanta normalidad a la violencia, es preciso ponernos a pensar en todo lo que está mal con nosotros. Claro que algunos artistas como Goya con sus grabados, más que retratar, denuncian las agresiones; no obstante, si un espectador con poco criterio se posa frente a estas obras sin previo aviso de que se trata  de una atrocidad y no de un acto totalmente natural, la problemática continuará creciendo sobre nosotros como una especie de sombra que poco a poco nos dejará ciegos.