MEDIOS IMPRESOS, DIGITALES, RADIO Y TV

miércoles, 17 de mayo de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Se cae propuesta del PRD: no habrá virrey en Guerrero


Si bien es cierto, Guerrero atraviesa por una situación crítica de inseguridad, la cual es aprovechada por algunos dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para sacar raja política y golpetear al gobierno que encabeza Héctor Astudillo Flores, al grado de exigir un comisionado nacional de seguridad.

Es entendible la estrategia de los dirigentes perredistas en cuestionar a la persona que los derrotó en la pasada elección de gobernador, pues siguen respirando por la herida y añoran los privilegios que tuvieron durante los 10 años que (des)gobernaron la entidad con Zeferino Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez.

Cuestionan lo que en su momento no hicieron en contra de sus jefazos. Exigen justicia por los dirigentes sociales que fueron asesinados del 2005 al 2015, pero olvidan que ellos mismos tiraron la bandera de la lucha social para disfrutar de las mieles del poder.

Cuando levantaron y mataron a Arturo Hernández Cardona y otros miembros de Unidad Popular (UP) de Iguala en 2013, enmudecieron. No quisieron tocar con el pétalo de una crítica a José Luis Abarca Velázquez, quien en ese entonces fungía como alcalde de Iguala y era señalado de tener vínculos con un grupo delincuencial.

Durante el mandato de Zeferino Torreblanca, los cárteles de Sinaloa y Los Zetas comenzaron con su guerra de terror en gran parte de la geografía guerrerense. La paz se perdió desde entonces. Incluso, Zeferino llegó a decir en agosto de 2015 “ni quiero, ni puedo combatir al narco”.

Con Ángel Aguirre la situación empeoró. La guerra ya no solamente era entre el cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán y los tamaulipecos, sino también entre los Beltrán Leyva, el Golfo, la Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, Los Rojos, Guerreros Unidos, el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA), Los Granados y Los Ardillos.

Los secuestros, las extorsiones, los levantones y las ejecuciones ya no solamente afectaba a empresarios, sino a comerciantes y vendedores ambulantes. Y como todos sabemos, Aguirre se la pasó de fiesta en fiesta y delegó el poder a su sobrino Ernesto Aguirre Gutiérrez, quien hizo lo que se le dio la gana. Y los líderes del PRD (y uno que otro que ya se fue a Morena), muy calladitos.

Con Rogelio Ortega, el guerrillerito arrepentido, ni se diga. No hubo gobernabilidad, sino tolerancia a las acciones vandálicas cometidas por estudiantes de Ayotzinapa, maestros de la CETEG y otras agrupaciones radicales.

No olvidemos que Beatriz Mojica Morga, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRD y principal promotora para que en Guerrero llegue un comisionado federal de seguridad, formó parte del gobierno de Ángel Aguirre y se mantuvo callada con lo ocurrido en Iguala en septiembre de 2014, en donde gobernaban José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa.

Insisto, los perredistas están en su papel de cuestionar al actual gobernante emanado de un partido distinto al suyo. Y, bien vale preguntarles: ¿por qué no pidieron un comisionado de seguridad en los gobiernos fallidos que encabezaron?

El 27 de octubre de 2015, ya como gobernador, Héctor Astudillo recibió un estado convulsionado y un déficit financiero. Ángel Aguirre, Rogelio Ortega y pandilla despilfarraron recursos y es la hora en que no pueden comprobar ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) todo lo que ejercieron.

La inseguridad, como ya lo he señalado en anteriores entregas, es un tema complicado y que llevará tiempo en que se reduzca, ya que algunos alcaldes han sido señalados de tener relaciones peligrosas y han permitido que sus cuerpos de seguridad hayan sido infiltrados por los criminales, tal y como ocurrió en Iguala con José Luis Abarca y en Zihuatanejo con Gustavo García Bello, ambos de extracción perredista.

La llegada de un comisionado no resuelve el problema de inseguridad. Por el contrario, la situación empeora. Michoacán, es el más claro ejemplo. El comisionado que la Federación envió solamente le restó autoridad al gobernador Fausto Vallejo y los michoacanos se indignaron porque un forastero decidía el destino de su estado.

Este martes, durante su visita en el puerto de Acapulco, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, manifestó que en Guerrero “no es necesario” un comisionado nacional de seguridad y aseguró que el gobernador Astudillo ha asumido su función y cuenta con la confianza del gobierno federal.

Luego entonces, la petición de los dirigentes del PRD queda desechada. En Guerrero no habrá ningún virrey enviado desde la capital del país, ya que los guerrerenses eligieron a un gobernador en 2015. Es cuanto.

Comentarios: 
E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; 
Facebook: Efraín Flores Iglesias; 
Twitter: @efiglesias