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lunes, 27 de enero de 2020

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Astudillo en el México de la 4T


A diferencia de algunos de sus homólogos gobernadores, Héctor Astudillo Flores no se confronta con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, privilegia el diálogo y la construcción de acuerdos para que a Guerrero le vaya bien.
Y es que, amable lector, los pleitos no llevan a nada bueno, mucho menos entre gobernantes.
A partir 1 de diciembre de 2018 el escenario político cambió en el país, ya que un nuevo partido y/o movimiento social se instaló en el poder. Tal vez no con caras nuevas, pero sí con una visión distinta en la aplicación de políticas públicas.
La “Cuarta Transformación” –así le llama AMLO al proceso de “cambio” que inició con su llegada a Palacio Nacional– centralizó el poder y el manejo de los recursos. Y el que se oponga a esa forma de gobierno, simple y sencillamente es ninguneado y marcado para siempre como enemigo.
Héctor Astudillo no es un hombre de pleitos, pero cuando tiene que hablar fuerte, lo hace. Y eso quedó muy claro el 11 de enero de 2018, luego de un evento oficial que el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó en Tlapa.

“Estoy muy sorprendido. Yo no vuelvo a ningún recorrido, es ofensivo. Si yo no le sirvo, me hago a un lado. Se lo digo en serio, señor presidente, no bromeo. Soy un guerrerense muy digno y no me había pasado esto, porque soy muy respetuoso de todos”, expresó el mandatario guerrerense por los abucheos orquestados en su contra por el delegado del gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.

En medio de la multitud y antes de abordar su camioneta, López Obrador se acercó a Astudillo, quien visiblemente molesto le tendió la mano y le deseó que regresara con bien a su destino. Tras comentar brevemente el acontecimiento, el presidente se disculpó: «En lo que a mí corresponde, le ofrezco una disculpa (por los abucheos)». Luego de un breve abrazo entre ambos mandatarios, se despidieron.

Desde entonces la relación entre ambos mejoró. Y a Pablo Amílcar Sandoval le jalaron las orejas en Palacio Nacional.

Después de lo ocurrido en Tlapa y cada vez que el presidente viene a la entidad, no pierde la oportunidad en reconocer el esfuerzo que el gobernador Astudillo realiza para sacar a Guerrero del rezago social.

Es más, este lunes, durante su conferencia “Mañanera”, el presidente López Obrador afirmó que su relación con el gobernador (Héctor) Astudillo “es muy buena, no tenemos diferencias”, e indicó que la Federación “seguirá trabajando coordinadamente” con la administración estatal.
Y eso no es todo. AMLO adelantó que sostendría una reunión con los gobernadores emanados del PRI, entre ellos, Astudillo.

Si bien es cierto, ambos son de partidos  e ideologías diferentes, lo más importante es que mantengan una excelente comunicación y coordinación institucional para que la entidad salga del rezago social y la inseguridad pública disminuya en las 7 regiones.

Cuando los colores partidistas se hacen a un lado a la hora de gobernar, le va mejor al país.

Y en el México de la 4T sólo sobrevivirá políticamente el que actúe con inteligencia.

IMPORTANTE OBRA EN CHILPANCINGO

Así como mantiene una buena relación de trabajo con el gobierno federal, el gobernador Héctor Astudillo Flores hace lo propio con los alcaldes de la entidad, a quienes apoya sin distinción.
El domingo 26 y en el marco del Día Mundial de la Educación Ambiental inauguró la segunda celda del relleno sanitario de Chilpancingo, la cual tuvo una inversión conjunta del gobierno estatal y el Ayuntamiento capitalino por el orden de los 14 millones de pesos, obra que ayudará a resolver uno de los problemas más complicados de Chilpancingo, que es la recolección y tratamiento de la basura.
La nueva celda del relleno sanitario se ubica en terrenos del municipio –a un costado del nuevo libramiento de Chilpancingo-Tixtla– y beneficiará a 300 mil personas.
Durante su mensaje, el gobernador Astudillo mencionó que esta importante obra se logró gracias a la coordinación que hay con el Ayuntamiento capitalino y el alcalde Antonio Gaspar Beltrán.

Indicó que el problema de recolección y depósito de la basura en Chilpancingo ha sido muy difícil, “más o menos desde 1995”, en alusión a uno de sus periodos como alcalde. También recordó que en ese entonces se consiguieron terrenos al sur de la capital, y resultó una obra insuficiente, porque se llenó y los olores eran muy fuertes para toda la población.
Posteriormente, dijo, el problema se resolvió, “aunque fue muy difícil encontrar alternativas”.

Gaspar Beltrán, por su parte, señaló que la coordinación entre ambos gobiernos trae beneficios a la sociedad, y refrendó su disposición para trabajar y mantener esta alianza con el gobierno del estado.
Asimismo, reconoció lo importante que es para su gobierno que “la gente de Chilpancingo no vuelva a padecer una crisis ambiental como la de hace algunos años” (en alusión al problema que le “reventó” a la administración de Marco Antonio Leyva Mena).

No cabe duda que si las autoridades se unen para trabajar en conjunto, hay progreso social.

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