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miércoles, 21 de junio de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Leyva Mena: “fuego amigo” y pésimo gobierno

EFRAÍN FLORES IGLESIAS

Hay quienes no entienden que la política es un campo de batalla permanente para lograr y/o mantener el poder, y que se requieren aliados para enfrentar a los adversarios. Nadie puede solo.

Muy pocos son los que logran encabezar un gobierno eficiente y tener al pueblo de su lado. La mayoría de los políticos que logran el poder se vuelven insensibles y cometen barbaridades.

En Chilpancingo, por ejemplo, gobierna el PRI. Los jerarcas de dicho instituto político estaban conscientes de quien postulaban en la elección de 2015 a la Presidencia Municipal. Se arriesgaron y no les importó llevar al poder a un mitómano e inepto.

El PRI peleará con uñas y dientes para retener la capital del estado, pero Marco Antonio Leyva Mena ya justificó su ineficiencia como alcalde al señalar que no será el único responsable de una eventual derrota del tricolor en la elección del próximo año.

En México tenemos un refrán que reza así: “No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”. En efecto, Leyva Mena fue candidato en 2015 porque así lo decidieron los dueños del PRI en Guerrero. Y si ganó en las urnas fue porque los electores así lo quisieron. De hecho, el también ex dirigente estatal del PRI ni estructura tenía. Sus eventos de campaña fueron deslucidos. Ni en San Mateo, su barrio, llenó la plazoleta. Le benefició el efecto Astudillo.

Al llegar a la Presidencia municipal se volvió más soberbio y se rodeó de colaboradores igual o más soberbios que él.

Si Mario Moreno Arcos fue un pésimo alcalde en el trienio 2012-2015, Marco Leyva lo superó en menos de un mes.

Uno de los grandes errores que puede cometer un alcalde, es pelearse con los trabajadores del Ayuntamiento, los líderes de colonias y el partido que lo llevó al poder.

El “Alcalde Chambitas” –como se le conoce en las redes sociales– no le importó eso. Con medio mundo se confronta y es bueno para repartir culpas de sus errores.

Si no fuera por las gestiones de algunos legisladores locales y la diputada federal Beatriz Vélez Núñez, así como del importante apoyo del gobierno estatal, en Chilpancingo no habría obras. Resulta que al alcalde de marras le da flojera hacer gestiones. ¡Zas!

El alcalde  tiene a un pésimo equipo de colaboradores, como es el caso de su secretario de Finanzas, Héctor Avilés García, señalado de incurrir en actos de corrupción durante su paso como tesorero del Patronato de la Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo 2015-2016.

Marco Leyva ha sido incapaz de solucionar el tema de la basura, y los trabajadores y regidores del Ayuntamiento lo han acusado de jinetear recursos.

En un principio acusó al PRD de orquestar una campaña de descrédito en su contra. Pero este martes 20 se lanzó duro contra su propio partido, acusando que hay “fuego amigo” en su contra y que si el PRI pierde Chilpancingo en 2018 no toda la culpa será de él. ¡Zas!

“Este año y medio ha sido intenso, con duros debates por todos lados, con un ejercicio presupuestal limitado y con mucho fuego amigo”, dijo en conferencia de prensa en el Palacio Municipal.

Y remató diciendo: “Que asuma (su responsabilidad) el señor diputado local, el síndico, la síndica, regidor, regidora, quien tiene liderazgo. El presidente del municipal del PRI (Celso Atrisco Nava)”.

Hace unos días reprochó al dirigente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, por no defender a los alcaldes. Y éste le respondió que un alcalde no necesita defensa si hace buen trabajo.

Como Poncio Pilato, Marco Leyva se lava las manos de una eventual derrota de su partido en 2018 haciéndose la víctima, cuando es el principal responsable de tener a Chilpancingo inseguro y en la pestilencia.

Las constantes protestas en su contra se deben a su incapacidad para gobernar y su maldita soberbia que no le permite la verdadera situación por la que atraviesa la capital.

Y ojalá alguien le diga que los diputados, los síndicos y los regidores no manejan recursos públicos, mientras que él sí y lo utiliza para para saturar la nómina del Ayuntamiento de puros cuates.

Si lo han dejado solo los que lo llevaron al poder, es por inepto y mal aliado. No hay que buscarle más.

Y si el PRI pierde Chilpancingo en 2018 será por postular a personajes insensibles en cargos de elección popular, personajes sin compromiso social.

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