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domingo, 12 de mayo de 2019

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Inseguridad pública: percepción y víctimas de delitos


El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer en marzo pasado la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana(ENSU), en el que el 74.6% de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro.
Las ciudades con mayor sensación de inseguridad fueron Tapachula, Villahermosa, Cancún, Reynosa, Coatzacoalcos y Ecatepec de Morelos; mientras que las ciudades con menor percepción de inseguridad fueron: Saltillo, San Pedro Garza García, Mérida, Los Cabos, San Nicolás de los Garza y Durango.
En 2019 y a diferencia de 2018, la percepción de inseguridad pública en Chilpancingo e Ixtapa-Zihuatanejo se redujo, no así en Acapulco que se mantuvo en el 87 por ciento.
De acuerdo al INEGI, la sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población sobre la seguridad pública se generan por la influencia de diversos factores, como la atestiguación de conductas delictivas o antisociales que ocurren en el entorno donde se desenvuelve la población.
Así mismo, el temor al delito puede hacer cambiar las rutinas o hábitos de la población, así como la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía.
Por lo regular, la mayoría de los ciudadanos desconfía de las corporaciones policíacas. Y se entiende, ya que durante varios años, algunos altos mandos fueron evidenciados por realizar detenciones arbitrarias, actos deshonestos y por tener nexos con el crimen organizado.
Los años han pasado y los elementos policíacos se han modernizado, no sólo en equipo, sino también en lo profesional. Además, para ingresar se requiere pasar varios exámenes y también tienen que ser personas con una gran capacidad de control de impulsos y con un manejo adecuado de la violencia.
Entre los resultados de la ENSU, correspondientes a marzo de 2019, destaca que el 78% de la población de 18 años y más manifestó como uno de los problemas más importantes en su ciudad la existencia de “baches en calles y avenidas”; 67.9% la “delincuencia (robos, extorsiones, secuestros, fraudes, etc.)”, y 62.9% consideró el “alumbrado público insuficiente”.
Hace algunos años, todo lo que tenía que ver con delincuencia preocupaba más a la ciudadanía. Obviamente, que la violencia originada por los criminales sigue latente y que mantiene ocupada a las autoridades.
La extorsión telefónica o secuestro virtual, por ejemplo, es un delito común en el país, en el que los delincuentes eligen números al azar para llamar y pedir dinero a las víctimas. Y la principal forma de ‘enganchar’ a las víctimas es con amenazas directas, a través de violencia psicológica.
Lo más recomendable en este tipo de casos, es recurrir ante las autoridades correspondientes y no alarmarse demasiado.
Durante los últimos días se han registrado varios casos de secuestros virtuales en Chilpancingo. Afortunadamente, las autoridades han respondido con eficacia.
Y lo digo con conocimiento de causa, ya que un integrante de mi familia fue víctima de esos cobardes que se ocultan en la clandestinidad para causar daño.
Por lo que a través de este medio expreso mi reconocimiento a las autoridades que intervinieron para la localización de mi familiar, en especial para la Fiscalía General del Estado, que encabeza el Mtro. Jorge Zuriel de los Santos Barrila.

Por cierto, la tarde de este domingo, cuatro jóvenes actores de teatro provenientes del Estado de México (tres mujeres y un hombre), que fueron víctimas de secuestro virtual desde el pasado miércoles 8 de mayo, fueron encontrados por elementos de la Policía Municipal de Chilpancingo en un céntrico hotel de esta ciudad capital.
De acuerdo al Ayuntamiento de Chilpancingo, los cuatro jóvenes ya se encuentran reunidos sanos y salvos.
Los delincuentes, como ocurre en este tipo de casos, obligaron a las víctimas a mantenerse en un hotel para que no salieran y cambiaran los chips de los teléfonos.
También es conveniente que cuando se recibe una llamada sospechosa es no contestar para evitar ser víctima de los criminales, quienes son profesionales en enganchar y engañar a sus blancos u objetivos. Y, lo más importante de esto es: mantener la unidad y comunicación con la familia.

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