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martes, 12 de marzo de 2019

MÉDULA // ¿Y cómo a qué hora gobiernan? Por Jesús Lépez Ochoa

Es la pregunta que debemos hacernos cuando vemos al delegado del gobierno federal en Acapulco César Núñez en pleno lunes reunido con su grupo político para organizar la defensa del gobierno municipal de Acapulco; cuando vemos a la alcaldesa Adela Román enfrascada en la misma guerra de declaraciones de la actual con la anterior administración ya tradicional en Acapulco, y a su secretario general Ernesto Manzano parado sobre una nube imaginaria donde la violencia homicida es puro mito de redes sociales.
Preciso, César Núñez no es gobernante pero sí representante del máximo nivel de gobierno, el federal, que a cien días de asumido debe tener bastante chamba como para que el delegado se ocupe en asuntos partidistas ante la orfandad y la desorganización en que Morena quedó luego del desatino de haber puesto todos los huevos en la canasta de Pablo Amílcar Sandoval, el súper delegado que aún no se sabe dónde despacha.
Esto en defensa de Adela Román quien estalló en contra de su antecesor y sus funcionarios de la CAPAMA a los que llamó “bola de mañosos”, lo cual tiene consistencia en el hecho de que al menos tres enfrentan un procedimiento de la Auditoría Superior del Estado por muchos millones de pesos detectados en su gestión.
Más allá de lo políticamente correcto o incorrecto, la presidenta tiene ante sí un gran reto en el que los meses se escurren como agua entre los dedos, si es que vale la metáfora sin ofender a los miles de acapulqueños que padecen la escasez en sus hogares, por lo que es cuestionable que pierda el tiempo cayendo en provocaciones cuando a estas alturas, y siendo ex magistrada, seguramente ya tiene todos los elementos para proceder conforme a derecho contra esa “bola de mañosos”. Ojalá lo haga.
Mientras tanto, la escasez sigue ahí, arreglada momentáneamente por el apoyo económico del gobernador Héctor Astudillo que realizó un pago a la Comisión Federal de Electricidad para que reactivara el suministro de energía al sistema de suministro de agua del municipio.
La violencia también, pese al persistente apoyo de la federación y el gobierno estatal a través de la Fiscalía a cargo de Jorge Zuriel De los Santos Barrila, aunque tal vez menos constante e intensa que en años anteriores, pero su existencia es innegable como para que el secretario general del Ayuntamiento la considere un mito de redes sociales.
La estadística puede disminuir unos puntos, Acapulco bajar en el ranking de ciudades violentas, los asesinatos parar unas horas, inclusive unos días, pero un solo homicidio que se cometa basta para  demostrar que la inseguridad no ha terminado.
¿Por qué no mejor en lugar de perder el tiempo en actos partidistas, en confrontaciones verbales y en negar la realidad se empeñan mejor en resolver los graves problemas que aquejan a los ciudadanos?