Desde dias pasados, las telecomunicaciones y la 4T estuvieron en el centro de la controversia luego de que el Pleno del Senado aprobara, en lo general y en lo particular, la creación de un padrón con los datos biométricos de los usuarios de teléfonos celulares.
Con esta medida, los
ciudadanos que quieran tener acceso a un teléfono celular, deberán entregar
registro como las huellas digitales, el rostro, la retina y el iris, a diferencia
de una contraseña que puede ser cambiada por otra, la información biométrica no
puede cambiarse. Para los analistas esto
es una versión robustecida del Registro Nacional de Usuarios de
Telefonía Móvil (Renaut), creado por Felipe Calderón en 2008 y que fracasó años
más tarde.
Las reacciones no se
hicieron esperar, el senado justifico la acción con el argumento de “combatir
los delitos que son cometidos a través del uso de teléfonos celulares” mientras
que los integrantes de la oposición en el legislativo calificaron tal reforma a
la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión como la creación de un
‘Big Brother’ que no sólo es inconstitucional, sino además representa una
medida propia de un régimen autoritario.
Algunos han argumentado que
México no es único en esta iniciativa y que, junto a nuestro país, otras naciones
han decidido crear bases de datos con los biométricos, países como China, Pakistán,
Arabia Saudita, Bangladesh, Afganistán y Venezuela que en mas de un ranking
sobre violación a los derechos humanos aparecen en los lugares mas altos.
Al mismo tiempo, el diario
El País hacia público que la Fiscalía General de la Republica ha contratado
desde 2019 programas para el espionaje masivo de teléfonos móviles, con un
coste de 5,6 millones de dólares, este software sirve para la geolocalización
de celulares y el análisis de datos a gran escala.
De acuerdo al periódico
español, los contratos se han hecho bajo la partida secreta de seguridad
nacional y permanecen opacos y como si se tratara de revivir los viejos
demonios del régimen, la empresa vendedora ya se había visto envuelta en el
escándalo del ciberespionaje durante la administracion Peña Nieto.
Asi es como, en el periodo
de una semana, la 4T que hasta el cansancio repite que no son los mismo de
antes, que no hay autoritarismo en sus acciones y que el viejo régimen ha
muerto, juega con las leyes y revive las viejas medidas autoritarias de las
administraciones pasadas.
Espia a las personas, ansia controlar los datos
biométricos de los ciudadanos y mantiene a personal militar (en retiro eso si,
para construir la simulación) al frente de los aparatos de inteligencia,
mientras que las señales parecen inequívocas que las libertades civiles en
mexico están amenazadas.