En estos tiempos en los que la presencia del crimen organizado como poder fáctico en importantes regiones del país no asombra pero genera zozobra social y pauta alejar de las urnas al elector, es vigente la pregunta: ¿quién mató a Luis Donaldo Colosio Murrieta y quien armó a la mano asesina?
A Mario Aburto
Martínez lo cambiaron de prisión recientemente porque, a petición de éste
intervino la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; Mario insiste en negar
haber sido autor material del asesinato del entonces candidato del PRI a la
Presidencia de la República.
El burdo manoseo que
sufrió el caso, desde la manipulación del cadáver del sonorense y hasta las
diversas versiones respecto de la identidad del autor material, a quien se
pretendió fabricar un cómplice, en la persona de un ciudadano inocente, el
recientemente fallecido Othón Cortez Vázquez, a quien el entonces fiscal
especial Pablo Chapa Bezanilla con la anuencia del procurador General de la
República, Fernando Lozano Gracia, le fregó la vida.
¿Fue el poder
fáctico del crimen organizado de la mano de criminales de cuello blanco el
autor del asesinato de Luis Donaldo Colosio? Todo indica que sí; se han
conocido declaraciones indicativas de ese escenario pero todo aterriza en el que
capta a una persona parecida a Mario Aburto cuando acciona el arma en la cabeza
de Colosio Murrieta.
¿Quiénes atendieron
las investigaciones? De entrada fue la policía municipal seguida de la estatal
hasta que el entonces procurador General de la República, Diego Valadés Ríos, se
apersonó en Tijuana y dispuso que el Ministerio Público Federal, por órdenes
del presidente Carlos Salinas de Gortari atrajera el caso.
La historia es larga
y no necesariamente conocida por la mayoría de los mexicanos, menos cuando la
oposición insistió en responsabilizar a Carlos Salinas como autor intelectual
del asesinato de Luis Donaldo.
Fue, el de 1994 un
año de crispación, con el antecedente mediato del asesinato del cardenal Juan
Jesús Posadas Ocampo, la irrupción de la mascarada del EZLN con la declaración
de guerra al gobierno federal, el asesinato de Colosio en marzo y el del
secretario General del PRI, José Francisco Ruiz Massieu en septiembre, cuando
por encima de la suspicacia social y el innegable temor, el electorado llevó al
poder al negado priista, Ernesto Zedillo Ponce de León.
Los días de hace 27
años fueron graves, severos, violentos pero no había la polarización que en los
días que corren agudiza todos los días el licenciado López Obrador, convertido
en jefe de campaña de los candidatos del Corporativo Movimiento de Regeneración
Nacional y que se ha revelado como enemigo de las instituciones que se
significan contrapeso a sus apetitos de poder dictatorial.
¿A quién conviene
este clima de crispación? ¿Quién se beneficia con la insultante cuanto
atemorizante presencia impune de caravanas de integrantes de cárteles que se
disputan el control de territorios ruta de la droga?
Ese poder fáctico
reta todos los días al poder público, al mismo Comandante Supremo de las
Fuerzas Armadas que presume una estrategia de abrazos no balazos en tanto son
asesinados o víctima de atentados con almas de alto poder, candidatos a cargos
de elección popular.
Y peor resulta que
sus colaboradores, fanáticos fundamentalistas por interés personal como Ricardo
Sheffield Padilla, ex procurador Federal del Consumidor y aspirante a alcalde
de León, capital del convulsionado Guanajuato, quien se ofendió cuando en una
entrevista le preguntaron justamente si su tarea contra la inseguridad se
sustentaría en la tesis presidencial de abrazos no balazos.
Mire usted, la
referencia a aquellos años del partidazo que comenzaba a fisurarse, luego del
desprendimiento de priistas distinguidos como Porfirio Muñoz Ledo,. Ifigenia
Martínez y Cuauhtémoc Cárdenas, obedece a este clima de zozobra que priva en
las campañas electorales que habrán de concluir en las urnas el primer domingo
de junio próximo.
Más de 80 candidatos
a cargos de elección popular han sufrido atentados contra su vida y más de 30
han sido asesinados.
¿A usted preocupa esta
situación como ciudadano que todos los días busca el sustento y se preocupa por
la seguridad de los suyos? Indudablemente su respuesta es afirmativa. Y cómo no
temer a que, en cualquier momento, individuos en autos o motocicletas o a pie
atenten contra la vida de un candidato o candidata y usted esté ahí. Y no, no
se trata de generar alarma ni mucho menos abonar a este clima de violencia que,
le digo, se respira en el país.
Por eso, por eso, la
postura del licenciado López Obrador es por lo menos preocupante, amén de
indignar porque, lejos de responder con un contundente anuncio de que ordenará
el despliegue de las Fuerzas Armadas, de las que es Supremo Comandante, para por
lo menos inhibir al crimen organizado y evitar que la llamada madre de todas
las elecciones siga tiñéndose de rojo, de sangre.
Le comparto lo que,
en la mañanera de media semana, respondió Andrés Manuel López Obrador, dizque
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México, frente al asesinato de
Alma Barragán, candidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de
Moroleón, Guanajuato.
--¿Qué
se va a hacer en este asunto de la violencia política?—preguntó la colega Sara
Pablo al licenciado López Obrador.
--Pues,
es muy lamentable lo de que ayer también, de esta candidata que fue asesinada.
Nuestro pésame a sus familiares.
Es una
situación lamentable –continuó-- porque se da en medio del proceso electoral,
estamos en vísperas de las elecciones y sí es gente que quiere generar
inestabilidad, sin duda es delincuencia organizada. Esto se da en Guanajuato,
donde hay mucha confrontación -lamentablemente- entre grupos.
Y
nosotros –enftazió-- pues vamos a seguir brindando protección, estamos
trabajando con los gobiernos de los estados, porque también debe saberse que
estos delitos lamentables corresponden atenderlos a las autoridades de los
estados, son del fuero común, eso debe de tomarse en cuenta. Desde luego
nosotros ayudamos en todo, la Guardia Nacional está brindando protección a
candidatos que lo solicitan, pero tiene que ser una labor conjunta y se está
haciendo así. En este caso, es el gobierno de Guanajuato el que lleva a cabo la
investigación para que se castigue a los responsables. Y vamos a seguir
protegiendo a candidatos.
Y
decirle al pueblo que no debemos de atemorizarnos, tenemos que participar y
salir a votar.
Muchas
veces generan estos ambientes para que la gente tenga miedo y no participe, y
cuando hay abstención dominan los de la mafia las elecciones, ya sea la mafia
de la delincuencia organizada, como se le llama, o de la delincuencia de cuello
blanco. Entonces, lo mejor es votar, que nadie se quede sin participar.
Esa
fue la respuesta del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México. En
serio. Vale preguntar:
¿Situación
lamentable porque se da en medio del proceso electoral?, es decir, en otro
momento no se lamentaría el asesinato, la ejecución de un político. ¿Seguridad?
¿Vamos a seguir protegiendo a los candidatos? ¿Del fuero común el asesinato de
candidatos?
¿Quiénes
generan este ambiente para que la gente tenga miedo y no participe en la
jornada electoral del próximo domingo 6 de junio?
De
asumir lo dicho por Su Alteza Serenísima, el beneficiario de esta situación
sería el Corporativo Morena y sus candidatos. ¿Fue lapsus mental el de Andrés
Manuel? No cabe duda de que al inquilino de Palacio ha quitado el sueño el
creciente rechazo a su gestión, hacia sus alfiles como Mario Delgado que todos
los días hace campaña a favor de la alianza PAN-PRI-PRD.
¿Dónde
está el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas? Entretenido en el juego del
poder sin poder ejercer el poder porque no sabe, valga el juego de palabras porque
no es lo mismo ser borracho que cantinero ni mentar la madre frente a Palacio
Nacional a recibir el recordatorio desde la principal oficina de este inmueble
que dista de ser austero. ¡Ah!, mi comandante. Conste.
@msanchezlimon
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