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martes, 4 de julio de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias El PRI y sus aspirantes en Chilpancingo

EFRAIN FLORES IGLESIAS

Mientras en Acapulco ya inició la pugna por la Alcaldía entre el PRD, el PRI y Movimiento Ciudadano (MC), en Chilpancingo hay “fuego amigo” hacia el alcalde priista Marco Antonio Leyva Mena. Bueno, eso es lo que ha denunciado ante los medios.

El PRD ha sido mesurado en la capital del estado. Y lo ha hecho por una sencilla razón: el alcalde Leyva Mena no necesita que le hagan una campaña de descrédito, ya que él mismo ha generado una percepción negativa por su deficiente desempeño.

El pasado 20 de junio en una de sus conferencias mañaneras envió un claro mensaje a sus compañeros de partido que lo atacan:

“Es mi responsabilidad ser alcalde, pero los ciudadanos también eligieron (en 2015) a diputados, regidores, síndicos, para actuar juntos; una distribución de las responsabilidades para que luego no culpen sólo al alcalde”.

Y eso no fue todo. Advirtió que sí el próximo año el PRI pierde en Chilpancingo “no será el único responsable”.

Leyva Mena no dio nombres, pero reveló lo que ya es vox populi, que la capital del estado puede pasar en manos de la oposición, particularmente el PRD.

Aunque no han manifestado públicamente su intención de buscar la candidatura a la Presidencia Municipal, los diputados locales priistas Beatriz Alarcón Adame, Ricardo Moreno Arcos y Víctor Manuel Martínez Toledo, así como la diputada federal Beatriz Vélez Núñez, se mueven en ese sentido.

Aunque, claro, el secretario particular del gobernador Héctor Astudillo Flores, César Armenta Adame, ha mandado señales que quiere suceder a Marco Antonio Leyva Mena en el cargo. Últimamente se ha reunido con líderes de colonias y se da baños de pueblo en las festividades patronales.

Al que no se debe descartar como aspirante, es a Jorge Salgado Parra, ex diputado federal y actual director general del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG). Tiene estructura y ha realizado un buen papel como funcionario estatal.

Es más, en el pasado proceso electoral se disciplinó para contender por la Alcaldía, cuando era uno de los favoritos para ganar la elección. Sus bonos no han bajado. Sería un buen candidato.

Es necesario señalar que el PRI no la tendrá fácil en 2018. Así lo indican los siguientes factores: 1.-La imagen del presidente Enrique Peña Nieto está por los suelos. En lugar de sumar a su partido, resta; 2.-Algunos funcionarios del gobierno estatal han realizado un pésimo papel en áreas estratégicas, y 3.-Marco Antonio Leyva Mena ha sido el peor alcalde de Chilpancingo y es el que más protestas ciudadanas ha recibido en el Palacio Municipal.

El PRI requiere un candidato competitivo y no experimentos políticos. Claro, si es que le interesa retener la capital del estado.

La oposición, por supuesto, aprovechará muy bien los desatinos de Leyva Mena.
Los chilpancingueños lo que reclaman urgentemente es un gobernante honesto, sensible y comprometido a resolver el desorden que ha generado el “Alcalde Chambitas”.

ENTRE OTRAS COSAS… El presidente Enrique Peña Nieto demostró su enanismo político este lunes en Acapulco.

No era necesario sentar en segunda fila a un alcalde emanado de un partido distinto al suyo, y más si era el anfitrión del municipio que visitó para inaugurar una obra.

¿Dónde quedó la institucionalidad?

Ni siquiera el panista Felipe Calderón hizo eso, a pesar de su complicado carácter.

Lástima que Peña Nieto se comporte como un aprendiz de la política. Por eso México está como está: de la tiznada.

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