Durante ocho años dirigió a la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) con pasión, dedicación, esfuerzo, paciencia e inteligencia. Y los resultados están a la vista.
En efecto, me refiero al Dr. Javier
Saldaña Almazán, quien el pasado lunes 5 de abril concluyó su segundo
periodo como rector de la máxima casa de estudios de la entidad.
Gracias a su liderazgo, la UAGro es una de las mejores 20 universidades del
país y se ubica dentro de las cinco universidades inscritas en el Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) con programas de buena calidad.
No le fue nada sencillo transformar a la UAGro, ya que el presupuesto que
recibe la institución es menor en comparación de otras universidades del país.
Javier Saldaña, además de impulsar
la academia y mantener la gobernabilidad al interior de la UAGro, fue un
excelente gestor ante los gobiernos estatal y federal. Por lo que se ganó el respeto y el reconocimiento de
importantes actores políticos y sociales.
Desde el 6 de abril de 2013, fecha en que inauguró su primer rectorado, la
institución cambió muchas formas que se hacían en el pasado y con evaluaciones
y auditorías externas demostró al pueblo
de Guerrero y a la comunidad universitaria que los recursos se ejercen con
total transparencia.
Durante su primer rectorado la UAGro obtuvo también cuatro reconocimientos
de validez oficial a la Calidad Educativa otorgados por la Secretaría de
Educación Pública (SEP), la certificación de 53 áreas administrativas con la
Norma ISO 9001-2008, el registro y aprobación de 26 posgrados en el PNPC-CONACyT,
la creación de nueve carreras de Nivel Licenciatura y la certificación de la
UAGro como la primera universidad
certificada por su Inclusión Social.
Asimismo, se realizó la Regionalización de la Educación Superior con la
creación de 7 Campus Universitarios, se creó la Universidad Virtual, y el 50%
de las Unidades Académicas Preparatorias ingresaron al Sistema Nacional de
Bachillerato.
Gracias a los resultados que logró del 2013 al 2017, la comunidad universitaria lo reeligió en el cargo para el periodo
2017-2021.
El 6 de abril de 2017 y luego de
ratificarse los resultados electorales donde obtuvo el 93% de la votación,
equivalente a 66 mil 597 votos, tomó protesta como rector reelecto ante el
Consejo Universitario.
Y durante su segundo periodo como
rector de la UAGro, Javier Saldaña no bajó la guardia. Siguió en la misma
ruta de fortalecer a la institución y entregar más obras de infraestructura y
resultados académicos.
Insisto, su ardua labor tuvo (y sigue teniendo) el reconocimiento de
amplios sectores de la sociedad guerrerense y del país. De hecho, algunos
dirigentes políticos le propusieron buscar la candidatura al gobierno de la
entidad y ser el sucesor de Héctor
Astudillo Flores.
Lo destacable de todo es que Javier
Saldaña no descuidó su papel de líder de la comunidad universitaria y trabajó
hasta el último día de su rectorado con ahínco.
Es cierto, el Covid-19 lo sorprendió en el mes de octubre, por lo que ya no
pudo atender personalmente los problemas de la comunidad universitaria. Pero
eso no fue motivo para no estar enterado de los asuntos de su querida
universidad y delegar funciones a sus colaboradores.
El pasado 5 de abril concluyó una etapa más en la UAGro. Y en su lugar, el
Honorable Consejo Universitario designó como rector interino al Dr. José Alfredo Romero Olea, un
destacado académico de la Facultad de Derecho –de la cual fue su director hace
más de una década– y que acompañó al Dr. Javier Saldaña en los dos periodos en
que estuvo al frente de la máxima casa de estudios como Secretario General.
Hoy más que nunca, la UAGro requiere
seguir avanzando en el camino de la superación académica, y seguir cuidando la
gobernabilidad interna.
ENTRE OTRAS COSAS… A los que de plano no se les ve haciendo campaña, son a
los 28 candidatos a diputados locales de Morena. Y se entiende: se sienten huérfanos políticamente y sin
una estructura real para hacerle frente a los abanderados de la coalición PRI-PRD,
quienes sí mostraron músculo al arrancar campaña en sus distritos.
Además, la mayoría de los candidatos morenistas son unos completos
desconocidos, ya que son producto de la imposición que consumaron Félix Salgado Macedonio, Marcial Rodríguez Saldaña, Salomón Jara
Cruz y otros miembros de la cúpula de dicho instituto político.
Una elección se gana con votos,
estructura y alianzas, elementos de los que carecen los miopes defensores de
eso que ridículamente llaman “Cuarta Transformación”.
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